El PP compitió en las elecciones generales del 23 de julio con un paquete de medidas para luchar contra la «violencia machista» mucho más amplio del que proponía en anteriores convocatorias electorales. Y lo hace después de haber cerrado dos gobiernos en coalición con Voxen el Comunidad Valenciana y Extremadura, como el debate sobre la violencia de genero ha estado más presente que nunca. Alberto Núñez Feijóo presenta este martes el programa electoral completo y el epígrafe sobre este asunto comienza así: «Erradicar la violencia machista y cualquier forma de violencia contra la mujer es un objetivo prioritario para nuestra formación. Prohibida la entrada pasos atrás«.

Los populares incluyen en su programa la reforma de la ley orgánica del poder legal para que los juzgados de violencia sobre la mujer «asuman la competencia de todos los delitos comprendidos en el Convención de Estambul”, tal y como requiere la ley del ‘sólo sí es sí’. Esa norma del actual Ministerio de Igualdad, cuya reforma fue pactada entre PSOE y PP para volver a elevar las penas de los delitos sexuales después del goteo incesante de rebajas en condenas, comprende en su disposición final la obligatoriedad de que en el plazo de un año los levantamientos en cabo es una modificación concreta en la ley.

Que el PP lo mencione expresamente, asegurando que el Convenio de Estambul (ratificado para España en 2014) «servirá de orientación para todos los avances en la lucha contra la violencia de género», cobra importancia porque hace escasos díass Santiago Abascal reconoció abiertamente en TVE que “sin conocimiento” el contenido de dicho convenio sin poder aclarar si apostaría por que España se retirara del mismo en caso de que su partido entrara en el Gobierno central.

Además, también se ha reconocido el programa electoral del 23-J”fortalecer las unidades de atención de la familia y de la mujer (UFAM) de la policia nacionaly los equipos Mujer-Menor (EMUME) de la Guardia Civil«. Los populares aseguran que dotarán con personal y suficientes las Oficinas de Atención a las Víctimas en los juzgados, así como las Unidades de Valoración Forense Integral, «para que los informes técnicos precisen no se moren».

En la misma línea, proponer extensor la realización del curso de iniciación sobre la violencia de genero a todos losFuncionarios públicos que atienden a las mujeres víctimas de esa violencia”; e impulsivo, a través de las oficinas de atención a las víctimas, un acceso mayor y eficaz a los distintos alrededores de ayuda que puedan ser necesarios durante el proceso penal, como servicios de psicólogos, criminólogos y trabajadores sociales.

Marca distancias con Vox… y con Casado

En las últimas semanas ya pesar de los cientos de pactos que PP ha firmado con Vox en ayuntamientos de toda España y en varias autonomías para la constitución de las asambleas autonómicas, las dos formaciones han atravesado momentos tensos de mucha a cuenta de las distintas posturas en la violencia de género. Los populares exigieron la salida del candidato valenciano de Vox, Carlos Flores (sobre el que pesa una condena del año 2002 contra su exmujer por violencia machista verbal), al que los ultra decidirán colocarse en el Congreso de los Diputados. El objetivo para el PP era que no entrara en el gobierno de Carlos Mazón.

En el acuerdo valenciano no aparece el término «violencia machista», sino «intrafamiliar» (la fórmula sobre la que Vox pretende diluir la violencia específica contra la mujer). Pero días más tarde, en el de Baleares e incluso en el de Extremadura, donde finalmente Vox sí entrará con un consejero, ya habla expresamente de «erradicar los discursos machistas”.

Además de marcar distancia con Vox, el programa electoral de este 23J (el primero bajo la batuta de Feijóo) contiene diferencias con el de Pablo Casado de 2019. El anterior líder del PP sólo contaba con tres puntos en el apartado de violencia de género. Uno de ellos era reformar el Código Penal para “extender los supuestos de prisión permanente revisable a los casos de asesinato en que concurran algunos supuestos de violencia de género acreditada», algo que ya no aparece. Vox también pide cadena perpetua para más casos.

Los populares apuestan para estas elecciones por una medida que «perfeccione la tecnología utilizada para el control de las penas, medidas de seguridad y cautelares de alejamiento», que garantizan «una más amplia cobertura y una mayor precisión en la calidad de la posible localización espacial de los usuarios del sistema.

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Lo que sí aparece en este programa, igual que en el 2019 y en el de 2016 de Mariano Rajoy, es la ley organica integral de lucha contra la trata con multas por explotación sexual. Un asunto que en esta legislatura el PP también ha defendido en el Congreso de los Diputados (también durante el proceso de enmiendas de la ley del sólo sí es sí, y en la propia reforma pactada con el PSOE) y para el que defienden «un estatuto de protección integral que permita su recuperación y retomar el control sobre sus vidas», «persiguiendo a los proxenetas y el beneficio económico extraído de esta actividad por terceras personas».

Además, el PP insiste en cumplir el pacto de estado contra la violencia de genero «Promovido por nuestro partido» (en 2017, bajo el Ejecutivo de Rajoy) «evaluando cada una de sus medidas y haciendo los contenidos para una mayor eficacia, con el fin de que ninguna mujer que lo necesite quede sin la protección actualizada debida»; así como combatir los casos de violencia machista particularmente entre los menores de 18 años, «Tipificando la violencia digital”, evitando así amenazas o violencia psicológica en móviles y otros dispositivos digitales. es otra de las cuestiones que abordó Cuca Gamarra en su negociación con los socialistas.