“Tenemos que construir el respeto mutuo. Tragando serpientes, si es necesario. » El eurodiputado socialista español Juan Fernández López Aguilar difícilmente podría resumir mejor la posición adoptada por Madrid respecto a Rabat, en los últimos meses, para renovar las relaciones entre España y Marruecos. Este ex ministro se refería a la votación, el pasado 19 de enero, por parte del Parlamento Europeo de una resolución instando a “las autoridades marroquíes a respetar la libertad de expresión y de los medios de comunicación” y preocupante “Afirmaciones según las autoridades marroquíes han tratado de corromper a los miembros electos del Parlamento Europeo”. El texto, que enfureció a Rabat y que siguió a revelaciones que involucraban a Marruecos y Qatar, solo fue rechazado por la extrema derecha y… por los diputados socialistas españoles.
En Madrid, el jefe del Gobierno español, Pedro Sánchez, intentó cerrar la polémica explicando el 24 de enero, en Madrid, que el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) no compartía ” ciertos elementos del texto. “No confundas la prudencia con la pusilanimidad frente a un enemigo poderoso. Así no se acaba con el acoso”. a él replicó el portavoz del Partido Nacionalista Vasco (PNV, reducido a la derecha), Aitor Esteban. Pedro Sánchez insistió en “la importancia estratégica para España y para la Unión Europea de tener las mejores relaciones con Marruecos”. Él no se trataba, para él, de correr el riesgo de dar un paso en falso en vísperas de la reunión de alto nivel que iba a tener lugar el miércoles 1oh y el jueves 2 de febrero, en Rabat, graduado de“histórico” por el Gobierno.
Hace ocho años que Marruecos y España celebraron una cumbre conjunta, muestra de la grave crisis que atraviesa la relación entre ambos países. La tensión alcanzó su punto álgido cuando en abril de 2021 España acogió y hospitalizó, a petición de Argel, a Brahim Ghali, el líder del movimiento independentista saharaui del Frente Polisario, enfermo de Covid-19. En respuesta a lo que consideró una afrenta, Marruecos no se opuso, como mínimo, a la entrada ilegal de más de diez mil de sus ciudadanos, incluidos cientos de menores, en el enclave español desde Ceuta..
“Apuestas arriesgadas”
En Rabat, está previsto que los dos vecinos del Estrecho escenifiquen, miércoles y jueves, su reconciliación, once meses después del cambio total de la posición tradicionalmente neutral de España sobre su antigua colonia del Sáhara Occidental. En marzo de 2022, en una carta al rey Mohamed VI, Pedro Sánchez describió el plan marroquí como“autonomía” del Sáhara Occidental desde “serio, realista y creíble”. Todos los partidos españoles excepto el PSOE condenaron la decisión, incluidos sus socios de coalición. Por cierto, el gobierno se ha ganado la ira de Argelia, principal apoyo del Frente Polisario. Argel ha retirado a su embajador y ha roto relaciones comerciales con España, a excepción de las exportaciones de gas, que representan una cuarta parte del consumo español y para las que ha renegociado el precio fuertemente al alza.
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