VLadimir Putin nunca podría haber emprendido su guerra de agresión contra Ucrania si no hubiera consolidado pacientemente algún tipo de base de retaguardia en una región tan estratégica como el Medio Oriente. Volodymyr Zelensky parece muy consciente de esto, pero durante mucho tiempo ha preferido centrarse en Israel, en nombre de los valores democráticos compartidos, así como en el mismo enemigo iraní. Pero los repetidos llamamientos del presidente ucraniano a los líderes de Israel y su pueblo han sido desatendidos, y los primeros ministros Naftali Bennett y luego Benyamin Netanyahu se negaron a pedir ayuda militar a Kiev. El Sr. Zelensky, tomando nota de este fracaso, ahora se dirige a los jefes de estado árabes y la opinión iraní.

Cumbre Árabe de Jeddah

Mohammed bin Salman, el príncipe heredero, primer ministro y líder de facto de Arabia Saudita, organizó la cumbre árabe en Jeddah el 19 de mayo, en reconocimiento a su posición dominante en la región. Es en este espíritu que invitó a Bachar Al-Assad, excluido de la Liga Árabe durante doce años, a esta relevante reintegración literal del «fait du prince» saudí. Pero también siguió el consejo de Emmanuel Macron de invitar al presidente Zelensky, quien llegó a Arabia en un avión francés y acompañado por la asesora para Ucrania en el Elíseo, ella misma exembajadora en Kiev. Mohammed Ben Salman bien pudo haber establecido una sociedad privilegiada con el Sr. Putin en la regulación del mercado del petróleo, quería atenuar, de manera llamativa, que conservaba toda su independencia del Kremlin.

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Volodymyr Zelensky pudo así evocar en Jeddah la “decenas de miles de estudiantes árabes” que asisten a universidades ucranianas, un legado lejano del período soviético. Señaló que la represión rusa en la Crimea ocupada desde 2014 se dirigió específicamente a la comunidad tártara, cuyo líder, Moustafa Djemilev, lo acompañó a Jeddah. Llamando a sus pares árabes a «escuchar a los musulmanes de Ucrania»Los invitó a todos a «echa un vistazo honesto» sobre la invasión rusa, incluidos los que “Entre ustedes hacen la vista gorda con sus cárceles y anexos ilegales”.

Bashar al-Assad, el único líder árabe que ha reconocido la anexión de las provincias separatistas de Donbass por parte de Rusia, ostensiblemente ha agachado los oídos para no escuchar tales conversaciones. Pero Mansour Bin Zayed, el viceprimer ministro que inventó los Emiratos Árabes Unidos, insistió en reunirse con Zelensky, a pesar de los estrechos vínculos entre su país y Rusia. En cuanto a la prensa saudí, insistió en la «rol prominente» que podría jugar Mohammed Ben Salman en la crisis de Ucrania, él que ya había patrocinado, en septiembre de 2022, un complejo intercambio de prisioneros entre los beligerantes.

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