El empresario argentino Alejandro Burzaco, en una imagen de archivo.ANDRÉ GOMBERT

Una jueza de Nueva York ha leído este martes la sentencia final contra el testigo estrella de los escándalos de corrupción de la FIFA. Alejandro Burzaco, el empresario argentino que fue acusado de una década de ejecutivos y directivos del fútbol de toda América tras su extradición a Estados Unidos en 2015, no pisará prisión. La corte federal de Nueva York a cargo del caso consideró que ha cumplido su condena tras haber declarado culpable de pagar sobornos el mismo año de su captura y cumplir desde entonces con las exigencias para comparar en los juicios como arrepentido: señalar a peces más gordos.

Burzaco fue un arrepentido ejemplar. En junio de 2015, un mes después de que la Justicia estadounidense denunciara a 14 autoridades de FIFA por un escándalo de sobornos millonarios y lavado de dinero en el gobierno del fútbol mundial, entregó en Italia tras dos semanas prófugo. Argentino con pasaporte italiano, el empresario de televisión que quiso proyectar su dominio sobre los derechos de transmisión del fútbol argentino al restaurante de Sudamérica fue detenido en la ciudad de Bolzano y convertido en el segundo extraditado a Estados Unidos de la investigación FIFA Gate. Su testimonio, desde entonces, fue el más esperado.

Antiguo director general de la productora argentina Torneos, que controló toda la transmisión televisiva del fútbol argentino durante décadas, Burzaco admitió haber pagado cerca de 30 millones de dólares en sobornos a través de sociedades pantalla y cuentas bancarias en Suiza. Su testimonio fue clave para que cayeran el ex-presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL), el paraguayo Juan Ángel Napout, el antiguo líder de la Confederación Brasileña de Fútbol, ​​​​José María Marín, and el el exejecutivo argentino de Fox Pan American Sports, Hernán López. Los tres cumplen penas de prisión en Estados Unidos.

Consejero Delegado de Torneos desde 2006 desde 2015, Burzaco fue el último zar de un imperio heredado. La empresa, que nació en 1982 como Torneos y Competencias (TyC), fue la mayor productora de televisión de Argentina, financiada por el gerente Carlos Ávila. Subsidiary, Televisión Satelital Codificada (TSC), se hizo con los derechos de transmisión del fútbol nacional tras una negociación sin competencia a principios de los noventa y tuvo la exclusividad de transmisión cualquier gol en televisión hasta 2007. Burzaco tomó las riendas en el declive: los equipos pedían mayores aportes, sus socios del Grupo Clarín estaban enfrentados con el Gobierno de la entonces presidenta Cristina Kirchner, y en 2009 perdieron el monopolio del fútbol argentino, que pasó a televisarse en señal abierta financiada por el Estado hasta 2017.

Pero Torneos siguió siendo un imperio. La empresa mantuvo la producción de algunos partidos del fútbol local. También controla el contenido de los canales de cable más importantes de la televisión deportiva, y es propietaria de los derechos de transmisión de la Copa Libertadores, la Sudamericana, la Copa América, las eliminatorias y encargado de comercializar para el exterior los derechos de imagen del argentino campeonato Burzaco llegó a la luz pública un mes antes de su arresto. En mayo de 2015, durante una participación en la Libertadores entre Boca Juniors y River Plate que se suspendió por agresiones a los visitantes, saltó al campo de juego cubierto con una gorra junto al veedor de la CONMEBOL. Se le acusó entonces de presionar para que el partido no se suspendiera.

Alejandro Burzaco, a la derecha, junto al protector de Boca Juniors y un veedor de la COMEBOL, durante una fiesta de fútbol de 2015.
Alejandro Burzaco, a la derecha, junto al protector de Boca Juniors y un veedor de la COMEBOL, durante una fiesta de fútbol de 2015.Pensilvania

En los ocho años que estuvieron en Estados Unidos en prisión domiciliaria, Burzaco dijo a una decena de empresarios y directivos del fútbol. Entre ellos, el número que más repitió fue el del antiguo presidente de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y vicepresidente de la FIFA; Julio Grondona, fallecido en 2014. “Soborné a Grondona desde 2005 hasta que murió en julio de 2014”, confiesa Burzaco. “En 2006, Grondona recibió 600.000 dólares al año, pero eso luego sufrió un millón, y luego 1,2 millones”.

También acusó de haber recibido sobornos a Nicolás Leoz, presidente de CONMEBOL hasta 2013; a Eduardo Deluca, secretario general de la confederación; a Romer Osuna, su tesorero; ya Eugenio Figueredo, antiguo director del fútbol uruguayo. El único que sigue vivo es Figueredo, que tiene 91 y cumple prisión domiciliaria. Burzaco también ha cobrado a los argentinos Pablo Paladino y Jorge Delhon, coordinador y abogado del programa gubernamental que condujo el fútbol a la televisión abierta, recibir cuatro millones de dólares en sobornos. El segundo se suicidó el mismo día que el empresario declaró ante un tribunal de Nueva York. Burzaco ha quedado en libertad este viernes y puede volver a Argentina cuando quiera.

Suscríbete a la newsletter de EL PAÍS América y recibe toda la información clave de la actualidad de la región.