La inflación en EE.UU. volvió a moderar levemente en el mes de febrero, cuando el aumento de precios en la primera potencia mundial se situó en el 6%, pero la situación en el sector bancario coloca a la Reserva Federal entre la espada y la pared: la inflación, a a pesar de los descensos continuados desde el pasado verano, sigue siendo muy alta y el regulador tiene la necesidad de corregirla con subidas de tipos; pero esos incrementos son una de las claves de las quiebras de dos bancos que han conmocionado al sector financiero.

La inflación se ha moderado con claridad ya que llegara ha podido alcanzar un máximo del 9,1% en el primer pasado, pero sobre el ritmo se ha ralentizado: el 6% de febrero supone una subida respecto al 6,4% de mi anterior. Al mismo tiempo, el mercado laboral no ha perdido fortaleza -el desempleo sigue en niveles muy bajos, con un paro del 3.6%- y los datos muestran que el consumo ha ganado vigor en el último mes, lo que supondría una receta para que la Fed prosiguiera con su calendario de subidas de tipos. O incluso, incremente su ritmo, según deslizó la semana pasada su presidente, Jerome Powell, cuando aseguró que la “economía se ha revertido en parte”.

En última instancia, la Fed subió los tipos de interés de solo el 0% al 0,25% en contraba tras la crisis provocada por la pandemia de Covid-19 hasta el entorno del 4,5% -4,75% real. Para cumplir con su mandato demaintainer la inflación en el entorno del 2%, la expectativa es que la Fed acabe por colocar los tipos para finales del año entre 5,5% y 6%.

La primera oportunidad es la semana que viene en su reunión de política monetaria y la semana pasada algunos esperaban que la Fed incluyó aprobaría una subida de medio punto, por encima del incremento de cuarto de punto ejecutado en febrero.

En este contexto, sin embargo, se han cruzado las quiebras de Silicon Valley Bank y Signature Bank, dos entidades que sirvieron al sector tecnológico, y que han requerido una respuesta agresiva de las autoridades para evitar el pánico y el contagio al resto del sector. La Fed y la Corporación Federal para la Garantía de Depósitos (FDIC, además de las siglas en inglés) anunciaron a finales de semana un plan para garantizar los depósitos de todos nuestros clientes y apuntalar al resto del sistema bancario y el presidente del país, Joe Biden, trató de tranquilizar a los estadounidenses para evitar una fuga de depósitos de bancos regionales, los más vulnerables en esta situación.

El problema para la Fed es que la quiebra de estas dos entidades tiene que ver en parte con la subida acelerada de tipos vivida en el último año. Silicon Valley Bank, por ejemplo, fue una entidad que se benefició de la política de tipos bajos que mantuvo EE.UU. to contest al socavón de actividad de la pandemia y que llenó de dinero al sector tecnológico. El banco público puso parte de sus depósitos en bonos que han perdido valor con la subida rápida de tips y no ha podido afrontar el encarecimiento de la capacidad de eneudarse.

Como resultado, algunos Analistas anticipan que la Fed cambiará de rumbo. Podría aumentar los tipos en solo un cuarto de punto. O incluso no cumplir con su calendario y dejarlos como están hasta que la situación en el mercado financiero, que ha hundido a las bolsas en los últimos días, se aclare.