El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva desplazó de sus cargoes a 18 jefes de la Policía Federal (PF) ya 26 de los 27 regional superintendentes de la Policía Caminera Federal (PRF) este jueves, después de haber despedido a militares afectados a la seguridad del Palacio del Planalto tras los ataques golpistas del 8 de enero.

Ministro de Justicia, Flávio Dino, oficializó el retiro de 26 de los 27 domos regionales de la PRFexcepto el estado de Piauí, ocupado de forma interina, y el cese de 18 jefes de la PF, entre ellos los más importantes, San Pablo, Río de Janeiro y Minas Gerais.

Al mismo tiempo, el mandatario declaró que los militares no deben involucrarse en política y anunció que esta semana se reunirá con la cúpula de las Fuerzas Armadas (FFAA).

«No politizar las FFAA, los comandantes deben tener la responsabilidad de cir que el soldado, el coronel, tienen el derecho del voto, tienen derecho a elegir a quien quieran, pero como ellos tienen un cargo de carrera, deben defender al Estado brasileño, ellos no son el Ejército de Lula, no son el Ejército de (Jair) Bolsonaro, de Fernando Henrique Cardoso”, dijo el mandatario durante una entrevista al canal GloboNews.

«Ellos (los militares) tienen que defender el Estado y la Constitución y yo quiero conversar con ellos abiertamente, para decir que las personas que están allí están para cumplir funciones y no para hacer política», remarcó.

El líder del Partido de los Trabajadores comentó que «quien quiera hacer politica se quita el uniforme, renuncia a su cargo y funda un partido politico. Pero mientras permanezcan en las FFAA no pueden hacer política».




Policias brasileños frente a uno de los campamentos de seguidores de Bolsonaro, en Brasilia, el 9 de enero. Foto: AFP

Las declaraciones parecen apuntar especialmente a su antecesor, Jair Bolsonaro, un retirado capitán del ejército, que otorgó varios puestos clave en su gobierno a militares, entre ellos su propio vicepresidente, Hamilton Mourao.

Encuesta

Durante la entrevista, Lula respaldó la realización de una investigación rigurosa sobre el intento de golpe de Estado del 8 de enero y sostuvo que todos los «culpables» deben ser castigados, sean ellos civiles o militares.

Además, afirmó que Bolsonaro, estuvo involucrado en el ataque de los manifestantes y que planeaba volver al país si triunfaba el plan para destituir al nuevo mandatario. Bolsonaro dejó Brasil el 30 de diciembre y desde entonces se encuentra en Estados Unidos.

«Yo creo que la decisión de él (Bolsonaro) de no pasarme la banda presidencial, de ir a Miami como si estuviera huyendo, el silencio después de lo acontecido, me da la impresión de que él sabía, que tenía que ver con lo que estaba aconteciendo Posiblemente, Bolsonaro estaba esperando volver a Brasil en la gloria de un golpe”, confirmó Lula.

En la entrevista por TV, emitida el miércoles a la noche, el mandatario hizo un balance de los ataques a los palacios de la Presidencia, Congreso y la Corte en Brasilia sucedido una semana después de que asumiera el poder.

El asalto de los bolsonaristas radicales frente a las sedes del gobierno, el Congreso y la Corte Suprema, el 8 de enero.  Foto: REUTERS


El asalto de los bolsonaristas radicales frente a las sedes del gobierno, el Congreso y la Corte Suprema, el 8 de enero. Foto: REUTERS

«Yo tengo la impresión de que aquello fue el comienzo de un golpe de Estado, de que esa gente estaba acatando las órdenes que Bolsonaro dio duree mucho tiempo, él mandó a invadir la Corte, Durante mucho tiempo pidió que el pueblo ande armado», Seguro.

Lula critica además el desempeño de los servicios de inteligencia. «Nosotros tenemos inteligencia del Ejército, tenemos inteligencia del Gabinete de Seguridad Institucional, tenemos inteligencia de la Marina, de la Aeronáutica. enero) que vendrían 8 mil personas, no habría salido de Brasilia» con rumbo a San Pablo, donde fue a visitar una zona arrasada por inundaciones y deslaves.

Inflación y Banco Central

Por otra parte, el presidente brasileño critica la independencia del Banco Central (BC) y cuestionó el meta de la inflación fijada por este. En ese sentido, dijo que en Brasil «se peleó mucho para tener un BC independiente».

«Yo puedo decir por mi experiencia que eso es una zoncera. Es un error creer que el presidente del BC independiente hará más que cuando fue designado por el presidente de la República», dijo Lula.

El Congreso aprobó en 2021, durante el gobierno de Bolsonaro, la independencia del BC y su titular, el economista Roberto Campos Neto, tiene un mandato fijo de cuatro años.

Además, el mandatario, que asumió su tercer mandato con promesas de bajar la inflación y la cámara, cuestionó la cumplió con la inflación fijada por el BC, que será del 3,25 % para 2023, con un margen de ampliación hasta el 4,75 %.

«Uno está obligado a presionar la economía para poder alcanzar la meta de inflación», critica Lula.

El flamante mandatario, que asumió el 1 de enero, aseguró defender la «responsabilidad fiscal», pero sin que esto afecte los recursos destinados a políticas sociales y las inversiones.

Fuente: ANSA

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