La milicia yemení aliada de Irán, los Huthi, ha secuestrado este domingo un carguero en el mar Rojo por la invasión israelí de Gaza. El ejército israelí lo considera un “incidente muy grave con consecuencias globales”, aunque aclara que el barco ni es israelí, ni tenía israelíes a bordo. Los Huthi sí lo definen como tal y advierten de que seguirán sus operaciones militares hasta el fin de la “horrible agresión” contra sus “hermanos palestinos en Gaza y Cisjordania”. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, habla de un “salto adelante en la agresión iraní” a través de una milicia rebelde que ya ha lanzado puntualmente en las últimas semanas misiles y drones contra el Estado judío.

Netanyahu ha señalado que el barco, que viajaba de Turquía a la India, es propiedad de una empresa británica y estaba operado por una compañía japonesa. La cadena de televisión Al Arabiya lo identifica como el Galaxy Leader, un carguero con bandera de Bahamas propiedad de Ray Shipping, una empresa parcialmente controlada por un empresario británico-israelí, Abraham Ungar, uno de los hombres más ricos de Israel. Otro barco conectado a sus empresas sufrió en 2021 una explosión en el golfo de Omán de la que Israel también responsabilizó a Irán.

Dos fuentes del Departamento de Defensa de Estados Unidos han confirmado a la agencia Associated Press que los rebeldes asaltaron el carguero descendiendo por una cuerda desde un helicóptero. Yahya Saree, un portavoz militar de los Huthi, ha señalado que el barco se encuentra ahora en un puerto bajo su control, como es el caso de buena parte de Yemen, incluida la capital. “Estamos tratando a la tripulación de acuerdo con los principios y valores islámicos”, ha agregado en un comunicado. Netanyahu asegura que está formada por 25 personas, entre las que figuran mexicanos, ucranios, búlgaros y filipinos. Ningún israelí.

Poco antes, los Huthi habían anunciado que atacarán los buques que sean propiedad o estén operados por empresas israelíes, que lleven su bandera o que se dirijan al país. La milicia rebelde ha lanzado drones y proyectiles contra Eilat ―la ciudad más meridional de Israel, muy cerca de Arabia Saudí― en “venganza” por las muertes en la Franja, que superan las 13.000.

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Mientras, en Gaza, la Media Luna Roja ha evacuado este domingo a 31 bebés del principal hospital, Al Shifa, ocupado desde el pasado miércoles por blindados y soldados israelíes en busca ―de momento, sin éxito― del famoso centro de mando de Hamás que el ejército israelí sitúa en sus sótanos y túneles.

Israel, necesitada de una foto positiva en Gaza que compense la destrucción que causan sus bombardeos, lo había propuesto, pero la dirección se negó. Finalmente, ha sido una tercera parte, como pedía el hospital. Este sábado, un equipo de evaluación humanitaria con personal de distintas agencias de la ONU ha sido el primero de un organismo internacional en acceder al centro, que sin apenas electricidad, alimentos y agua ya no funciona como tal. El equipo, liderado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en coordinación con el ejército israelí, lo ha descrito como una “zona de muerte” en la que la situación es “desesperada” y las señales de bombardeos y disparos, “evidentes”, ha señalado la OMS en un comunicado. El equipo solo estuvo una hora, por motivos de seguridad,

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha precisado que los bebés evacuados estaban “muy enfermos” y que fueron trasladados en ambulancias junto con seis trabajadores sanitarios y 10 familiares. Los vehículos eran de la Media Luna Roja, que rechazaba hacer en solitario la operación, sin el paraguas de la ONU, después de que Israel bombardease uno de sus convoyes a las puertas del mismo hospital, el pasado día 4. Los bebés, prematuros y que acabaron en una camilla con papel de aluminio para mantener su calor corporal ante la falta de electricidad para alimentar las incubadoras, fueron trasladados a la unidad de cuidados intensivos neonatales de Al-Helal Al-Emirati, un hospital en la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza, que funciona parcialmente.

No hay ninguno operativo en el norte de la Franja. La OMS explicó que están preparadas ―para las próximas 24 a 72 horas― nuevas misiones para transportar con urgencia a dos hospitales del sur de Gaza los pacientes y personal sanitario que quedan en Al Shifa. La luz verde definitiva depende de las garantías de paso seguro por todas las partes en conflicto. El problema, señaló, es que estos dos centros médicos “ya están trabajando por encima de su capacidad”, por lo que las nuevas derivaciones “aumentarán la presión sobre un personal y unos recursos sanitarios ya sobrecargados”.

En Al Shifa quedan unos 260 pacientes y 25 trabajadores sanitarios, según el equipo de la ONU. Ya no quedan desplazados, que llegaron a contarse por decenas de miles en el cenit de los bombardeos aéreos. El sábado, las tropas israelíes que ya ocupaban el centro dieron la orden de evacuación a los 2.500 que seguían en el recinto. Los palestinos lo abandonaron en dirección al sur, ondeando trapos blancos, en forma de bandera, para que nadie abriese fuego contra ellos.

Flecos “muy menores”

En el plano diplomático, el primer ministro de Qatar, Mohammed bin Abdulrahman al Thani, ha afirmado este domingo que solo quedan flecos “muy menores” para alcanzar un acuerdo entre Israel y Hamás para la liberación de decenas de rehenes secuestrados por la milicia fundamentalista en el ataque del 7 de octubre. “Los retos que afronta el acuerdo son simplemente prácticos y logísticos”, indicó en una rueda de prensa en Doha con el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell. Poco antes, la Casa Blanca matizó que el pacto aún no está sellado. “No hemos llegado a un acuerdo todavía, pero seguimos trabajando duro para alcanzarlo”, escribió Adrienne Watson, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, en X (antes Twitter).

El Gobierno israelí está dividido sobre el acuerdo, entre quienes abogan por expandir la ofensiva para presionar a Hamás a que rebaje sus pretensiones y quienes temen desperdiciar la oportunidad y que otros rehenes mueran en los bombardeos, según el diario Haaretz. Consistiría en la liberación de entre 50 y 70 madres y niños, a cambio de entre tres y cinco días de pausa humanitaria, y la excarcelación de 150 menores y mujeres palestinos. Serían una parte de los alrededor de 240 rehenes en la Franja. Están principalmente en manos de Hamás, pero también de la Yihad Islámica, otros grupos armados menores y hasta de civiles.

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