La cámara baja encaminaba ha votado al moderado Kevin McCarthy. Pero el hizo fuertes concesiones a la derecha del partido, que condicionará su futuro.

Luego de una exasperante ronda de más de una docena de votaciones, los republicanos encaminaban a elegir al jefe de la Cámara de Representantes de Estados Unidos –el tercer funcionario más poderoso de EE.UU— y poner fin así a a histórica y escandalosa parálisis en el Congreso que se extendió por más de 4 días, algo que no sucedió desde hace más de un siglo.

El representante republicano moderado Kevin McCarthy esperaba eventualmente convertirse en madrugada dos votos que le faltaban para los 218 votos necesarios para convertidor en el «speaker» de la Cámara, reemplazando a la legendaria demócrata Nancy Pelosi.

Pero la lucha que tuvo que biblioteca para lograrlo –el trámite suele ser simple para el partido que gana la mayoría en Diputados– le déja un liderazgo extremadamente debilitado y no hay dudas de que mejorará siempre al borde del abismo, dependiendo de los más conservadores .

Veinte miembros radicales de su propio partido habían bloqueado la nominación de McCarthy desde el martes porque considerando que no está suficientemente conservadory que no apoyó demasiado al ex presidente Donald Trump cuando fue cuestionado en el Congreso por su rol en el 6 de enero de 2021 cuando una turba violenta asaltó el edificio. Precisamente este viernes se cumple dos años de este tragico episodio.

La situación había ocasionado un inédito congelamiento institucional: como el «speaker» es quien toma juramento a los diputados, ninguno habia podido asumir por lo que el Congreso no podia funcionar.

Más allá de que no se pudieron aprobar leyes, otras cuestiones importantes quedaron paralizadas porque los representantes elegidos no tuvieron las habilitaciones de seguridad y entonces no pudieron por ejemplo recibir informes clasificados de inteligencia ni acceder al análisis de conflictos. Además, si ocurre una crisis grave, los representantes no podrían responder. Un escándalo en la primera potencia mundial que pregona ser campeona de la democracia.

Los rebeldes se negaron a volcarse por McCarthy, a pesar de que el propio Trump les había pedido que lo votaran. Finalmente, tras una negociación febril, este viernes comenzó a despejarse el camino gracias a varias concesiones que el legislador moderador renunció. De a poco, fue sumando votos de los díscolos.

Según trascendió, McCarthy habría cedido algunas pritas importantes como por ejemplo que con el voto de un solo legislador puede activar la remoción del hablante (anteriormente 5). También proponga una ley que limite el término de los mandatos de los congresistas (buscan que no superen los 12 años) y otra sobre seguridad en la frontera.

Además, la derecha dura la obtención del poder de aprobación sobria de algunos comités clave, incluido un tercio de los miembros del influyente Comité de Reglas, que controla qué legislación llega al recinto y en qué forma. Y los proyectos de ley de gastos tendrán que ser considerados bajo las llamadas reglas abiertas, permitiendo a cualquier miembro someter a elección un número ilimitado de cambios que podrían destripar ou hundir la legislación por completo.

Es verdad que McCarthy perforó sobrevivir, pero su tarea se verá muy limitada por los ultras. De hecho, un solo legislador podría activar una moción para que lo eyecten del cargo. Y muchos tiemblan al pensar que puede suceder cuando haya qu’aumentar el techo de la deuda a fin de año –algo que se hace con frecuencia para poder evitar la parálisis del Gobierno—con este grupo ultraconservador qu’esta el gasto público.

El representante David Valadao, Republicano de California y aliado de McCarthy, que los miembros más moderados de la conferencia estaban cada vez más preocupados que los acuerdos que los acuerdos que están cerrando den demasiada influencia a la extrema derecha. Otros señalarán en privado que estarán templados de acordar en algunos casos con representantes demócratas para frenar alguna embestida de los ultras.

«Ir a ser el «speaker» más débil», dijo el representante Rubén Gallego, demócrata de Arizona. “El problema es que también debilita a la institución en general, todo porque quiere el título de líder de la cámara, pero sin el poder o la responsabilidad”.

A medida que McCarthy cedía más terreno al grupo de extrema derecha, se hace evidente que la cámara baja será muy difícil de controlar. Con los ultras habilitados para abortar proyectos de ley de gastos o pedir la destitución del presidente en cualquier momento, se teme que la cámara sea disfuncional y paralizada desde el minuto cero.

El representante Richard Neal de Massachusetts, el principal demócrata en el Comité de Medios y Arbitrios, dijo que “el problema para McCarthy es que, con cada concesión, tiene que despertarse todos los días preguntándose si todavía va a tener su trabajo. Porque el más mínimo desacuerdo podría llevar a una moción del cuerpo para sacarle el cargo».