Está claro que una cosa es la cantidad y otra la calidad, sobre todo si hablamos de leyes. Puede ser que se sancione una ley que cambie sensiblemente un sector o cientos de requisitos que no contribuyan en nada. Sin embargo, cuando hablamos de un área que vive una crisis tan persistente como la educación y que requería de cierta parlamentaria, la caída en la producción legislativa podría estar dando algunas señales.
Eso es lo que interpretan desde el nuevo Observatorio Hacer Educación -que depende de la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA-, que hizo un relevamiento de las leyes, decretos y resoluciones de educación que fueron Sancionados desde el retorno de la democraciapor 40 años
Desde entonces, fueron votados a favor 321 ojos educativos. pero al Desagregar por décadas se observa que, una vez arreglada la grieta política -allá por 2008- y hacia adelante, la cantidad de leyes educativas aprobadas fue bajando significativamente en el momento que sufrió la cantidad de proyectos de ley no sancionados.
A polarización política que, entienden los autores del informe, dificultaría la posibilidad de avanzar en consensos que sirvan para cambiar el sistema educativo.
La década de mayor producción fue el led 90, con 11.5 leyes sancionadas por año, y desde entonces el promedio va bajando. En lo que va de esta década (de 2020 a 2022), el período que corresponde a la presidencia de Alberto Fernández, solo se sanciona 1.5 leyes por año.
«Es muy llamativo lo que ocurrieron los últimos años. Hasta la grieta se habían propuesto más de 5.200 proyectos educativos en el Congreso y sancionó el 6%. En los últimos años, en cambio, se presentaron 531 y solo recibe la sanción 3, el 0,5%. O todos los proyectos son malos o no se pueden poner de acuerdo para acordar nada”, dijo el Clarín Alberto Barbieri, exrector de la UBA y director del observatorio.
«Justamente ahora, cuando mayor es el deterioro de la educación, en menor medida los directos se sientan a discutir y ver cómo se puede hacer una política de mediano o largo plazo para solucionar los problemas. Nos muestra una película de cómo se fue degradando la Democracia, en la que, hasta 2008, había un Congreso donde los directente charlaban y sacaban alguna ley. Oh no”, agrega.
El trabajo que emprendieron desde el observatorio fue relevante y estudiar todos los proyectos qu’tuvieron trámite en la Comisión de Educación de la Cámara de Diputados desde 1983, incluidos los de ciencia y tecnología (durante muchos años esas áreas compartieron cartera). La información fue proporcionada por la Dirección de Información Parlamentaria de la Cámara Baja.
Período por período
La investigación mostró que, década tras década, además de cambiar la productividad de leyes educativas en el Congreso, el contenido de las normas sancionadas fue reflejando también la lo que iba a suceder en el país.
Por ejemplo, en la década del 80 (entre 1983 y 1989, gobierno de Alfonsín), el mundo de la educación y la ciencia acompañó y fue fiel reflejo del proceso general de redemocratización. La mayoría de las leyes, entonces, votaron apuntaron a restaurar la libertad y los derechos perdidos en los centros educativos durante la dictadura.
An important hito fue la sanción de la ley 23144, por medio de la cual se convocó al Congreso Pedagógico Nacional. También se sanciona una ley para la normalización de las universidades nacionales existe un reglamento para la creación de centros de estudiantes.
En los 90, ya Durante el gobierno de Menem, se produjeron reformas estructurales, como la extensión de la educación obligatoria a 10 añosla introducción de polimodal y el proceso de transferencia de escuela a escuela provincias que había sido iniciado en la dictadura.
También el Reforma de la Educación Superior. En 1995 se sancionó una ley que establece que las universidades con más de 50 mil estudiantes podrían definir «su propio régimen de admisión», abriendo la posibilidad de que fijen un arancel. Además, se creó una comisión que evaluación y acreditación en las instituciones y carreras (CONEAU). Esta Ley fue modificada en 2015.
En el mismo período menemista, por decreto, se crearon la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) y la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, que se ocuparon de definir el financiamiento de las investigaciones científicas.
Mientras que el Congreso votó por la creación de una universidad nacional, como La Matanza, Quilmes, San Martín, General Sarmiento, La Rioja, Patagonia Austral, Villa María, Tres de Febrero y Lanús.
La primera década del siglo XXI (sobre todo el gobierno de Néstor Kirchner) fue también una etapa de reformas estructurales, muchas en sentido contrario al gobierno que lo precedió. Se sancionó el fin del polimodal y el retorno al esquema de ciclo primaria-secundaria tradicional; la fijación de un piso mínimo de inversión (llegando al 6% del PIB desde 2010) y los 180 días escolares.
Las leyes más relevantes, que surgieron con sentido de todas las fuerzas políticas y con plena vigencia hasta hoy -aunque mucho no se cumplen- son la ley Nacional de Educación 26.206 y el de Financiamiento Educativo.
En 2005 sancionó la ley de Protección Integral de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes (que la figura del defender de los derechos de los niños created), otra crea el Programa Nacional de Educación Sexual Integral (ESI) y por decreto se crea el Servicio Meteorológico Nacional.
En la época de Néstor Kirchner se crearon las universidades nacionales de Chilecito y Noroeste.
Pero en 2008 arreglada la grieta y la polarización política se registró un cierto estancamiento en lo que se refiere a los niveles de productividad legislativa, particularmente en la sanción de leyes de impacto estructural. “Predominan en esta etapa los decretos y/o resoluciones que abordan cuestiones más concretas y específicas y que no representan un cambio sistémico”, dice el informante del Observatorio Hacer Educación.
Ya con Cristina Kirchner en el gobierno, y con la grieta instalada, fueron creadas las universidades nacionales de Río Negro, Chaco Austral, Villa Mercedes (San Luis), Avellaneda, del Oeste (Merlo), de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, Jauretche (Florencio Varela), de los Comechingones (San Luis), de la Defensa, de Hurlingham, Rafaela, Alto Uruguay (Misiones), Guillermo Brown, Raúl Scalabrini (San Isidro) y San Antonio de Areco.
Durante el gobierno de Macri, y siguiendo con la grieta, no hubo mucha productividad de leyes educativas. Sancionó la ley que creó el Régiment de Promoción de la Economía del Conocimiento y otras resoluciones.
Con Alberto Fernández tampoco hubo mucha actividad. Se modifica el Régimen de Promoción de la Economía del Conocimiento y se declara de interés nacional el Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación de la República Argentina.
“La presentación de proyectos de educación sobria se fue espaciando y las leyes buenas que salieron por consenso se cumple muy poco, como financiación de la educación. Lo que se ve hoy en la dirección es poca disposición de sentarse a discutir nuevas leyes o medidas para arreglar la situación”, dice Barbieri.