El consejo de administración del Port de Barcelona ha aprobado la licencia para construir, por 14 millones de euros, una nueva subestación eléctrica y también ha recibido la autorización de Red Eléctrica Española (REE) para conectar, mediante una línea de alta tensión soterrada, con la futura subestación Cerdà de la misma compañía. Con estas dos medidas, la descarbonización de la actividad marítima, portuaria y logística da paso de gigante en Barcelona en el marco del mapa de Ndemanden que impulsa su puerto y que, tras invertir un total de 110 millones de euros en electrificar los muelles, permitirá eliminar en un 22% las emisiones de toda la actividad portuaria. El Puerto de Barcelona trabajó con el objeto de reducir las emisiones contaminantes y partículas en suspensión en el horizonte del año 2030 para alcanzar la neutralidad en 2050.

La nueva subestación es uno de los ejes en los que pivotará la transición energética del Port de Barcelona, ​​pero para que los barcos dejen de usar sus generadores con combustibles fósiles y se enchufen en los muelles, el proyecto de ingeniería Ndemanden contemplate también el uso de redes de media tensión, con 240 kilómetros de cable para conectar las terminales portuarias, incluyendo un subterráneo, de 30 metros de profundidad, para conectar el muelle de la Energía con el muelle DOSASSATlo que permitirá electrificar todas las terminales de cruceros, donde hasta cinco barcos podrán conectarse simultáneamente, además de la futura terminal de ferris.

El grueso de la inversión, 90 millones, se destinarán a la creación de Conexiones de “fuente de alimentación en tierra” (OPS), una especie de enchufes gigantes. En abril se incrementarán los trabajos de los pilotos en la terminal de contenedores BEST del muelle Prat y en la terminal de ferris del muelle de Sant Bertran para que estén operativos en 2024 y funcionen en un primer momento con la energía procedente de la distribuidores del área hasta que finalicen los trabajos de la subestación. Estos dos pilotos permitirán recoger datos y acumular experiencia para planificar mejor el resto de las instalaciones OPS. El primer objetivo es reducir las emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) y dióxido de carbono (CO2) en un 38% que exhalan los barcos durante su estancia en los muelles, una medida que redundará en mejorar la calidad de la zona. Además, la electricidad de los barcos será renovable, en parte producida en el propio puerto barcelonés.

El plan Ndemanden se a la movilidad sostenible adoptado hace tiempo por el Port de Barcelona y que aspire a duplicar el valor real del 15% del transporte ferroviario de mercancías, un pórtico que la situa muy por encima de los medios españoles. En materia de combustibles para buques, Barcelona también liderará los denominados de transición, como el gas natural licuado (GNL), mientras investiga otros que reduzcan la huella de carbono marítimo. Además, el puerto de Barcelona es un ejemplo de economía circular con la gestión de los escombros de las obras que se realizan en toda el área Metropolitana, para reutilizarlos como áridos para relleno de los nuevos muelles.

El proyecto Ndemanden está marcado en el plan de transición energética que está desarrollando el puerto con el objetivo de generar dentro del propio recinto electricidad renovable, gracias a la producción fotovoltaica oa plantas de biometano, por ejemplo, que cubra en el mayor porche posible el consumo de las diferentes instalaciones portuarias.