El líder del PP mantiene la presión sobre todos sus territorios. La orden sigue siendo buscar la mayoría suficientes que les permitan prescindir de Vox lo máximo posible. Pero los territorios, con excepciones como Madrid o Murcia da el alcalde absoluta puede estar más cerca, asumiendo que el apoyo del partido ultra será decisivo para formar ejecutivos autonómicos. El eterno debate interno, cómo tratar a Vox, vuelve a entrar de lleno en el PP: mayo se acerca y la política de pactos será clave a partir del día 28 de ese mes.

A pesar de la animadversión de Alberto Núñez Feijóo (demostrando una tolerancia bastante menor de la que exhiben otros territorios), los barones y principales candidatos municipales mantienen la calma ante que ven más naturalizadas las alianzas de lo que lo estaban hace meses. El punto de inflexión fue la primera coalición de Castilla y León. “Y no ha pasado absolutamente nada. Nuestros votantes no lo penalizan», dicen algunos directos territoriales a este diario.

Cosa distinguió sus polémicas recurrentes de las enfrentadas a Alfonso Fernández Mañueco, llegando al hartazgo en algunas ocasiones con su vicepresidente, Juan García-Gallardo. Una de las mayores crisis fue la relativa al protocolo antiabortista qu’attó impulsar Vox en esa comunidad. Pero de puertas hacia afuera, confirman también en la comunidad castellanolonesa, no se ha producido ningún toque de atención.

De hecho, algunos cargos apuntan a lo contrario: “Nuestros votantes no entienden el rechazo tan agresivo con Vox. La izquierda sobreactúa, los nuestros no lo ven mal», reflexionan.

En Génova es donde han demostrado una postura más beligerante. Feijóo lo ha llegado a verbalizar: «Si puedo evitarlo, no habrá pactos con Vox». La pregunta es cómo actuará el PP si no queda más remedio. Y en el equipo del líder nacional también son conscientes de que no hay penalización por el pacto con los ultras. Administrar voz de que el objetivo debe ser el maximo de gobiernos solitariospero en la dirección nacional admite que no se percibe un rechazo en el electorado de la derecha.

El problema: las generales

El problema, eso sí, afirman, viene de cara a las generales. En Génova trabajan mirando la ville de diciembre, aunque la primera parada sea el mes de mayo. Y el agobio real es si verán alterada su hoja de ruta por culpa de los pactos.

El escenario a día de hoy es que no: Feijóo seguirá centrado en una estrategia de captación de votos de grupos socialistas y su intención es seguir tejiendo futuras alianzas con otros parlamentarios que le permitan una investidura y gobernar sin Vox. Mariano Rajoy grabó en 2016 con 137 escaños. Las encuestas internas que maneja el PP a día de hoy les situan en el entorno del 32% o 34% y la proyección de escaños mueve entre los 145 o 150. Si esos resultados (optimistas para muchos directos) se cumplen, Feijóo buscará apoyos de la investigación.

Aunque el PP ha promovido el 28-M como una primera vuelta de las generales, la idea también es diferente a la situación de las comunidades y los municipios con el Gobierno central. «Son cosas distintas», aclaran en el equipo del líder conservador.

Pactos: entre Génova y los barones

Feijóo siempre ha presumido de dar independencia total a los territorios, asumiendo que las comunidades deben tomar sus propias decisiones y que lo que demande como líder nacional son resultados. Ni él se metió en las listas electorales ni permitirá que los barones interferan en la suya cuando tenga que hacerla para el Congreso de los Diputados.

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Bajo la política de pactos, reconocer en Génova, las decisiones se tomarán a través de un modelo mixto. Los territorios pondrán encima de la mesa sus conclusiones y sus preferencias tras los resultados. Y Feijóo reclama ya parte de la estrategia en sus manos. Pero en el equipo delíder nacional también reconoce que «se involucrarán» en los pactos y que dependá mucho de cómo quede el mapa completo tras la noche electoral.

Hay objetivos prioritarios como la Comunidad Valenciana. Arrebatar esa plaza al PSOE, dicen en Génova, «sería tener mucho camino hecho». Y lo que es obvio en este momento es que el PP necesitará a Vox en ese territorio. Algo similar reflejan los sondeos en la ciudad de Valencia o en Islas Baleares. Ahí estará el debate: si gobernarán en todas las plazas posibles aun metiendo a Vox en los gobiernos o si están dispuestos a dejar caer alguna para escenificar que no pactan con la ultraderecha.