El gobernador de Florida, Ron DeSantis, promulgó una ley el lunes 27 de febrero eliminando el estatus especial que Disney tenía en su estado, el último episodio de su ofensiva contra una cultura supuestamente despierta.
“Hoy, el lucrativo negocio del reino encantado finalmente llega a su fin”, lanzó el republicano, quien acusa al gigante del entretenimiento de adoctrinar a los niños en temas LGBT+, durante una rueda de prensa. Desde la década de 1960 y la construcción en la ciudad de Orlando del parque de atracciones Disney World, Disney disfrutaba de un estatus especial que le otorgaba una gran autonomía y la eximía de la mayoría de las regulaciones estatales.
Pero las relaciones entre el Reino Encantado y DeSantis se agriaron cuando Bob Chapek, el exdirector ejecutivo de Disney, se pronunció públicamente en contra de una ley impulsada por el gobernador que restringía la enseñanza en la escuela primaria de temas relacionados con la orientación sexual.
Asesino de wokismo
“Disney habló en contra de algo que solo estaba destinado a proteger a los niños pequeños”denunció Ron DeSantis el lunes, acusando a la compañía de tratar de imponer un «ideología». Este parque de diversiones cerca de Orlando se encuentra entre los más visitados del mundo y la marca Disney sigue siendo una de las favoritas de los estadounidenses.
Estrella en ascenso de la extrema derecha que coquetea muy abiertamente con la idea de una candidatura para las elecciones presidenciales estadounidenses de 2024, Ron DeSantis se hace pasar voluntariamente como un destructor del wokismo. Claramente, el cuarentón acusa a un grupo de«élites» imponer su ideología progresista a una sociedad que la rechaza, y se ha comprometido a oponerse a ella en su estado.