Los intentos de bombardear Kiev desde el aire ahora son casi diarios, con diecisiete ataques en mayo y esta semana seis ataques en seis días. Para la capital ucraniana, donde la vida había vuelto a ser casi normal a pesar de la guerra que asola el país, incluso agradable con la llegada del tiempo estival, esta campaña aérea marca el regreso de las preocupaciones. Con un matiz importante, además de la despreocupación de algunos kievianos, en comparación con anteriores periodos de bombardeo: la defensa antiaérea se ha vuelto muy eficaz.

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Es, en quince meses de guerra, la tercera vez que Kiev ve una campaña tan importante de ataques aéreos. La primera campaña, del 24 de febrero de 2022, tuvo lugar durante las cinco semanas de la Batalla de Kiev. Pero la resistencia armada ucraniana había derrotado al ejército ruso a las puertas de la ciudad. La segunda campaña, que comenzó el 10 de octubre, se centró esencialmente en la infraestructura energética, con el objetivo declarado de Moscú de privar a Ucrania de electricidad y calefacción durante el invierno. Pero los ucranianos se mantuvieron firmes y repararon las instalaciones destruidas en pocos meses.

Esta tercera campaña de ataques aéreos no tiene ningún objetivo anunciado por Moscú, pero llega en un momento crucial: por un lado, aumentan los ataques en suelo ruso, ya sea mediante incursiones en la frontera o mediante un ataque de drones en el cielo de Moscú. , y, por otro lado, Kiev han multiplicado recientemente los anuncios sobre la inminencia de nuevas contraofensivas, destinadas a reconquistar determinados territorios ucranianos ocupados por el ejército ruso.

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Rabia rusa hacia el GUR

Cuando el presidente ruso, Vladimir Putin, se refirió esta semana a estos ataques aéreos recíprocos, fue para considerar que el envío de drones a la región de Moscú constituía una respuesta a un intento de bombardeo ruso de la sede de los servicios de inteligencia militar (GUR) en Kiev. Aseveración imposible de verificar, ya que el edificio en cuestión aparentemente no se vio afectado. Pero la declaración del Sr. Putin ilustra bien la rabia que los funcionarios rusos tienen hacia la GUR, comandada por el audaz general Kyrylo Budanov. Ya lo habían acusado en octubre de 2022 de estar detrás del ataque al puente de Crimea y ahora ven la mano de la GUR detrás de las operaciones militares en suelo ruso, aun cuando estén de acuerdo quienes se bautizan «partisanos rusos»rebeldes anti-Kremlin.

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