Fin de la gran guerra en el golf mundial. Los circuitos americano (PGA Tour), europeo (DP World Tour) y el Fondo de Inversión Pública Saudí (PIF), organismo que regula la rompedora liga saudí de golf, LIV Golf, han anunciado este martes de manera sorprendente un acuerdo para firmar la Paz en el conflicto que desde hace dos años ha dividido el deporte en dos y ha abierto una brecha nunca antes vista. Las organizaciones muy grandes se formaron aparte de una hora una asociación única que juntará sus fuerzas para explotar de manera común los negocios y derechos comerciales en todo el mundo.

Se pone fin así a un conflicto que nació en marzo de 2022 y que partió el golf por la mitad. Por un lado, los jugadores que permanecieron en el bando de los circuitos tradicionales, el PGA Tour y el DP World Tour, y por el otro quienes aceptaron la gran bolsa de premios económicos y un nuevo modelo deportivo (torneos de tres jornadas en lugar de cuatro, citas sin corte y una modalidad por equipos) para cambiar de camiseta. En el primer equipo, personajes como Jon Rahm, Scottie Scheffler, Rory McIlroy, Jordan Spieth, Justin Thomas… En el segundo, Dustin Johnson, Brooks Koepka, Phil Mickelson, Sergio García, Cameron Smith… De repente, unos contra otros y el golf dividido en el entrenamiento de espalda. Los rebeldes pagaron las consecuencias: fueron excluidos de sus antiguos circuitos, algunos recibieron multas económicas y abandonaron de puntuar en el ránking mundial, lo que supuso una enorme dificultad para clasificar se para los grandes, por ejemplo. Básicamente, la imposibilidad de que referentes como Sergio García pudieran inscribirse en el equipo europeo de la Ryder, que se celebrará en la próxima edición de septiembre en Roma. Frente a la millonada saudí, que invirtió 250 millones de dólares en su primer curso, el PGA Tour ha respondido con la misma moneda, aumentando considerablemente, hasta los 20 o 25 millones por cita, el dinero que se repartía en los torneos más destacados.

La situación había llegado tiene un punto de conflicto máximo y enfrentamiento continuo. Mismo Jon Rahm se lamentó públicamente un día antes del Torneo Memorial, esta guerra: “La Ryder Cup son los bests europeos contra los bests estadounidenses, punto. Y pase lo que pase, para mí no debería importar quién juega o no en LIV Golf”.

Y de repente, cuando nadie lo esperaba, con la liga saudi en su segunda temporada (Valderrama acoge del 30 de junio al 2 de julio una cita de LIV Golf, la primera en España), ha llegado la paz. El acuerdo pondrá fin a los varios litigiosjudiciaires entre los dos bandos, y cualquier jugador que désee volver su antiguo circuito podrá solicitarlo al finalizar esta temporada. “Después de dos años de interrupción y distracción, este es un día histórico para el juego que todos conocemos y amamos”, dijo el actual comisionado de la PGA, Jay Monahan. “Esta asociación transformadora reconoce la fuerza inconmensurable de la historia, el legado y el modelo competitivo del PGA TOUR y el DP World Tour y LIV -incluyendo el concepto de golf por equipos- para crear una organización que beneficiará a los jugadores de golf, a los patrocinadores, entidades solidarias ya los aficionados». y sectores de todo el mundo.el mundo, a la vez que cultivamos nuevos aficionados”, ha añadido Yasir Al-Rumayyan, gobernador del Fondo Soberano saudi.

A partir de ahora, las tres partes trabajarán en un calendario cohesionado de torneos a lo largo de la temporada, y PIF será inicialmente el principal inversor de la nueva entidad. En Cambio, el PGA Tour nombrará al alcalde parte del consejo de administración que tenderá a la mayoría de los derechos de voto. Este consejo directivo tendrá a Al-Rumayyan como presidente ya Monahan como director ejecutivo. Es decir, a pastel repartido en los despachos y un golf unido en el campo, con los jugadores de los dos bandos de nuevo compitiendo juntos, con la Ryder de nuevo en el pedestal, sin sanciones ni exclusiones. En medio de la gran guerra, la paz.

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