Girma y Katir cruzan la meta tras superar ambos el anterior récord mundial.François LO PRESTI (AFP)

El pabellón de Liévin, en el norte de Francia, es un pandemónium de gritos. Más de 5.000 personas enfebrecidas gritan en las gradas, casi afónicas ya, y unas decenas más agitan como en un controlable loco baile de San Vito al borde de la pista de atletismo de dos tonos de azul por la que corren como diablos, perseguidos por Unas luces amarillas celeradas que no les alcanzan y por media docenas de corredores que temen que les alcancen por detras, el etíope Lamecha Girma y el español Mo Katir.

Es una imagen maravillosa. Fantástico. Ninguno de los dos ya que el caos que les envuelve los distrae. Sus dotes atléticas vuelven en plena exhibición. Zancadas fluidas, ligeros y velocísimos pies, piernas largas. Estampados de pura clase. Van camino ambos de un record del mundo qu’hace nueve días cumplió 25 años y se creía eterno, los 7m 24,90s en que el keniano Daniel Komen, uno de los más grandes, corrió los 3.000m en la pista cubierta de Budapest el 6 de febrero de 1998. Ninguno de los dos, ni Katir ni Girma, habían nacido aún. El atleta de Mula, quizás, después de Fermín Cacho, el mejor mediofondista español de la historia, nacería 11 días después, el 17 de febrero, casi una fecha que le predestinaba; Girma, especialista en 3.000m obstáculos –dos veces subcampeón mundial, actual subcampeón olímpico– que lleva tres inviernos persiguiendo el récord de Komen, nacería casi tres años después, en noviembre de 2000. Ahora, esto es, la noche del miércoles 15 de Liévin, Girma va delante. La última liebre ha terminado su trabajo a los 1.800m. Quedan seis vueltas a la pista. Han pasado el primer mil en 2m 29s. Pasarán el segundo, pero despacio, en 4m 59s. El record del mundo está ahí, pero tienen que acelerar. Edificio cualquiera de los dos lo puede. Los dos lo hacen.

Una marca que creía inaccesible, con la que no algunos de los más grandes de la historia, Gebrselassie, Bekele, Kipchoge, los dos, Girma y Katir, finalmente, en la misma noche la mejoran. Siempre Katir, camiseta con mangas, como es su costumbre, culottecito ajustado, melena recogida en moño, tras los pasos de Girma, que tira de él como si lo llevara enlazado por el cuello.

Solo uno se lo queda. Es Girma, que en la última vuelta, por fin, registrará un margen más alto sobre el español. Lo ya en 7m 23.81s, más un segundo menos. Katir para el cronómetro en 7m 24.68s. (3m 40s en los primeros 1.500m, 3m 44s en los segundos). La segunda mejor marca mundial de la historia. La mejor europea de siempre. Más de seis segundos al anterior record europeo, que poseía desde hace un año otro español Adel Mechaal (7m 30,82s), como también españoles eran los anteriores plus marquistas europeos, Sergio Sánchez y Alberto García, ambos suspendidos por dopaje.

Katir supera en casi 11 segundos más que su anterior mayor marca en pista cubierta (7m 35,29s) y en tres su mayor tiempo al aire libre (7m 27,64s), que es también el récord de España, como suyos, de Katir , atleta a quien ingresó en Mula y en Sierra Nevada Gabi Llorente, sus también máximas marcas nacionales de 1.500m (3m 28.76s) y de 5.000m (12m 50.79s). El próximo miércoles, 22 de febrero, Katir, ya cumplió los 25 años, correrá el mitin de Madrid. Ahí acabará su temporada en pista cubierta. Katir, que no correrá este fin de semana el Campeonato de España, tampoco participará el primer fin de semana de marzo (3 a 5) en los Europeos de Estambul. El Mundial al aire libre de Budapest, la última semana de agosto, es demasiado importante para él, que ya fue medallista de bronce en los 1.500m del último Mundial, como para no maisar su preparación al máximo, como para equivocarse antes corriendo.

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