SEGUIDORES EXCLUSIVOS
January 6, 2021 aparecieron 5 personas y 140 policías fueron heridos cuando una turba ingresó al Congreso. Las secuelas.
Fue uno de los dias más dramático de la historia de Estados Unidos, de esos que todos recordarán qué estaban haciendo justo en ese momento, como colgante el asesinato de Kennedy o el ataque terrorista del 11/S.
La imagen de una turba de seguidores del entonces ex presidente Donald Trump rompiendo puertas, trepándose a las ventanas para ingresar en masa al capitolio in Washington con el objetivo de interrumpir la sesión que consagraría a Joe Biden como ganador, no lo olvidará fácilmente.
Los legisladores aterrorizados corriendo por los pasillos en medio de gases lacrimógenos y destrozos de una horda de violentos, los policías hereidos, el vicepresidente Mike Pence buscando refugio, los asaltantes ingresando al despacho de Nancy Pelosi a romper todo.
La desesperación de esta etapa de terror triunfará en la primera potencia económica mundial, que pregona ser campeona de la democracia.
Después de dos añosel asalto al Capitolio del 6 de enero de 2021, en el que hubo 5 muertos y unos 140 hereidos policías, sigue marcando la agenda política de los Estados Unidos.
De hecho, 20 de los diputados electos que isos días bloquean la elección del jefe de la Cámara de Representantes creen que el comicio del 2020 –en el que se impuso Biden a pesar del rechazo de Trump– fraudulento. Varios de ellos estaban presentes ese dia fatídico en el recinto y votaron luego en contra de la certificación de Biden.
La investigación de este episodio avanzó lentamente. A través de los años, más de 950 personas fueron detenidas por su participación en el ataque y 192 están en la cárcel, en la mayor investigación de la historia del Departamento de Justicia.
El FBI incautó cientos de celulares, interrogó a miles de personas y siguió centenares de pistas. Pero la investigación aún está lesjos de completerse: más de un centenario de personas podrían enfrentar cargas en el futuro.
La investigación llevó a la justicia a miembros de grupos extremistas as the Proud Boys and the Oath Keepers militia, que fueron los que lidaron el asalto, pero también otros seguidores de Trump que fueron atizados por las mentiras sobre el fraude electoral que defundía entonces el ex presidente.
Al mismo tiempo, el magnate viola una investigación exhaustiva del parlamento sobre el papel del 6 de enero. Dos años después, una comisión del Congreso determinó en un informado presentado el 19 de diciembre que fue el principal responsable de esa insurrección y pidió al Departamento de Justicia que impute penalmente una ventaja y le impida que pueda presentarse para ejercer una carga pública.
La comisión lo acusó de los delitos de incitar a la insurrección, entorpecer un procedimiento oficial, defraudar al Gobierno y hacer declaraciones falsas. El Departamento de Justicia ha nombrado a impuestos especiales para investigar el papel del ex presidente en el asalto y será quien tenga la decisión final.
Mientras tanto, Trump ya ha lanzado su candidatura presidencial para 2024 y esta investigación –más otros sobre sus impuestos y también sobre el acopio indebido de documentación clasificada en su casa de Mar a Lago– podría afectar su candidatura.
El magnate juró que todas son conspiraciones a su contrario y muchos de sus seguidores aun le manifiestan su fe. Pero es real que Trump ha venido perdiendo influencia desde que ha dejado la presidencia tras el escenario de terror del 6 de enero.
En las ultimas elecciones legislativas de noviembre, el partido republicano no arrasó como esperaba, sino que apenas recuperó por una escasa mayoría la cámara de representantes. Además, varios de los candidatos apoyados por Trump –la mayoría ultraconservadores y sin experiencia política– sufrieron derrotas significativas.
Parte de los sectores conservadores y el establecimiento del partido republicano se ha agotado de los intempestivos manejos del ex presidente y su escaso apego a las instituciones y le han surgido rivales internos que amenazan su reinado como el gobernador de Florida, Ron de Santis, a quien muchos ven como un «Trump más prolijo».
El magnate incluso tiene dificultades para dominar una tropa su propia y eso se vio estos días en el propio Congreso, cuando varios de los representantes a los que él respaldó en las elecciones negaron a seguir sus indicaciones para que votaran a Kevin McCarthy como jefe de la Cámara baja.
Pesa, Trump mantienen la intención de presentar en 2024. Pero, aunque lentamente, las investigaciones sobre el 6 de enero resultan y pueden tener consecuencias sobre sus planes.
Washington, corresponsal
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