El ex presidente de Brasil jair bolsonaro transcurre sus días en Orlando, se lo ha visto comer pollo frito y pasear por un supermercado, mientras en territorio brasileño sus seguidores se preparaban para invadir el Congreso, el palacio presidencial y la Corte. Así que él ha negado ser el instigador de los asaltos, en Estados Unidos comienza a crecer las voces para que se extraditado un país conocido.
Con el argumento de sus problemas de salud -trascendió que estaría este lunes hospitalizado en un hospital de Orlando-podría estar buscando lograr una extensión de su estadía por razones humanitarias.
Con el recuerdo muy fresco del asalto al Capitolio estadounidense del 6 de enero de 2021 –se cumplieron dos años días atrás—varios congresistas en Washington pidieron al gobierno de Joe Biden que no otorgue refugio al que es considerado como un “Trump tropical”, que Llegó a la Florida días antes de la asunción de Lula Da Silva.
Como el magnate hizo con Biden, Bolsonaro se niega a pasar los atributos presidenciales a su sucesor y partió sigilosamente para instalarse en Orlando, en el estado donde reside su amigo Trump. Muchos especularon que era malo para el país antes de perder la inmunidad, temerosos de que pudiera sufrir algún proceso judicial.
La llegada del brasileño no había despertado preocupación en Washington y Bolsonaro había elegido un bajo perfil. Apenas llevó a KFC el día de la asunción de Lula y circuló un video que compré en un supermercado y otra comida con seguidores a la salida de su casa alquilada.
Pero después del asalto a las principales instituciones democráticas en Brasilia, Bolsonaro saltó a primer plano y el repudio de EE.UU. ser claro
Este lunes, la Casa Blanca volvió a condenar el asalto, esta vez en un comunicado junto a Andrés López Obrador y Justin Trudeau. Los tres mandatarios están en una cumbre en México.
“Canada, México y Estados Unidos condenan los ataques a la democracia brasileña del 8 de enero” y señalaban Apoyo a Lula y al pueblo brasileño.
relaciones tensas
Biden tiene una fuerte relación con Bolsonaro, de quien era admirador de Trump, y a quien se considera en contra de la política en la Casa Blanca como el calentamiento global y la deforestación de la Amazonía.
En EE.UU. comenzamos a surgir los primeros pedidos por lo que queríamos volver a su país. El demócrata Joaquín Castro, miembro del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, dijo a CNN que Bolsonaro usó “el libreto de Trump para inspirar a los terroristas nacionales a intentar tomar el gobierno”.
“Está en Florida, juntandose con Trump”, agregó. “Es un hombre peligroso, debería ser enviado de regreso a Brasil”.
La joven representante demócrata progresista Alexandra Ocasio-Cortez tuiteó: “Casi dos años después de que el Capitolio fuera atacado por fascistas, vemos movimientos fascistas en el extranjero que intentan hacer lo mismo en Brasil” y reclamó: “Estados Unidos no debe albergar a este hombre autoritario que inspiró el terrorismo interno en Brasil”.
Sumó la diputada demócrata Ilhan Omar, que también recordó el atentado del 6 de enero en EE.UU. y expresó su solidaridad a Lula y al pueblo brasileño y dijo que “no se le debería dar refugio a Bolsonaro en Florida”.
La extradición será evaluada por el Departamento de Justicia de la administración de Joe Biden y la Cámara de Representantes también podría iniciar el procedimiento. Pero los representantes ahora están controlados por los republicanos, muchos de ellos cercanos a Trump.
Los tiempos
No ha trascendido qué tipo de visa tiene Bolsonaro ni cuanto tiempo estimado quedarse. Pero a pesar de los crecientes llamados de los legisladores de Washington, los expertos dijeron que la decisión de expulsión de Bolsonaro de los Estados Unidos no podría ser rápida.
Todd Landman, profesor de ciencias políticas en la Universidad de Nottingham, dijo a NBC News que “tendrían que tener evidencia muy contundente de que hay un vínculo directo o un conjunto de instrucciones limpias que concluyeron de Bolsonaro para llevar esto a cabo”, dijo.
Desde Miami, Florida, Marcela Rodríguez, experta en inmigración, dijo ha Clarín que es posible que Bolsonaro haya entrado con visa de turista porque hubiera sido riesgoso que se presente con otra en su calidad de presidente porque caducan una vez venció el mandato.
Señala que una cosa es la visa y otra la estadía. Le visa tiene una validación determinada pero la estadía la determina el oficial que pone el sello en el ingreso al país. “Como máximo pueden ser seis meses”, explicó.
“Cuando se venza, le visa puede ser revocada y así no podrá ingresar otra vez.
“Si Bolsonaro argumentará problemas de salud, quizás pueda pedir una extensión de su estadía por cuestiones humanitarias”, señala Rodríguez, un tema clave luego de que el brasileño hubiera sido hospitalizado.
Más allá de que Bolsonaro no se del agrado de Biden ni de parte de los congresistas de EE.UU. además Podría pedir asiloaunque no es demasiado probable que se lo den.
“No hay mucho sustento. Por una investigación criminal no le va a dar asilo. No van a estar apañando a posibles criminales. El debería probar que la persecución es política”, explica Rodríguez.
En una serie de tuits, Bolsonaro perdió el domingo por la noche ser instigador de los asaltos a los edificios de Brasilia. Repudió el hecho y dijo que los ataques violentos eran una “excepción a la regla”.
No se sabe adecuado son las intenciones del brasileño en EE.UU. ni cuánto tiempo estimaba quedarse en Florida. Trascendió que sus hijos estuvieron varias en la residencia de Trump, en Mar-a-Lago, en los últimos meses, quizás para prepararle una salida.
Washington, corresponsal
CB