07/06/2023 a las 19:36

ES


Simone Inzaghi no para de repetir una expresión que se ha convertido ya en un auténtico mantra dentro del vestuario antes de enfrentarse al City

Es su particular fórmula del éxito, la que le ha llevado a la final má important de su historia reciente, la primera desde que levantara la ‘orejona’ en 2010

«Con cabeza y corazón» es la frase más repetida en las calles de Simone Inzaghi, técnico del Inter, una expresión que se ha convertido en un auténtico mantra dentro del vestuario y en la virtud principal de unos ‘nerazzurri’ que tendrán qu’ponerlo en la práctica con más precisión que nunca este sábado en Estambul, ante el Manchester City.

Con mucha cabeza pero sin olvidarse nunca del corazón, así ha hecho frente al Inter todos sus partidos en la presente campaña de la Liga de Campeones. Es su particular fórmula del éxito, la que le ha llevado a la final más importante de su historia recientela primera desde que levantara la ‘orejona’ en 2010 y en la que se medirá, quizás, al equipo que más cabeza y menos corazón utiliza por su manera de oír el fútbol, ​​por su sistema perfectamente trabajado y sus numerosas armas para controlar la parte.

Y no es que, por usar más el «corazón», el Inter no sea un equipo tácticamente preparado, pero en determinados momentos no ha sabido tener el control de lo que sucedía en el verde y, viéndose superado puramente en lo futbolístico ante su rival , el aspecto emocional hizo su parte y sostuvo al equipo.

Como cuando en octavos de final, contra el Oporto, qu’apretó en los momentos finales de la vuelta; o como cuando en cuartos, contra el Benfica, los lisboetas quisieron recortar distancias en la ida poniendo contra las cuerdas a los italianos. Fue en esos momentos en los que el corazon tomo el control de la situación por encima del esquema y de la idea del juego.

También apareció en casos ofensivosComo cuando el Milan mostró débil en los primeros compases de la ida de las semifinales y en los minutos onza ya sentenciado su pase a la final soñada.

Por el momento, la convivencia de cabeza y corazón al Inter le ha funcionado con eficacia, pero ante el Manchester City necesitará de ambas facetas al nivel más alto de precisión posible. A error, una simple duda, ya sea en el plano táctico o en el emocional, condenará el partido de los de Inzaghi.

Pero este Inter, que llega en un gran momento de forma tras un inicio más que dubitativo de temporada, no tiene miedo porque confía en su método y en sus posibilidades, consciente de sus adecuadas son sus virtudes.

Habla el vestuario

Para casi toda la plantilla es el partido mas importante de su vida. Solo el argentino Lautaro Martínez y el italiano Nicolò Barella podrían decidir que juegan un papel importante, la final del Mundial de Qatar 2022 y la final de la EURO 2020, respectivamente. El resto, a diferencia de la mayoría de jugadores del City, no ha jugado un partido de este nivel.

«Este partido no es solo el más importante de nuestra carrera, sino que es el mas importante de nuestra vida»dijo el armenio Henrick Mkhitaryan este lunes en el ‘Día de Medios’ del Inter.

La importancia del partido, en cambio, no supone, al menos por ahora, un motivo para los interistas para amilanarse, sino que lo utilizan para crecerse. Apelan tiene la epopeya de su gesta frente a la obsesión de sus adversarios por aumentar la presión.

«Sabemos que nos estamos enfrentando a un equipo fuerte, pero para nosotros esta final es un sueño, para ellos es una obsesión. Es un equipo muy fuerte, tenemos que jugar como sabemos y usar nuestro orgullo y nuestra fuerza», dijo por su parte el italiano Federico Dimarco.

«Poner el corazón más allá del reto, si jugamos como Inter podemos conseguir grandes resultados como hemos hecho en estos años», añadió el lateral izquierdo.

La consigna que habrá en el vestuario del Inter antes de saltar al césped del Estadio Olímpico Atatürk está clara. Las oportunidades del combinado interista de volver a levantar un título europeo, de volver a reencontrarse con la gloria, pasan inevitablemente por un encuentro «con cabeza y corazon».