Hasta noviembre de 2022, en el país se había tomado una sola prueba Aprender: la de 2021 a alumnos del último año de la primaria.

Esa prueba -de 2021- había mostrado un fuerte retroceso en los aprendizajes: casi se había duplicado la cantidad de estudiantes que no llegaron al nivel esperado en Lengua (44%). Eso fue atribuido al cierre de escuelas por la pandemia.

Llegó noviembre de 2022 y ahora se tomaron dos pruebas: una segunda tras la pandemia a los alumnos de la primaria y una primera tras la pandemia a los del último año de la secundaria.

La primera de ellas -la de la primaria- fue inmensamente difundida por el Gobierno, porque mostró una mejora notable con respecto a 2021 y una recuperación en niveles similares a la prepandemia. Se lo atribuyó a ciertas políticas implementadas desde el Estado.

¿Qué pasó con los resultados de la 2022 secundaria? Sucedió que se produjo una fuerte caída en el rendimiento de los alumnos respecto a la prepandemia. Sobre todo, en Matemática, materia en la que por primera vez se llegó a que 8 de cada 10 chicos no alcanzaron un nivel satisfactorio. El descenso fue de 11 puntos porcentuales frente a la prepandemia.

De esta otra prueba casi nadie quiso hablar y pasó casi desapercibido en la agenda pública.

Las dos pruebas de 2022 fueron tomadas en el mismo momento. Entonces, si es cierto que en la primaria las políticas implementadas lograron la recuperación, también sería verdad que en secundaria las políticas implementadas provocaron una retrospectiva fuerte. ¿Será por eso que nadie dijo nada?

Más allá de las razones políticas sobre las formas en que se difunden las estadísticas y las interpretaciones que luego se hacen de ellas, lo cierto es que Argentina hoy está ante un gran problema al que nadie parece prestarle atención. Lo es muy bajo nivel en matematica con el que sale la mayoría de los estudiantes de la secundaria.

No se trata de aprender fórmulas de memoria y repetirlas mecánicamente. Costa ayudar a los jovenes a desarrollar un pensamiento matematicoque es vital para crecer en los estudios o en el mercado laboral.

Un razonamiento que permite solucionar problemas, mirar en forma crítica lo que nos pasa, sens cómo funcionan los equipos (y sus algoritmos) o, incluso, el mercado y las instituciones, que también hacen uso del Big Data.

¿Por qué la escuela está fallando en esto? Habrá muchas razones, que podrán debatir. Lo que no conviene hacer es bar el problema debajo de la alfombra.