La posibilidad de un acuerdo de alto el fuego entre Hamás e Israel parece más cercana que nunca, según funcionarios estadounidenses e israelíes. Sería la primera señal concreta de optimismo en meses dentro de la administración Biden, que cree que las negociaciones podrían concluir antes de que finalice el mandato del presidente Joe Biden el 20 de enero. Sin embargo, según declaraciones de ambas partes, es necesario resolver puntos clave que podrían retrasar el acuerdo.
El asesor adjunto de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jon Finer, señaló que se habían logrado «progresos significativos», pero se mostró cauteloso ante la posibilidad de un anuncio inmediato:
«No voy a dar previsiones, esto ha tardado en llegar. Sin embargo, creemos que hay un acuerdo sobre la mesa que Hamás debería aceptar», afirmó Finer el lunes.
Por su parte, un alto responsable de Hamás comentó que están «muy cerca» de alcanzar un pacto con Israel, mientras que el ministro de Asuntos Exteriores israelí, Gideon Saar, confirmó que se han logrado avances en las negociaciones que se celebran en Doha, capital de Qatar.
«Israel quiere un acuerdo sobre los rehenes. «Estamos trabajando junto con nuestros amigos estadounidenses para lograrlo y pronto sabremos si la otra parte está dispuesta a llegar a un acuerdo», dijo Saar en una conferencia de prensa en Jerusalén.
Puntos de conflicto en las negociaciones.
A pesar del tono optimista, todavía existen importantes desacuerdos que dificultan llegar a un acuerdo. Entre los temas más controvertidos está la exigencia de Hamás de que Israel se retire del llamado Corredor de Filadelfia, una franja estratégica en la frontera entre Gaza y Egipto. Además, Hamás insiste en un alto el fuego permanente, mientras que Israel propone una suspensión temporal de sus operaciones militares iniciadas tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023.
Otro punto de fricción es la propuesta de Israel de establecer una zona de amortiguación dentro de Gaza, que se extendería a lo largo de las fronteras oriental y norte del enclave. Hamás busca limitar esta zona a entre 300 y 500 metros de la línea fronteriza, como estaba antes del conflicto, pero Israel quiere ampliarla hasta los 2.000 metros, lo que, según Hamás, dejaría gran parte del territorio bajo control israelí y dificultar el regreso de los exiliados a sus hogares.
Además, las negociaciones incluyen la liberación de prisioneros palestinos y la creación de mapas que detallen las zonas de las que se retirarían las fuerzas israelíes. Qadura Fares, jefe de la Comisión Palestina para Prisioneros y Ex Prisioneros, dijo a CNN que viajaría a Doha para asesorar sobre una lista de prisioneros que podrían ser liberados si el acuerdo se concreta.
Reacciones dentro de Israel
A medida que avanzan las negociaciones, las tensiones políticas en Israel se intensifican. Bezalel Smotrich, ministro de Finanzas y líder de extrema derecha, calificó el posible acuerdo como un «desastre» para la seguridad nacional. En una publicación en sus redes sociales, describió las conversaciones como un «acuerdo de rendición» que podría incluir la liberación de prisioneros palestinos que considera «terroristas».
Diez miembros del partido Likud, encabezados por el Primer Ministro Benjamín Netanyahu, enviaron una carta a este último expresando su preocupación por las negociaciones y esbozando tres «líneas rojas» que no deben cruzarse: evitar la dependencia de terceros para la seguridad de Israel, garantizar la liberación de todos los rehenes e impedir el regreso masivo de personas desplazadas al norte de Gaza.
Netanyahu, quien habló con Joe Biden el domingo sobre el progreso de las conversaciones, enfrenta presión tanto de la administración saliente de Biden como del equipo entrante de Donald Trump. Steve Witkoff, enviado de Trump para Medio Oriente, se reunió recientemente con Netanyahu, mientras que Brett McGurk, coordinador regional de Biden, trabajó con mediadores para resolver cuestiones pendientes.
Según una fuente cercana a las negociaciones, el regreso de Trump a la Casa Blanca podría ser un factor clave en las decisiones de Netanyahu:
«Netanyahu está tratando de mantenerse conectado con Trump. Incluso si no se alcanza un acuerdo completo antes del 20 de enero, al menos se necesita un marco para que las negociaciones avancen”, dijo la fuente.
Impacto en Gaza y perspectivas de un alto el fuego
Mientras continúan las conversaciones, las consecuencias de la guerra en Gaza siguen siendo devastadoras. Desde que comenzó el conflicto el 7 de octubre de 2023, el Ministerio de Salud palestino ha informado de 46.584 muertos y más de 109.000 heridos como consecuencia de los ataques israelíes. Muchas víctimas permanecen bajo los escombros debido a la falta de acceso a los equipos de rescate.
El lunes, los ataques israelíes en el norte de Gaza dejaron más de 40 muertos y decenas de heridos, según un portavoz de la defensa civil de Gaza. Mahmoud Basal, en declaraciones a CNN, denunció que «los bombardeos y los asesinatos no han cesado desde el amanecer».
Los habitantes de Gaza, aunque tienen esperanzas de un posible fin del conflicto, han expresado escepticismo sobre las conversaciones. Abdul Rahman Salama, residente de Khan Younis, dijo a CNN mientras buscaba entre los escombros de su casa destruida:
«Cada vez que dicen que hay negociaciones, lo único que escuchamos después es que han fracasado. La destrucción es irreal. «Espero que la guerra termine tan repentinamente como comenzó, pero estas negociaciones son una completa mentira».
Por su parte, Ahmad Salama, otro desplazado de Khan Younis, expresó:
«Mi familia espera que las negociaciones tengan éxito para poner fin a la guerra. «Queremos volver a un lugar seguro, dejar de vivir con miedo y no tener que volver a correr de un lugar a otro con nuestros hijos y nuestra madre».
Desafíos a un acuerdo permanente
Aunque el progreso en las negociaciones genera cierto optimismo, las tensiones políticas dentro de Israel y los desacuerdos sobre temas clave obstaculizan la posibilidad de un acuerdo inmediato y sostenible. Jake Sullivan, asesor de seguridad nacional de Biden, reconoció que si bien es «posible» llegar a un acuerdo antes del 20 de enero, todavía existen obstáculos importantes:
«Estamos muy cerca, pero el hecho de que estemos muy cerca significa que todavía estamos lejos. «Hasta que crucemos la línea de meta, no estaremos allí», dijo Sullivan.
Por su parte, Jon Finer dijo que algunas diferencias que habían existido durante semanas habían sido «resueltas o reducidas», sugiriendo que los esfuerzos de mediación estaban progresando.
Mientras el reloj avanza hacia una transición presidencial en Estados Unidos, el resultado de las negociaciones entre Israel y Hamás podría definir no sólo el futuro inmediato del conflicto en Gaza, sino también el tono de las relaciones entre Estados Unidos y Oriente Medio bajo un acuerdo cambio de administración.