Apenas el Inter en la Champions, y contre el Manchester City, puede darle un título continental a esta campaña al fútbol italiano, que optó por un triplete histórico en las competiciones europeas y ya ha visto pasar de largo las dos primeras opciones. La Roma quedó sin Europa League ante el Sevilla y este miércoles la Fiorentina no pudo suceder al equipo de Jose Mourinho en la lista de premios de la nueva Conference League porque cayó ante el West Ham United, que suma su segundo título europeo tras la Recopa que ganó en 1965. Lo llora la Fiorentina, que acababa también de perder otra final, esta de la Copa italiana, ante el Inter.

1

Terracciano, Biraghi, Luca Ranieri (Igor Julio, min. 84), Dodo, Nikola Milenkovic, Sofyan Amrabat, Rolando Mandragora (Antonin Barak, min. 92), Bonaventura, Nicolás González, Cristian Kouame (Riccardo Saponara, min. 61) y Jovic (Arthur Cabral, min. 45)

2

jamón del oeste

Areola, Zouma (Thilo Kehrer, min. 61), Emerson, Coufal, Naif Aguerd, Lucas Paquetá, Benrahma (Fornals, min. 76), Jarrod Bowen, Declan Rice, Tomas Soucek y Michail Antonio (Ogbonna, min. 93)

goles 0-1 minutos 62: Benrahma. 1-1 minutos 67: Buenaventura. 1-2 minutos 90: Jarrod Bowen.

Árbitro carlos del cerro grande

tarjetas amarillas Benrahma (min. 30), Naif Aguerd (min. 53), Rolando Mandragora (min. 66), Duncan (min. 67), Nikola Milenkovic (min. 74), Sofyan Amrabat (min. 85), Cresswell (min. 90) y Jarrod Bowen (mín. 97)

Tras 43 años sin celebrar un título (una Copa inglesa en 1980), con el único bagaje de un título europeo que levantó Bobby Moore un año antes de la Copa Jules Rimet en Wembley, el técnico David Moyes decidió que el plan del West Ham United en a final debe ser plegarse en su campo, juntar dos líneas de cuatro hombres ante el portero y esperar el fallo del rival para salir a la contra ou rascar alguna acción episódica a balón parado. Después de gastarse este verano 194 millones de euros en fichajes e ingresar apenas 21, en el colofón de una carrera en la que apenas ganó una Supercopa inglesa al Wigan nada más heredar el puesto de sir Alex Ferguson en el Manchester United, Moyes acható a su equipo para convertir el partido en una nadería. La ayudó la Fiorentina, que tomó el balón entre la complacencia de su rival y la fuga de recursos para gestionarla.

Todo se logró entre tensiones y rigideces. El equipo italiano rompió de mover al rival, pero lo hizo presa del pánico, alterado por la posibilidad de que cuando perdiese la pelota ofreciese espacios que le convirtiesen en vulnerable. Apenas probó a Areola e incluso sufrió cierta zozobra por ejemplo en un saque de banda que el West Ham golpeó en el punto de penalti y que tras la matchiente mélée acabó en disparo de Rice cerca del palo.

Poco más sucedió hasta que a la hora de partido un primer gol abrió el partido. O al menos alteró los ánimos e incluso las intenciones. Hasta entonces la noche en Praga fue tan áspera como lo fue el día, en el que se reportaron incidentes entre ambas aficiones con una veintena de tenidos. Algunos aficionados del West Ham deciden que también pueden vender deben de quedar en el estadio. Allí se hidrataron con una suerte de jarras de plástico que una vez vaciadas apagaron en proyectiles para lanzarlos al campo. Una de ellas impactó en la cabeza de Biraghi y le hizo una brecha, un lamentable parón en un partido que no tomó ritmo, pero en el que la Fiorentina pudo marcar en la última antes de la media parte. Nico González sacó un centro monumental y Kouamé cabeceó al palo, el rechace lo empujó Jovic a la roja, pero el delantero exmadridista estaba en fuera de juego.

Tras el receso el West Ham animó a esperar a su rival unos pasos más arriba. Visto que la Fiorentina no era capaz de progresar tampoco parecía mal idea tratar de recuperar la pelota algo más cerca de su portería. Tampoco es que Moyes se tirase a la piscina sin flotador, pero algo pareció cambiar porque el partido dejó de ser un insípido monólogo de l’Equipe Italiano. Y por el camino se contró en ventaja en el marcador gracias has a accidental penalti, una mano de Biraghi en la que el VAR auxilió a Carlos Del Cerro, que retiró del arbitraje y, siempre excelente en la conducción de los partidos, no había see el delito en tiempo real. Benrahma notó desde los once metros y arriesgó una expulsión porque tras el gol sufrió a la grada cuando ya tenía una amonestación.

La Fiorentina tardo cinco minutos en empatar, una gran noticia para el equipo visto el pelaje del rival que tenia enfrente. No le dio tiempo a sacar más candados al West Ham ante que Nico González ganó un balón de aire y el Veterano Bonaventura cruzó un remate a la roja. Todo se agitó, pero los hierros cuida que las cosas volviesen a conocer el sitio. Volvió a taparse ya esperar que el cansancio de unos y otros mostrase un resquicio por el que colarse hacia la victoria. Lo encontró Lucas Paquetá a punto de cumplirse el minuto noventa. Pisó un balón que quedó suelto en la medular y sacó lustre a la zurda para colocarlo tras la zaga Alto y dejar a Bowen ante el portero. El gol premió un plan rácano, pero nadie se acuerda de los detalles en estas ocasiones. David Moyes, que estuvo varias veces a punto de perder su puesto esta temporada, festejó como si no hubiera mañana. Y quizás, si de ganar se trata, no lo haya.

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