Desde la provincia de Buenos Aires confirmaron este jueves que analizaron realizar cambios en la escuela secundaria y eliminar el respiro, aunque aseguran que no se implementará este año. «Hay consenso de que aquellos que repiten no aprenden más en el año que repiten, entonces tenemos que hacer un régimen de promoción distinto. Eso está en el estudio y lo vamos a tratar”, apoyado por el director general de Cultura y Educación bonaerense, Alberto Sileoni.

En un primer momento, se acostumbró a decir que estos jóvenes debían tomar una resolución que prácticamente había eliminado el rencor en la Provincia, teniendo en cuenta que los alumnos de Iban debían dar un paso al frente para adeudar mucho las cosas. Sin embargo, Sileoni informó que se encuentra en una etapa de evaluación. «Se anunció algo que no va a ocurrir este año. Nosotros vamos a dedicarnos a trabajar con las escuelas, vamos a modificar cuestiones pero no las que tienen que ver con estas cosas que han salido. Esas van a llevar más tiempo, consenso con directivos y docentes”, afirmó en diálogo con AM 750.

Considerando la posibilidad de implementar la eliminación de la repitencia, Clara Bonfill, directora de Enseñanza Innovadora de la Universidad de Belgrano y miembro de la Academia Nacional de Educación, advierte que “es un tema muy profundo que requiere medidas y decisiones profundas y no coyunturales”.

«El aprendizaje implica etapas, momentos distintos para la adquisición del conocimiento. Es un proceso. Si no hay una vista general del problema tampoco va a haber un cambio significativo”, opina Bonfill, doctora en Educación por la Universidad de Málaga.

Según la especialista, hay que pensar por qué los chicos se llevan materias y trabajar sobre eso. “Analizar la situación social, económica, sanitaria y cuán variable afecta esto al aprendizaje”, detalla y dice que “que pasen de año o de nivel sin aprobar no va a solucionar el problema de fondo”.

Pide aclarar que, además, «la repitencia tradicional probablemente deba ser revisada, pero pasar de año sin que el estudiante haya adquirido los conocimientos necesarios no sirve».

En esta misma línea, resalta que en la universidad actualmente reciben estudiantes con «problemas de formación y conocimiento».

«En estos casos, contamos con un sistema de orientación del estudiante e intentamos detectar tempranamente las dificultades para tratarlas», sostiene.

Y agrega que “la pandemia ha agravado la situación y ha permitido que los alumnos pasen de año sin los conceptos afianzados puede complicar más el panorama”.

Para Bonfill, si se implementa esta medida porque se llega a la conclusión de que no hay un camino mejor, se debe considerar el seguimiento de cada caso. «Hay que trabajar para no dejar solo al alumno ni tampoco al docente», aporta.

Gustavo Zorzoli, exrector del Colegio Nacional de Buenos Aires e integrante de la Coalición por la Educación, aseveró que “el arrepentimiento es un mecanismo que no favorece la continuidad de la trayectoria escolar de los alumnos y es por esto que hay que analizar el tema pero en un contexto más general de una reforma integral de secundaria».

«Esta medida viene a modificar el último eslabón del proceso educativo sin transformar el como enseñar y como aprender nuestros chicos en las escuelas», explicó Zorzoli y dijo que «hoy los alumnos no adquieren las herramientas de comunicación, tanto escritas como orales, de pensamiento lógico-matemático y digitales que son claves para la continuidad en sus superiores estudios y en el mundo del trabajo».

Dice que el cambio profundo «tiene que ver con la estructura básica de la escuela secundaria: la división en materias y contenido». «Es una escuela pensada en el siglo XIX y desarrollada con buenos resultados en el siglo XX pero que sin atención a las necesidades reales«, suma.

«No podés modificar una sola de las variables, seguir haciendo parches no vale la pena», expresó Zorzoli. Dice que Santa Fe hizo una reforma similar en cuento a la repitencia y que hay otras jurisdicciones que penden de la pandemia los sistemas de promoción.

La socióloga y ex ministra de Educación, Susana Decibe, dijo que «la escuela secundaria argentina necesita un cambio profundo».

«No sólo es alto el ausentismo de los docentes y pobres sus incentivos, sino que es más grave aún el ausentismo de los estudiantes, el abandono temprano y los pobres logros de aprendizaje», compara.

“Si se piensa que estos problemas se corrigen con el régimen de promoción de los materiales, la evaluación y el progreso en la escolarización, tal como lo interpreta la resolución dictada por la provincia de Buenos Aires y escenarios similares en otras provincias, surge una Gran error», destaca Decibe.

Esto tiene que ver con qu’está commenzando por el final sin habitarizado un cambio profundo en relación a que conocimientos y competencias son relevantes para los jóvenes, que metodología de enseñanza y de evaluación son más efectivas, cómo centrar el proceso educativo en la resolución de problemas y competencias profesionales en el mundo laboral y cómo formar a los docentes».

«Esa tarea, que requiere un trabajo de investigación articulado con el mundo científico del país y del exterior, es compleja y central y solo puede hacerla el Ministerio de Educación de la Nación, tal como lo establece la ley, dado que es quien fija un piso de calidad y equidad para todas las escuelas del país y regula la formación de los docentes, monitorea su cumplimiento y certifica la validación nacional de los títulos que se expiden», aporta la ex ministra.

«Esas funciones de gobierno tan relevantes han sido abandonadas y la educación argentina está a la deriva», sentencia.

Y cierra: «Por eso, los cambios vinculados solamente a la promoción de las materias y de los años de estudio, que es lo que las provincias solas pueden hacer, no mejoran ni la enseñanza ni los aprendizajestal vez sí las estadísticas, si es que los jóvenes al menos decidieran quedarse en las aulas».

mg

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