Nada queda del plantón instalado el 21 de marzo frente al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en Túnez. El martes 11 de abril, los ocupantes, en su mayoría solicitantes de asilo y refugiados que reclamaban su «evacuación» a un país más seguro que Túnez, fueron deportados manual militar por la aplicación de la ley. Los colchones y las mantas fueron retirados por los funcionarios de carreteras. Una operación « hiperviolento”según Alia*, una nigeriana aún en estado de shock: “Se llevaron todo, todas nuestras pertenencias, hasta mi teléfono. También incautaron un sobre que contenía el dinero que mi familia me había enviado desde mi país. »

El grupo de varias decenas de personas (mujeres, hombres y, en ocasiones, niños muy pequeños) estaba formado por ciudadanos sudaneses, sursudaneses y eritreos, entre otros. Huyeron de sus países debido a los conflictos y, por lo tanto, no pudieron apelar a sus embajadas para ser repatriados, ya que enfrentan serias amenazas.

Alia, su esposo y los demás se trasladaron frente a la sede de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), ubicada a unos cientos de metros del ACNUR. En este callejón peatonal, cerca de 200 personas han estado acampando en el suelo, en condiciones precarias, desde el discurso del presidente Kaïs Saïed en el « hordas de inmigrantes ilegales, 21 de febrero, desató una ola sin precedentes de violencia, arrestos y deportaciones contra personas negras.

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Los exiliados piden ayuda humanitaria a organismos internacionales. «No teníamos mucho, pero ahora no nos queda nada», lamenta Alia. El distrito de negocios de Berges du Lac, sede de representaciones diplomáticas y organizaciones internacionales, incluidas las dos agencias de la ONU, se ha convertido en un gran teatro de desgracias.

Las autoridades tunecinas acusan al grupo que participó en la sentada de haber intentado entrar » romper « en la sede del ACNUR y por haber provocado «daño significativo»detalla un comunicado del Ministerio del Interior. También especifican que la intervención se realizó a pedido de la agencia de la ONU. “Denunciamos los recientes incidentes [causés] por un pequeño grupo de manifestantes e instamos a todos a comprometerse con nosotros en la búsqueda de soluciones significativas y pacíficas”dijo Monica Noro, representante de la agencia en Túnez, en la ONU comunicado 11 de abril.

Dos personas para estudiar más de 6.000 archivos

Unas 80 personas fueron detenidas durante esta operación, entre las que habrá que comparar 32 en los próximos días ante el juez, según la ONG Avocats sans frontières (ASF). “En un país donde no hay infraestructura de acogida, ni derecho de asilo, ni acceso a los derechos fundamentales, ACNUR tenía que ser una institución de protección. Desafortunadamente, se ha convertido en el enemigo de las personas a las que se supone que debe proteger”estima Zeineb Mrouki, de ASF.

En ausencia de una ley de asilo, es la agencia de la ONU la que se supone debe manejar el procesamiento de las solicitudes y la concesión del estatus de refugiado. Desde 2019, con el aumento del número de solicitudes, los tiempos de espera pueden llegar a varios años. En noviembre de 2022, un alto funcionario de la agencia confió que solo dos personas se encargaban de estudiar más de 6.000 expedientes.

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El 16 de abril de 2022, un grupo de alrededor de 100 refugiados y solicitantes de asilo se reunieron frente a la sede de ACNUR después de ocupar las instalaciones de la agencia de la ONU en Zarzis tras su expulsión de un centro de acogida en la ciudad vecina de Medenine (sur). Ya en su momento exigieron su «evacuación»creyendo que sus derechos no fueron respetados y su seguridad comprometida.

Este programa de “evacuación” existe, pero es muy selectivo: solo 76 personas pudieron beneficiarse de él en 2021 desde Túnez. “La decisión sobre el reasentamiento la toman los países de reasentamiento”, especifique el sitio web de la agencia. Nuestra fuente en ACNUR explicaba en noviembre que este programa solo es accesible para los perfiles más vulnerables, repitiendo de paso que Túnez está considerado por Naciones Unidas como un “país seguro para el asilo”.

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Solamente, «El discurso del presidente nos mostró que hay un problema con el racismo y el discurso de odio contra los negros»dice Zeineb Mrouki: “Está claro que Túnez no es un país seguro para refugiados, solicitantes de asilo y migrantes. ACNUR debe reflexionar sobre las soluciones a esta situación. » En cuanto a la OIM, subraya el responsable de ASF, “Desde el 21 de febrero se ha convertido en una agencia de repatriación voluntaria”.

* El primer nombre ha sido cambiado.