q¿Cuál es el mejor fabricante de automóviles del mundo? Hace diez años, la respuesta se habría fusionado de inmediato entre los expertos: es Toyota. Durante décadas, el fabricante japonés ha impuesto al mundo su método de producción basado en la mejora continua de los procesos productivos.

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En 2010, Elon Musk, el jefe de Tesla, que lucha por sacar a su empresa de pérdidas crónicas y producir en masa sus autos, naturalmente se vuelve hacia el número uno del mundo y adopta su “monozukuri”, el arte de hacer cosas. Se llega a un acuerdo entre el alborotador y el rey japonés. Toyota invierte 50 millones de dólares (45,8 millones de euros) para hacerse con el 3% de Tesla y vende su fábrica californiana, que había construido con su ex socio General Motors. Modesto y sabio, Akio Toyoda, el jefe en ese momento, asegura que esta alianza le permitirá a su empresa aprender el espíritu emprendedor de Tesla.

“Debemos aprender de ellos”

El 2 de julio, el diario japonés Nikkei aprendemos que el alumno ha superado al maestro. Toyota adoptará las técnicas de fabricación de carrocerías de aluminio desarrolladas por Tesla. En un automóvil tradicional, se necesitan casi cien soldaduras por puntos para el viejo esqueleto del automóvil. Con máquinas gigantes de fundición de aluminio, como la que se usó para el Modelo Y de Tesla, la carrocería del automóvil está hecha de solo dos piezas. Los ahorros son considerables.

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“Tesla es líder en coches eléctricos, tenemos que aprender de ellos”, reconoce un ejecutivo de Toyota citado por el Nikkei. Una humildad que no siempre ha sido la adecuada. En 2016, bajo la presión de ingenieros convencidos de que no tenían nada que aprender sobre el coche eléctrico de estos californianos, Toyota vendió su participación. Lástima, valdría, hoy, más de 20 mil millones de dólares.

Es este mismo viaje a Canossa el que han emprendido Ford, General Motors, Volvo y Rivian en Estados Unidos, adoptando el estándar del cargador de baterías y la red de carga de Tesla. Volkswagen tuvo que hacer lo mismo. Dos que dudaban mucho de la capacidad del fabricante para impulsarse industrialmente no pudieron ver que la empresa superó sus objetivos de ventas y producción, con casi medio millón de automóviles solo en el segundo trimestre. Debería producir 2 millones de vehículos este año, en comparación con 1,2 millones en 2022.

Y los más rápidos y pragmáticos en esta carrera por ponerse al día no son los japoneses, sino los chinos, que ya utilizan los procesos de Tesla que tanto le interesan a Toyota. Un reconocimiento que también es una amenaza.