A Paddy Cosgrave, el emprendedor irlandés que fundó en 2009 la Web Summit, uno de los eventos alrededor de la tecnología e Internet más exitosos del sector, le ha costado caro expresar su opinión sobre lo que está ocurriendo en Israel y Gaza. El anuncio de varias multinacionales como Meta, Google y Amazon de cancelar su participación en la Web Summit de Lisboa, que se celebra del 13 al 16 de noviembre con cerca de 70.000 participantes previstos, ha llevado a Cosgrave a dimitir como consejero delegado de la organización.

En un tuit del 15 de octubre, Cosgrave describió la masacre de Hamás del 7 de octubre como “de una maldad monstruosa” y defendió el derecho de Israel a defenderse, pero no “a violar el derecho internacional”. Al día siguiente, tras las críticas de la Embajada de Israel en Portugal, reiteró en otro tuit: “Repito: crímenes de guerra son crímenes de guerra, incluso cuando los cometen aliados y deben llamarse por su nombre. No cederé”.

Dos días después, cedió y publicó un comunicado donde pedía disculpas a quienes se habían ofendido y reiteraba su posición a favor del derecho de Israel a defenderse sin romper las convenciones internacionales. “Sin embargo, entiendo que lo que dije, el momento en que lo dije y el modo en que se presentó ha causado un profundo dolor a muchos. A quienes he dañado con mis palabras, mis disculpas más profundas. Lo que necesitamos en este momento es compasión”, escribió en un texto divulgado por la Web Summit. El goteo de anuncios de cancelaciones, que incluyó también a Siemens e Intel, le llevó a presentar este sábado su dimisión como máximo responsable de la organización.

Los tuits de Cosgrave desataron la protesta de la Embajada de Israel en Portugal, que anunció su retirada de la cita tecnológica de Lisboa. “Incluso durante estos tiempos difíciles, él es incapaz de dejar de lado sus opiniones políticas extremistas y denunciar las actividades terroristas de Hamás contra inocentes”, tuiteó el 16 de octubre el embajador Dor Shapira, que animaba a las empresas a retirarse del evento.

Carlos Moedas, alcalde de Lisboa, que financia la celebración de la cita tecnológica desde 2016, cuando Cosgrave abandonó Dublín, trató de alejar la polémica sobre el evento. “No es una cita política, es una cita sobre innovación tecnológica”, indicó. En 2018 se abrió una subasta internacional entre ciudades (Madrid y Valencia, entre otras) para atraer la cita tecnológica, pero la suma de esfuerzos entre varias instituciones portuguesas (Gobierno, Ayuntamiento de Lisboa y Secretaría de Estado de Turismo) logró retenerla en Lisboa a cambio de 110 millones de euros hasta 2028 (11 millones al año). En los últimos años se ha ampliado a otras ciudades de Canadá, Brasil y Qatar.

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En Lisboa, Cosgrave logró crear un espacio donde había cabida para las críticas a las todopoderosas tecnológicas. En la edición de 2021 la estrella fue Frances Haugen, la antigua ingeniera de Facebook (ahora Meta) que le causó la mayor crisis de reputación a la empresa al desvelar prácticas de la compañía que afectaban a la estabilidad de países y personas. Meta digirió este trago, pero no los tuits de Cosgrave sobre el conflicto palestino-israelí.

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