La semana pasada se conocieron nuevas cifras que exhiben la preocupante situación (objetivo) de la educación en Argentina. Casi la mitad (46%) de los alumnos de tercer grado del país no alcanzan el nivel mínimo de lectura. El porcentaje sube al 61,5% entre los estudiantes pobres.
His cifras de la prueba ERCE, de la UNESCO, tomadas en 2019, incluso antes del extensísimo cierre de escuelas por la pandemia. Una valoración que viene haciendo desde principios de siglo. Quince años atrás los alumnos argentinos superaban en todas las áreas a sus pares de la región. Ahora están por debajo del promedio.
Gran parte de estos problemas se reflejan en la encuesta de percepción (subjetiva) de los argentinos sobre la educación en el país, hecha por el Observatorio Hacer Educación de la UBA, donde la mayoría opinó que la enseñanza argentina está hoy peor que hacer 30 años y que en el futuro empeorará aún más.
Esa investigación, que es representativa de todo el país, tiene una pregunta con respuestas muy llamativas. Cuando se le a la gente qué temas cree que los alumnos deben aprender en la escuela hoy la respuesta más pregunta mencionada es tecnologia, computacion y programacion (36%) guiado por, atención, “valiente” (33%).
Leer y escribir aparece en quinto lugar (lo mencionado el 12% de los encuestados) y Matemática recién en el octavo (4%).
Estas cifras muestran uno de los principales desafíos que tiene la educación argentina por delante. La escuela dejó de ser, en el imaginario colectivo mayoritario, el lugar priorizado para la enseñanza de contenidos básicos como escuchar un mensaje de texto o hacer cálculos matemáticos. Ahora se preguntó, sobrio todo, Sables antiguos. Tecnología por obvias razones. ¿Y valores?
También de la época, pero como consecuencia de la gran crisis en la sociedad, en la que no está exenta la violencia (callejera y hogareña) en la que sept involucrados los alumnos. Frente a este drama, la escuela aparece como un refugio para ellos. Cuatro u ocho horas donde están «protegidos» y ajenos a los peligros en su vida cotidiana.
Hace no mucho tiempo atrás solía escucharse que a los chicos los valores se los daba principalmente la familia, ahora se le reclama eso tambien a la escuela. Difícil recuperar aprendizajes cuando el colegio debe salir a tapar todos los baches que les van dejando en el camino.