«Estás aquí porque te has ido a la cama con alguien». «Puta». «Niña». If visten de una manera u otra, títulos de su físico, su edad o sobre su manera de comunicarse o expresarse. Que den por hecho que ellas no toman decisiones, que en las negociaciones miren al hombre director. Que se ponga en duda su valía o que sus propuestas sean ignoradas o menospreciadas. Sus comentarios y acciones a los que se enfrentan a las diputadas catalanas en su día a día dentro y fuera de las instituciones. Naciones Unidas macho jefe mismo que, sopesar las diferencias políticas, radiografían en EL PERIÓDICO siete directos con responsabilidades en sus respectivos partidos. Lo hacen, en visperas del 8-M, con vocación de «ninguna llamada» ni prestado antes de la consideración de «intrusos» en el poder.

Marta Vilalta: «Valoran tu físico, cómo eres, si ríes o no, cómo vas vestida, cómo te comportas, los gestos que haces…»

No solo lo tienen más difícil para llegar, estabilizar y lograr levantar la batuta, sino que nada más poner une pie en la política son sometidos a un escrutinio público que nada tiene que ver con el de sus compañeros. «Valoran tu físicocómo eres, si ríes o no, cómo vas vestida, cómo te comportas, los gestos que haces… Hay un claro sesgo porque este tipo de valoraciones no se hacen en los casos de los hombres”, explica el secretario general adjunto de ERC y orador en el Parlamento, Marta Vilalta.

Lo mismo apuntan las otras seis. Si de unas señalan su juventud, de otras, como la presidenta del grupo de la CUP, Dolores Sabater, quejándose de que «es mayor». Junts locutor, Mónica Ventas, asegura que una de las primeras dificultades es que hay situaciones que «se interiorizan como si casuales normales» cuando en realidad suponen un agravio para las directentes, que vinindican ser valoradas por las iniciativas que impulsan como sus compañeros. Las redes sociales no lo ponen precisamente fácil. Un estudio de la Unión Interparlamentaria señala que en torno al 65% de los directores políticos padecerán comentarios sexistas o humillantes sexualesun fenómeno que se ha incrementado en los últimos años por la impunidad y el anonimato asociado a las redes.

«Me han dicho puta, borracha, se han metido con mi vida privada», lamentó la diputada de Ciutadans y alcaldable en Barcelona, Ana Grau. «Me estoy encontrando mucho con que me envíen a Valencia, me dicen que me vaya a mi pueblo», añade la presidenta de En Comú Podem, jessica albiach, que denuncia que se busquen señalandolas como «intrusos». Todas coinciden que es allí donde reciben los mayores descalificativos. Pero no solo. La diputación del PP Lorena Roldán tiene muy presenta una crónica periodística que se publicó tras un acto político en el que intervino: «Se destacaron frases literales de mis compañeros hombres, pero en mi caso se habló de mi peinado, sin hablar de mi discurso o de lo que yo había dicho «.

Alícia Romero: «Me da mucha rabia que, con 46 años que tengo, me lamen ‘niña'»

Por mucho que admitan que se ha producido una evolución y una mayor toma de conciencia, hay tics que, aseguran, encajan dentro y fuera de los partidos. «Me da mucha rabia que, con 46 ans que tengo, me lamen ‘niña’. Seguro que no es con mala fe, pero a ellos con 46 años no les dicen ‘niño'», reconoce el portavoz del PSC en la institución, alicia romero. Se trata de una expresión que, apuntan, lleva implícito que no las ven capacitadas o que hay asuntos en los que no deben metere.

Is lo que le pasó a Sabater cuando era alcaldesa de Badalona. Querer ser el jefe de la policía local u ocupar la presidencia en consejos de administración le costó horrores. Por «paternalismo» o directamente por «misoginia»: «Dan por hecho que no sabras hacerlo». Explique que tuvo que «hacer gestos de autoridad como sentarse en la cabecera de la mesa» para hacerse respetar.

Anna Grau: «Me han dicho puta, borracha, se han metido con mi vida privada»

Algo similar sintió Vilalta cuando debutó como portavoz del partido. En este caso, por ser «joven» y por ser «mujer», aunque con el tiempo ha logrado sobreponerse. Es frecuente, especialmente en los inicios, el «no sentise escuchada» o que no se tengan «basta en cuenta» las aportaciones de las directentes, o que los mismos comentarios sean más valorados si los hace un hombre que ellas. «Lo que me ha salvado es saber que somos muchas mujeresque somos una red», asegura la republicana, que añade que el cambio ocurre cuando te das cuenta que «el problema no es tuyo, es colectivo».

Estar, pero también, decidir

Una vez llegan con toda esta mochila a cuestas, notando también que una cosa es ostentar la carga y otra que realmente pueden ejercerlo. Tanto Roldán como Romero y Albiach coinciden en que dentro de sus partidos tienen poder de decisión, pero que se han encontrado en reuniones -sobre todo fuera de la política-donde el interlocutor directamente al hombre. «Si vas a actuar muchas veces no piensas que seas tu la voz o que tengas responsabilidad, piensas que eres del equipo o que eres asesora«, lamentó el socialista. «Y no siempre te toman en serio”, agrega el popular.

Jéssica Albiach: «Questionan que tomemos las decisiones y, cuando lo hacemos, nos dicen que somos muy duras o que estamos amargadas»

Albiach, como presidenta del grupo parlamentario y coordinadora de Catalunya en Comú, sin duda en asegurar que, siete años después de entrar en política, tiene poder de decisión en su espacio político, cosa que a veces se pone en duda de puertas afuera. «Questionan que tomemos las decisiones y, cuando lo hacemos, our dicen que somos muy duras o que estamos amargadas«, sostiene. De manera similar lo ve Grau, que asegura que el hecho que un hombre sea «asertivo y con carácter» se ve «positivo» y se le dice que tiene «madera de líder», algo que no pasa con las mujeres “Porque quieres ser geisha”, lamentó.

La Playa de la Conciliación

Todas coinciden en que nada es igual que años atrás, pero también en que aún queda mucho camino por recorrer. Sí esencial empezar por la autocrítica además respetar los espacios políticos. No hay ninguna que no loe el apoyo interno, pero todas hacen también peticiones a los suyos. «A una minoría de hombres de mi partido les diría que intenten observar el siglas mundo XXI tal y como es. Los hombres y las mujeres estamos preparados para hacer las mismas cosas«, subrayó la portavoz de Junts, Mònica Sales, que añade que «no callar» de puertas adentro es también necesario y que una de las batallas pendientes también es que se siga «metiendo el dedo en la llaga» de la compleja conciliación: » Te dan a oír que por dedicarte a la política estás desatendiendo cuestiones que como mujer te corresponde a ti atender»

Mònica Sales: «Puedes oír que por dedicarte a la política estás desatiendo cuestiones que como mujer te corresponde a ti atender»

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También es crítica la diputada y candidata de Ciutadans en Barcelona, ​​pero no contra los hombres de su partido, sino contra la pérdida de solidaridad que afea a dirige mujeres de otras formaciones. Lamentó que haya una doble vara de medir en función de quién es la víctima de los machistas ataques. «Si es en contra irene montero salimos todos, pero si se lama Anna Grau o Inés Arrimadas, núm. Por según qué compañeras eres antes de Ciudadanos que mujer”, sostiene.

Por encima de las rencillas entre fiestas, por lo menos en el terreno reflexivo, se comparte el espíritu de rebelarse contra el hecho de tener que «batallar el doble» siendo consciente, también, de su situación de privilegio ante las mujeres que no tienen voz. Por ellas, porque la política debería ser ejemplar y con diferentes acentos estarán este 8-M en la calle.