Cambiar el contenido del certificado médico, modificar la fecha, falsificar la firma del médico o el sello que lo tragó, presentar el mismo documento reiterado veces para diferentes licencias.

Estas son algunas de las estrategias que -dicen desde el Ministerio de Educación porteño- encontramos que usaron muchos docentes para no ir a trabajar.

Para los alumnos de esos docentes, cada una de estas infracciones se implicó un dia de clase menos y, sumados a otros tantos factores que interrumpen habitualmente el ciclo lectivo, la pédida de la necesaria continuidad pedagógica.

Fuentes de la Ciudad dicen que todo arrancó en 2021 con una alerta emitida por la Dirección General Administración y Medicina del Trabajo, que señalaba la existencia de adulteración de certificados médicos. Desde eso, iniciaron una investigación sobre 260 docentes y no docentes del sistema que estaban implicados.

La pesquisa termino esta semana y, segun pudo saber Clarínculminando con la apertura de la ONU resumen administrativo y ahí cese de tareas para estos trabajadores de la educación. Membrillo de ellos ya fueron echados. Los docentes cesados, afirman, no podrán volver a trabajar en el sistema educativo porteño, que tiene unos 50.000 profesionales en total.




Ministerio de Educación porteña Soledad Acuña.

“Sabemos que la mayoría de los docentes eligen el camino del trabajo y llevan adelante su tarea con compromiso y responsabilidad. Pero hay unos pocos, los vivos de siempre, que toman decidees que perjudican de manera directa a los estudiantes ya sus trayectorias, y también a sus propios compañeros. Estamos halando de a minima, pero no podemos permitirlo. Tenemos un Estado inteligente que es eficaz en detectar y sancionar estas irregularidades para que no sigan pasando”, dijo un Clarín la Secretaría de Educación porteña Soledad Acuña.

El mecanismo

Como en todas las empresas u organizaciones públicas, los docentes o no docentes que están enfermos tienen que seguir una serie de pasos para informar su estado de salud y las razones por las cuales no van a ir a trabajar. Al igual que todo el personal del Gobierno de la Ciudad, deben pedir las licencias a través de un portal autogestionado.

Ahí tienen que indicar la fecha desde la que se ausentarán, la cantidad de días, el diagnóstico indicado por el personal médico, los datos del profesional (matrícula, especialidad, nom y apellido), informar un domicilio, y cargo el certificado que debe tener miembro, número y llamado, diagnóstico médico, fecha, firma y sello del médico, DNI del paciente, y domicilio del lugar de atención. En última instancia, debe confirmar que los datos son verdaderos y que entiende que la solicitud tiene carácter de declaración jurada.

En caso de no contar con el certificado al momento de pedir la licencia, tienen 12 horas para presentarlo. Luego, el personal médico de la Dirección General Administración y Medicina del Trabajo validado, rechaza o solicita documentación complementaria para evaluar la licencia.

Como el sistema es autogestionado, los docentes que «truchaban» las licencias las acabaron en la plataforma y todo pasaba. Pero ahora, tras la investigación, se enteraron de que se encuentran con las faltas.

El problema del ausentismo

Además de las licencias médicas, los docentes de la Ciudad tienen -por estatuto- el derecho a faltar «por áreas específicas». Los motivos no están especificados porque no es necesario que los justificationn. En estos casos los docentes simplemente avisan en la escuela que se toman el día. En general, lo hacen para realizar trámites personales.

En mayo del año pasado, la Ciudad cambió su estatus e hizo más restrictivo este derecho. Antes de la modificación, los docentes podrán pedir dos días adicionales a fines de semana y/o feriados y así extender el fin de semana a cuatro días. Eso ahora no está permitido.

Como resultado del cambio de esta regla bajaron un 84 % las faltas pegadas a los fines de semana o feriados por parte de docentes de todos los niveles educativos obligatorios. Esto, sumado a otros cambios relacionados a la licencia hizo que, entre 2022 y 2023, se reduce en un 19% del total de las licencias que se toman los docentes, informan desde el Ministerio de Educación porteño.

La cuestión del ausentismo de los docentes preocupa cada vez más a las familias y se ve reflejado en algunas protestas, como que ocurrió hace unas semanas con un padre de Bahía Blanca ou este miércoles con una madre frente al gobernador de Provincia Axel Kicillof. El reclamo es por los dias efectivos que los chicos tienen de clases y que, por distintos motivos, apenas relacionado con los 190 a los que obliga la ley mas una posterior resolucion oficial.

Los especialistas señalan que menos días de clase pueden debilitando el lazo de los alumnos con la escuela e impactando negativamente en la incorporación de aprendizajes significativo. Otro de los desafíos educativos que tiene Argentina por delante está garantizado, también, que los chicos van a la escuela. No hay estadísticas oficiales, pero sí testimonios del creciente ausentismo del alumnos que también resuena en los aprendizajes.

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