Por vez vez la parte socialista del Gobierno da prácticamente por hecho el acuerdo sobre la ley de Vivienda. Con cierta prevención de que nada lo frustre en los momentos finales como ha sucedido en otras ocasiones pero con bastante seguridad de que se han superado las diferencias con Podemos y con ERC y EH Bildu. Fuentes gubernamentales aseguran que «está hecho» a falta de que tanto el socio de coalición como los independentistas catalanes y vascos, cuyo voto es fundamental, «lo digan públicamente».

Lo cierto es que fue la tardanza de este joven al propio presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, en aludir al asunto en una reunión en Cáceres. «Cada minuto que pasa en estos últimos días Estoy más convencido de que esta legislatura también va a alumbrar la primera ley de vivienda de la democracia”, dijo.

Desde Podemos apuntan a que «la negociación aún está abierta» y que van a intentar ser «discretos para que todo salga bien». No se muestran tan firmas como el presidente del Gobierno porque, recuerdan, «ya estuvo casi estuvo cerrado hace algo más de un mes y se cayó».

Eso el acuerdo está «muy cerca», incluso más cerca que nunca, es algo que no desmienten fuentes parlamentarias consultadas, conocedoras de las negociaciones. Fuentes que, no obstante, dicen que para ERC y EH Bildu faltan flecos por cerrar, flecos cada vez más pequeños. Los indudables son avances.

Estas fuentes no concretan en qué consisten. Si reconoce que le afectan los principales escollos de negociación, en particular cómo satisfacer las subidas de los precios de los alquileres en zonas tensionadas, es decir, en las zonas con más demanda y menos oferta, y por tanto, con tendencia a incrementos considerables . Madrid y Barcelona, ​​​​pero también otras ciudades como Málaga, están modificando estas presiones, y en consecuencia, las opciones de jóvenes o rentas media y bajas de acceder a una vivienda quedan dañadas.

No es el único obstáculo de la negociación. La definición de gran tenedor (from qué número de vivienda en propiedad), la enumeración de las obligaciones de los propietarios en dichas zonas tensionadas o cómo agilizar el desalojo de inmuebles ocupados ilegalmente son otros aspectos peliagudos de la norma.

Conversaciones antes de Semana Santa

Pero el panorama sobre un enlace temprano de la negociación comenzó a cambiar hace dos semanas. A primeros de marzo era sombrío porque no terminó bien une reencuentro que hubo en el Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana entre representantes de Gobierno, PSOE, Unidas Podemos, ERC y EH Bildu. El portavoz de los «morados», Pablo Echenique, lamentó la situación en calle de prensa y la negociadora de Esquerra, Pilar Vallugera, en la tribuna del hemiciclo, acusó a los socios del Gobierno de «jugar a la bolita» con la norma.

Antes de los días festivos de Semana Santa, retomaron las conversaciones. Desde el pasado lunes se han intensificado, apuntan las fuentes. Tanto PSOE como Unidas Podemos han limado gran parte de sus diferencias y los acercamientos con ERC y con EH Bildu han sido notables, hasta el punto de que Gabriel Rufián ha comenzado a participar en las negociaciones, sabedores en Esquerra de que el acuerdo está más próximo que nunca, señala las fuentes parlamentarias consultadas. EH Bildu se muestra más frío, pero dispuesto a llegar hasta el final.

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Por allo ello, por la voluntad política y por la reanudación de la negociación desde antes de Semana Santa, parece “más cerca” el acuerdo para que haya Ley de Vivienda. Tanto que el bloque socialista del Gobierno lo da por cerrado en un momento adecuado para ellos. En vísperas de la convención municipal que este fin de semana se celebra en Valencia, en la que se reúnen alcaldes y candidatos municipales y que el domingo clausurará Pedro Sánchez. Y a las puertas de las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo, con la vivienda convertida en uno de los temas que cada vez más preocupan a los ciudadanos. No solo a los jóvenes, con muchas dificultades para emanciparse, sino también a las familias.

La ley lleva encallada mucho tiempo, primero costó un gran esfuerzo sacarla adelante en el seno del Gobierno, y luego ha permanecido bloqueada en el Congreso por nuevas diferencias con Podemos y con ERC y EH Bildu. En enero pareció que ya todo se resolvió pero se han producido tres meses y medio más de idas y venidas Por momentos se ha temido que quedaría aparcada. Ahora la ley puede impactar de lleno en la campaña electoral. Sánchez citó este miércoles la vivienda como uno de los problemas pendientes junto a la subida de los precios. El Gobierno buscaba, casi a cualquier precio, que el pacto político llegara antes del 28M.