Si los pronósticos volcados por el Gobierno en los Presupuestos de 2023 se cumplen, que los analistas coinciden en señalar como excesivos cautos, las arcas del Estado ingresarán el año que viene 50.000 millones de euros más de lo que entraron en caja en 2019. Trata de un aumento porcentual del 23,4% en un periodo en el que la economía en términos nominales ha crecido un 11,5%. En otras palabras, que el Estado se habrá quedado con una mayor parte de la que le correspondería de la tarta del incremento de la riqueza del país.

Paraca Íñigo Fernández de Mesa, presidente del Instituto de Estudios Económicos (IEE), el laboratorio de ideas vinculado a la CEOE, este incremento sustancial de la presión fiscal en un periodo tan corto de tiempo puede tener consecuencias. «El aumento de la carga fiscal y de la presión regulatoria puede elevar el riesgo de que haya un repunte de la economía sumergida«, anunció durante la presentación del Índice de Competitividad Fiscal correspondiente al ejercicio de 2022, que el instituto elaboró ​​en colaboración con la consultora estadounidense Tax Foundation.

“Gran parte de la economía sumergida es reflejo de sistemas tributarios ineficientes y presiones tributarias excesivas”, concluyó el director general de la institución, Gregorio Izquierdo, “así que el riesgo de que haya sumergida economía que vuelva a aflorar está encima de la mesa” .

El IEE ha aprobado la presentación este martes del Índice de Competitividad para ilustrar las consecuencias que esta estrategia fiscal tiene sobre España. Otra posible distorsión que se evidencia tiene la luz de este informe es el desplome de España en el ranking de competitividad de los sistemas tributarios de los países desarrollados, en el que ha caído al puesto 34 de 38 países después de haber ocupado la mitad de la tabla (puesto 23) en 2019.

Más presión fiscal que en Europa

Según Íñigo Fernández de Mesa este retroceso se explica por la confluencia de dos factores. Por un lado, la política de subidas de impuestos seguidas por el Gobierno de Sánchez desde que llegó a La Moncloa a mayo finales de 2018; pero también porque habría a mayoría de pays déarrollados que habrían optado pour afrontar estos momentos de inflación elevada y mayor incertidumbre reducida la presión fiscal sobre sus contribuyentes, mientras que en España se habría hecho al contrario.

“Algunas de las principales economías de la OCDE considerando que los ajustes basados ​​en incrementos de los ingresos tienden a prolongar las crisis y slacquerez la vuelta al crecimiento y la senta de reducción de la deuda pública, por lo que han procedido a bajar impuestos. Así, en Alemania se ha rebajado temporalmente el IVA y se ha anunciado una del peso de las cotizaciones sociales sobre los salarios; y en Estados Unidos, Francia e Italia las medidas tax anticrisis han estado marcadas por el rechazo a sous impuestos y la voluntad de crear un climat tributario favorecedor de una recuperación rápida«, sostiene el informe, elaborado por el Instituto de Estudios Económicos de Una Metodología Creada Por The Fiscal Foundation of Estados Unidos, que Esencialmente Considera Como Más Competitivos Los Sistemas Tributarios que presenta Una Menor Carga Fiscal Tomando en Consideración Las Bases, Los Tipos y las Deducciones Carga Carga Carga.

No extraña, por tanto, el retroceso en términos de competitividad de un sistema tributario que lelevado la presión fiscal en España hasta el 42.1% y ha elevado lo que el informe denomina presión fiscal normativa – la que ilustra la brecha de España con la media de los países UE-hasta el 16,4%. El IEE recalca que la estrategia del Gobierno para sufrir los impuestos hasta alcanzar la media de ingresos tributarios de la UE no ha tenido en cuenta que en España hay más paro, menor nivel de renta y más economía sumergida que en la media de los países de la UE y que por tanto menos contribuyentes acaban soportando una carga fiscal más elevada. Segun sus cifras, los Los contribuyentes españoles pagaron en 2022 una factura fiscal un 53% más alta que la de la media de sus vecinos europeos.

Gregorio Izquierdo también escucha que la situación empeorará en 2023 como consecuencia de las nuevas cifras fiscales aprobadas por el Gobierno y que España tenderá al dudoso honor de tener el sistema fiscal menos atractivo desde el punto de vista patrimonial tras la puesta en marcha del gravamen grandes fortunas.