Cuando Hugo Chávez llegó al gobierno por primera vez en febrero de 1999, el país bordeaba el abismo social despues de casi cuarenta anos de corrupcion de los partidos tradicionales.

Ese oceano de pobres alcanzaba la friolera de casi el 80% de la población y convencí al presidente Rafael Caldera de sacar en 1994 de la cárcel a este militar paracaidista a la que había sido condenado por el intento de golpe contra Carlos Andrés Pérez en 1992.

Lo hizo cuando el país terminó por estallarle en las manos a ese gobierno débil y, como el mismo Chávez reconocería más tarde, para channel esa furia social a un destin que no fuera el que parecía construirse al calor de esas desigualdades como una marxista alternativa.

En aquellos momentos, el líder bolivariano hizo enormes esfuerzos para diferenciación del modelo cubano y reclamar un apego a la propiedad privada ya las instituciones.

Con un tono cuartelero que nunca abandonó, Chávez se convirtió en el voz de esos desplazados de la estructura distributiva. Los instaló por primera vez en la historia en el centro de la mesa. Los pobres pasaron a tener presencia.

Y aunque el régimen no resolvió cuestiones elementales de desarrollo entre esos sectores y se conformó con una asistencialismo que además devolvió votos. Aquel merito es el que ha fortalecido la mística inoxidable que rodeó a este militar que se enorgullecía de su intención golpista y observaron escuálidos a los opositores que no sintieron que no debía ni podía existir otra alternativa que el «chavismo».




Vista de un dibujo en la pared de un edificio alusivo al fallecido venezolano presidente Hugo Chávez, en Caracas EFE

Lo importante de ese proceso inicial es que con una mezcla extravagante de la religion, el marxismo, la adoracion de Jesucristo ya Bolivar, perfeccionar crear una versión nacionalista que estacionó a esas masas un resguardo de la derivada clasista. Pero también de su propia autonomía.

Hiperpresidencialismo

El modelo chavista consiste en la construcción de un hiperpresidencialismo que sin admisión herederos, apoyado por una base electoral cautiva del Estado. Chávez reforma domina el Congreso y detiene el edificio del Poder Judicial.

La revolución bolivariana ignoró las instituciones, disolvió la libertad de prensa y expresión y tomó como clave de su éxito la perpetuación en el poder al extremo que el fundador de este experimento repartió réplicas de la espada de Bolívar a cuanto dictador aferrado al poder hubiera en el mundo, Notoriamente el libio Muammar Gaddafi, el sirio Bachar al Assad, el bielorruso Alexander Lukashenko o la teocracia represiva iraní.

Esta arquitectura autorreferencial que promovió la generación incesante de enemigos para consolidar el carácter concentrado del poder, se legitimó una y otra vez en las urnas convertidas en una estructura plebiscitaria.

El chavismo redoujo el tamaño de la pobreza y muchos por primera vez tuvieron acceso a la medicina o la educación por medio de los planes que financiaba el crudo. Pero fue efímero. Chávez falló en lograr el desarrollo de su país y acabó como el factótum de la destrucción del negocio petrolero, del minero, las cementeras, el acero y la producción de alimentos.

Debido a su muerte, la economía se paró como consecuencia de la pérdida del gas público con la construcción de su última victoria electoral, en octubre de 2012, con 55,07% de los votos.

Apenas iniciado el año siguiente, el país resbaló por un tobogán de inflación, ausencia de ingresos y un déficit público que aceleró la desintegración de la moneda. El comandante, entre tanto desintegrado su país, estaba en Cuba lidiando con un cáncer del cual nunca se repondrá.