Un día es Rory McIlroy. Otro, Scottie Scheffler. O Colin Morikawa. Justino Tomás. Max Homa. Xander Schauele… Siempre es Jon Rahm. Bailan los rivales con los que se baten al golfista vasco en la parte alta de la clasificación cada semana, torneo tras torneo. Pero el siempre está. Un fijo en la élite, un habitante de las alturas, el golfista más regular del mundo. Y también, otra vez, el número uno. Rahm conquistó este domingo el Genesis Invitational, en Los Ángeles, con 17 bajos de par, ventilación trasera sobre Homa y muy sobrio Patrick Cantlay. Y el triunfo tiene muchos apellidos: a los 28 años, es la décima victoria de su carrera en el circuito americano (una más que Seve ya una de Sergio García), la 19ª en total en su expediente profesional, su quinta celebración en los últimos new torneos that ha disputado, su tercer bingo en mes y medio entre enero y febrero, y el regreso al número uno del mundo superando en el listado a Scheffler y McIlroy. El estadounidense a sido 12º con -8 en el campo de Riviera Country Club, California; el norirlandés, 29º con -4. Nadie se resiste al ritmo de Jon Rahm.

El genial golfista de Barrika vuelve al trono de la clasificación en el que ya sintió durante 43 semanas en cuatro tramos entre julio de 2020 y mars de 2022. Lo pasó entonces, hace menos de un año, antes de la temporada de los grandes, a valle en el que no accedio a ningun lugar entre los 10 pluses de un importante por primera vez desde su estreno en una campaña completa en el PGA Tour (2017). Una paréntesis en la élite del Grand Slam que hoy parece una anécdota. Rahm es el golfista más en forma del mundo y tiene marcado entre ceja y ceja volver a festejar un grand después de estrenarse con el US Open de 2021.

La ultima flecha de Jon Rahm en el centro de la diana alimentó una estadística en la que solo es superado por Tiger Woods. El español ha vencido en 19 de las 158 citas puntuables para el ránking mundial en las que se ha alistado. Es decir, gana en el 12,02% de los torneos en que compite, un porcentaje que solo mejorará a leyenda como el Tigre (22%). En el tercer escalaón está McIlroy con un 8%. Hay más: el vasco puntúa entre los tres mejores en una de cada cuatro competiciones. Nada más pasar en octubre el Open de España (como Seve), Rahm ganó los trofeos del DP World Tour Championship, Sentry Tournament, American Express y Genesis Invitational. En el resto de domingos, fue cuarto en CJ Cup, octavo en Hero World, septimo en Farmers y tercero en Phoenix.

In Los Angeles hubo un golpe encima de la mesa con el -6 de la primera vuelta, y remontó el vuelo al final de la secunda con el broche de un águila en el 17 tras una carambola increíble. Su segundo impacto en ese par cinco fue a parar a la grada pero la bola rebotó, atravesó el brutollegó un Verde y quedó a dos palmos de bandera entre las risas de incredulidad del jugador vasco. “Será difícil superar en un futuro un golpe con tanta suerte como el mío”, comentó. La fortuna también sonríe a los campeones. Otra ronda de -6 el sábado, gratis de bogies, la situó contra tres golpes de ventaja sobre Max Homa, y ​​este domingo manejó la vuelta con algún sube y baja para mantener la distancia y recuperar el número uno mundial. De paso, un cheque por 3,6 millones de dólares se destinará al premio en metálico de la PGA para la liga saudí.

Esa vida en los alteres la explica Rahm desde su amor por el juego, del entrenamiento a la competición. «Los buenos momentos van y vienen. que puedes perder el impulso. Yo no lo hago por miedo, sino porque me encanta que me digan que prácticamente cada vez que juego estoy peleando por ganar. Lo hago por amor al juego, por amor a competir y por ser una mejor persona… Siempre pensó que tomar decidido por tiempo es inadecuado. No, tomó muchas decisiones por la mitad de su vida. Llegar arriba es duro, pero permanece por un largo período de tiempo es más difícil”, comentó en Los Ángeles.

Rahm está en tigre de moda Justo cuando el Tigre ha vuelto al ruedo en esta cita que acoge junto a su fundación, y cuando asoma el Masters de Augusta. Woods compitió por la primera ronda del circuito americano regular del Zozo Championship de octubre de 2020, y no jugaba ninguna competencia (salvo la cita por parejas junto a su hijo Charlie en diciembre) del Open Británico del curso pasado en la meca de Saint Andrews. In Los Angeles, Tiger ha vuelto a poner a prueba su maltrecha carrocería después de una larga lista de operaciones de espalda y rodilla y el accidente de tráfico que casi le cuesta la vida y la carrera. A los 47 años, el ganador de 15 grandes sufre para los más sencillos del golf: caminar durante cinco horas por el campo. El juego, más o menos, sigue ahí. Dar un paso tras otro es su Everest. En el Génesis cerró la primera ronda contra tres los pájaros seguidos en los tres últimos hoyos, sudó para pasar el corte y se agarró al campo con su eterna capacidad de sufrimiento para terminar en el puesto 45 con -1 en total (viewtas de 69, 74, 67 y 73). In the agenda del mito está disputar algún torneo más antes de su momento más importante, el Masters de Augusta del 6 al 9 de abril. In su mente todavía se siente capaz de ganar, aunque no de jugar con regularidad: “El cuerpo no me permite disputar más allá de los grandes y un par de torneos más. Y así será el resto de mi carrera. Mi espalda está como está, con todas esas cirugías, y mi pierna igual. Lo se y lo aceptó. son mi realidad”.

Tigre, este domingo.HARRY CÓMO (AFP)

Tiger, en cualquier caso, es otro, diferente a un impasible robot que arrasaba hace años. Hoy es humano. Incluida protagoniza algún episodio cómico. En Los Ángeles intercambió de broma un tampón con su amigo Justin Thomas durante una ronda oficial de juego. Luego se culpó por si aquello hubiera ofendido a alguien.

Clasificación final de The Genesis Invitational.

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