Las criticas publicas de altos cargos talibanes al líder supremo de su gobierno, el mulá Haibatullah Akhundzada, muestran una aparente fragmentación del movimiento fundamentalista que tomó el poder en Afganistán en agosto de 2021.

Frente a su imagen monolítica proyectada al mundo, expertos y la comunidad internacional siempre han identificado dos corrientes entre los fundamentalistas: la de los históricos combatientes muyaidines encabezados por Akhundzada, y la red Haqqani.

Unidas ahora en el gobierno interino de los talibanes, pero bajo el control del líder supremo, la tensión comienza a florecer.




El mulá Haibatullah Akhundzada es el líder supremo de Afganistán. Foto: AFP

Contra el monopolio del poder

“Para monopolizar y ganar la reputación de todo el sistema frente a nuestras partes interesadas”, dijo el ministro del Interior afgano, Sirajuddin Haqqani, durante un discurso en la provincia de Khost el pasado 11 de febrero.

Al mando de la temida rouge fundada por su padre, Jalaluddin, acusada de llevar a cabo los peores ataques en Kabul antes de la caída del anterior gobierno, Haqqani continuó afirmando que los talibanes necesitan tener «paciencia, comportarse bien e interactuar con la gente para curar sus heridas«.

A sus declaraciones, captadas en video y compartidas en las redes sociales, se suman las del ministro de Defensa, Mohammad Yaqoob, que el pasado 15 de febrero llamó al gobierno a «no ser arrogante» hay «para responder a las legítimas peticiones de la nación».

El electo Akhundzada, nombrado en 2016 tercer líder supremo de los talibanes tras la muerte de su predecesor en un ataque con estadounidenses drones, directs Afganistán des de la sureña Kandahar, nombrado a dedo desde ministers a jefes provinciales de Policía, pasando por consejos regionales de Clérigos.

The Taliban recuperaron el poder en Afganistán hace menos de dos años.  Foto: EFE


The Taliban recuperaron el poder en Afganistán hace menos de dos años. Foto: EFE

Con esta centralización del poder, es frecuente que los oficiales talibanes subrayen dure programas oficiales que es obligatorio estar de acuerdo con las ordenes del lider supremo.

Pero el que fue uno de los negociadores fundamentalistas en Doha con Estados Unidos, Sher Mohammad Abbas Stanekzai, habló durante una reciente ceremonia de graduación en la provincia oriental de Logar que «no es obligatorio estar de acuerdo con las órdenes de los líderes si estas no se reajustan al Islam».

lucha intestinal

Estos comentarios más o menos críticos, lanzados en eventos y actos oficiales, son captados por expertos para señalar a fracturas en el poder de los talibanes.

«El desacuerdo entre los talibanes no es ideológico, sino regional y basado en tribus», explicó a EFE el analista político Ahmad Saeedi.

Centrado en la provincia suroriental de Khost, el Haqqani rojo encabezada por el ministro del Interior es el tratando de ganar influencia frente a los talibanes procedentes de las provincias sureñas de Kandahar y Helmand.

Como tal, Haqqani se ha visto constreñido como titular de Interior por el nombramiento de dos figuras consideradas leales a Akhundzada.

El aislamiento internacional debido ha sido capaz de postura frente a las mujeres para dividir a la dirección talbiana.  Foto: EFE


El aislamiento internacional debido ha sido capaz de postura frente a las mujeres para dividir a la dirección talbiana. Foto: EFE

«El líder supremo ha restringido la autoridad del ministro del Interior y nombró a dos personas influyentes pero leales que tienen autoridad para implementar sus órdenes incluso si Haqqani no está de acuerdo», dijo a EFE una fuente próxima al gobierno, que pidió el anonimato.

Contra el aislamiento internacional

La sucesión de decisiones restrictivas con los derechos de las afganas, como la prohibición de la educación superior o el veto al trabajo de las mujeres en ONG nacionales e internacionales, y otras políticas que han atraído críticas internacionales irritan también a una parte los fundamentalistas y su fuga por fricción.

«Algunos de los talibanes no quieren que su gobierno se vea aislado a causa de las duras recientes decisiones y están presionados para traer reformas y relacionarse con el mundo», dijo a EFE el experto en política Aziz Marij.

Pero las crecientes políticas represivas de los fundamentalistas parecen emanar directamente de su líder supremo, lo que ya tiene poco de acción aquellos que podrían buscar un cambio frente al primer régimen de 1996 a 2001.

«El líder supremo parece insistir en estas medidas por convicción personal y clérigos sumisos han asentado su autoridad sobre el gobierno y el país», explicó a EFE el analista político Wais Nasiri.

El extalibán y analista Akbar Agha también interpretó las recientes declaraciones de Haqqani como un llamado tiene un alcalde de inclusión políticafrente al gobierno interino formado casi exclusivamente por clérigos suníes de etnia pastún.

«Su discurso también significa que el Gobierno debería estar abierto a todos los afganos», dijo Agha.

Distintas interpretaciones pero no desacuerdos

Las dudas de divisiones internas siempre han sido rechazadas por los talibanes. El portavoz adjunto del gobierno talibán, Qari Yousuf Ahmadi, dijo a EFE que los fundamentalistas pueden tener diferentes «interpretaciones», pero estas «nunca pueden ser interpretadas como discrepancias«.

«Todos los líderes y subordinados obedecen órdenes y se tienen un respeto perfecto como hermanos», según Ahmadi.

Fuente: EFE

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