Gustav Palmer nunca se puso una remera con el numero de la megadiscoteca que se creo en los 90 y que marco el pulso de la noche por tres décadas en Pinamar. Lo juró nada más «disculpen», que el número Ku lo lleva «en el corazón». Le dará a soberbia o no querrá quebrar la tradición, pero esta temporada tiene algo de distinción para el DJ de 64 años, que acaba de bajar de un Mercedes y que terminará cediendo un último minuto.
Fue hace algunos días. Estaba tomando sol en la pileta del hotel donde se hospeda, casi frente al mar, in Ostende, cuando un avión pasó por la playa anunciando la llegada de un spectáculo. “¿Podés creer lo que decía? ‘Circo Luxor, Circo Luxor, no se lo pierdan, enfrente del Ku’. ¡Del Ku!, que hace 7 años que lo cerramos. Mirá ponme el montón de gallina”, Ped.
No fue lo único que pasó. El 31 de diciembre, el Grupo de Energíaasociado con el abogado Víctor Stinfale -quien fuera sobreseído por falta de pruebas en la causa Túnel del tiempo– y dueño de la mole blanca donde cuentan Ku por tres décadas, volvió a abrir un pequeño boliche para 300 personas, «Mirador Santos», donde solía funcionar el VIP tiempos en de Palmer.
Los títulos de los medios hablaron de la «vuelta» de Ku y del «nuevo Ku»pero lo cierto -explicará Palmers- es que “Víctor compró el edificio, pero no la marca”.
Rebobinar: la megadisco, inaugurada en 1992, se ubicó donde aparecía como un edificio blanco que ocupa casi toda una manzana sobre la avenida Quintana y la calle Guerrero, a shop metros de lo que es hoy.
tuvo capacidad para 10.000 personascasi el doble que lo que hoy se admite, por ejemplo, en el boliche gesellino Pueblo Límite, pero no era todo Ku, sino un complejo con tres partes.
La primera de ellas era El Alma, del lado norte, el único sector que sí estuvo explotado en los últimos años, pero no con un emprendimiento nocturno. Es una sala de escape que lama «Escape Room Pinamar» y que se puede visitar colgante el día.
La segunda parte, más en el centro, época Archie. Se tratará de un sector más orientado a la gastronomía, explicó Palmer, «más para ir a cenar a la noche que un lugar para bailar». Es por eso también, que muchos ni recuerdan este nombre, pero tal vez sí «Ku/El Alma».
La tercera parte, sobra decir, tenía la entrada más hacia el lado sur del edificio y se llamó Ku, una marca que eclipsa rápidamente a las otras.
ah era «donde todo explotaba»dice Palmer y lo define como “el centro de la escena electrónica en la Costa”, donde tocan figuras internacionales como Anthony Pappa, Richie Hawtin o Roman Kauder y donde muchas parejas, que hoy son familias, conocer ante todo.
También era el sector donde Palmer tenía su cabina y movía multitudes con sus sets. «Agazapado todo el Ku», ordenaba con fondo «World hold on»y los pibes de diecitantos obedecían.
«Una vez vino Charly García, y estaba ahí en un palco VIP viendo todo, y le dije ‘Vení, Charly’ y cantó a capella ‘No voy en tren, voy en avión’. Ku era magico”, recuerda.
Palmer se ejercita todos los días y se nota cuando se saca la musculosa. “Hago calisteniaque es una gimnasia en la que en vez de pesas tenés que levantar el peso de tu propio cuerpo”, cuenta a Clarín.
Mientras, posó desde Pink, el boliche en Avenida Bunge 1622 que tiene algunos años con dos socios en Pinamar, con la remera de mangas cortas que él mismo hizo sublimar y qu’anuncia grande «Ku Teenagers». Es la vuelta, explícito, no de un edificio, sino de algo del espíritu de Ku.
Retrocedamos, otra vez.
Palmer recibió de ingeniero agrónomo, pero cuenta que le aburría la profesión y no le rendía económicamente. Desde muy chico empezó como bartender, se acostumbró a la noche y siguió por la música, como DJ. Viajó por el mundo, pero Ibiza lo enamoró.
“Cuando volvía a Buenos Aires y surgió el proyecto de la disoteca de Pinamar, donde yo fut socio y manager, decidí hacerle homenaje al boliche Ku de Ibiza. Acá en la Argentina no existía, así que huyó y registró medio número la marca Ku en el rubro 41 y 42”, cuenta Palmer.
Pinamar se quedó chico con el tiempo, y llegó a tener 35 francos en todo el país, detalla el empresario. También, «Estación Ku», un bar en Bunge y Libertador. Pero in 2016, tras años de dificultades económicas y tras la muerte de cinco jóvenes en el boliche Time Warp, Ku fu cayendo.
–¿Tuviste ofertas por la marca desde ese entonces?
–Si, atrás veces. Pero para mí Ku es como mi segundo hijo.
–¿Y si recibieras una propuesta para volver a hacer Ku donde estaba el edificio original?
–Yo tengo buena relación con Víctor (Stinfale), pero no, ya tengo más de 60 años y no quisiera tanta responsabilidad. Think that acá en Pink con 800 personas tengo lleno el lugar, más allá tenía que asegurarme de meter 7.000 para que no estuviera vacío. Terminaba muy estresado.
–¿Por qué volvés ahora con una matin con elku number? ¿Por qué no hay otro número?
–Me gusta hacer algo para acercar a los padres con sus chicos. See that ingeneral no hablan mucho y creo que es darles la oportunidad de que se genere una charla, de que les cuenten que ellos también salieron a bailar, que les cuenten qué música escucharon o cómo histeriquearon o sintieron nervios por hablar con una chica o un chico Los pibes están como muy mimetizados con la tecnología ahora.
Es la primera vez, desde el cierre del Ku, que Palmer volverá a realizar un evento con su marca histórica: las primeras ediciones serán este miércoles y el 20 de enero.
El evento recreará lo que era la mañana de Ku, fiestas que hacia algunas veces por verano. Serán de 7.30 a 23.30, hay actividades para los chicos y también la cena. «Y se invitará también a los padres a quedarse un rato o recrearse mientras los chicos se divierten, quién sabe si no se arman nuevas parejas», se ilusiona.
«En esta etapa de la vida, yo quiero otras cosas. Creo que si vos tirás buena energía, te vuelve. Yo no me creo ningún rey de la noche. Soy un laburante ya mi hija también le enseño eso, a no aburguesarse, a trabajar mientras estudia, en su caso publicidad. Tiene 18 años y es lo más lindo que me pasó en la vida. Ahora hace música y me encanta”.
Palmer graba videos en WhatsApp. Hace unos días, comenzó a publicitar por la playa y calles del centro la «vuelta de ku»en su versión matutina, con un empleado disfrazado de león gigante.
“La gente lo vio y se acercaba para saber si volvía el boliche. ‘¿Vuelve Ku? ¿Vuelve Ku?´, preguntaban», cuenta el empresario y la mano se le va sola al pecho. «Es increíble lo que genera un nom», dice.