Según la autopsia, el cuerpo corresponde a una mujer de entre 18 y 30 años. Restan los resultados de ADN para confirmar su identidad.
Naciones Unidas cadáver congelado fue encontrado en el Cerro Mercedario, en la localidad de Calingasta, en San Juany los investigadores creen que podría pertenecer a un andinista tucumana que dépareció en la zona hace más de 40 años.
Un grupo de personas que hacia una travesia por la zona descubierta el pasado martes 24 de enero el cuerpo, que estaba adherido a una glaciar a 5.000 metros sobre el nivel del mary dio aviso a las autoridades.
Miembros de la Policía provincial, junto a la Gendarmería Nacional, llegaron al lugar y tuvieron que romper el hielo para poder extraer el cadáver. El rescate en helicóptero se concretó el sábado, con el apoyo de la Fiscalía, Criminalística y el Grupo Geras.
Según trascendió, el cuerpo tenía restos de vestimenta de andinista. Es por eso que los expertos analizan si se trata de María Emilia Altamiranouna mujer que se perdió en ese lugar durante una expedición en 1981.
En principio, relacionamos el Hallazgo con la desaparición del alemán Andreas Colli en 2002. Sin embargo, los estudios determinaron luego que los restaurantes corresponden a una mujer de entre 18 y 30 años.
El cuerpo presenta el desprendimiento de uno de sus pies Se cree que la víctima muerta intentará ascender por el paciente más complicado de la montaña. La autopsia arrojó que la muerte se produjo a causa de politraumatismo.
Quién era María Emilia Altamirano, la andinista tucumana
María Emilia Altamirano, apodada “Patty” tenía 20 años cuando comenzó la travesía junto a su hermana Corina y su novio, Sergio Bossini. Los tres partieron el 23 de marzo de 1981 desde Barreal y pararon en el paraje Hornadillas, en destacamento Álvarez Condarco de Gendarmería Nacional.
Al día siguiente, se hizo base al pie de un glaciar de 4.300 metros de altura, según detalla el informe que elaboró entonces el Club Andino de Tucumán.
Comenzaron el acenso a la montaña el viernes 27 de marzo. Alrededor de las 19 de ese día, levantaron campamento sobre el hielo para pasar la noche. Según cuentan Bossini y Corina, “Patty” fue recuperar las tejas para hacer un reconocimiento. Fue como “no hizo pie y se deslizó cientos de metros abajo“.
Ambos comenzaron a descender para buscarla, pero la oscuridad de la noche dificultó la tarea. A la mañana siguiente, lograron encontrarla, pero ya era tarde: estaba muerta. El clima y el terreno los obligó a dejarla allí mientras regresaban en busca de ayuda.
Recién el 29 de marzo llegaron a uno de los puestos de Gendarmería y contaron lo que había sucedido. Guiaron cuenta con un grupo de profesionales hasta el lugar de la tragedia, pero el cadaver ya habia sido sepultado por la nieve.
Sin darse cuenta por vencido, Bossini volvió al año siguiente junto a otros andinistas en busca del cuerpo. Pero no tuvo exito. A partir de entonces, María Emilia Altamirano siguió desaparecida, aunque eso podría cambiar luego de que se conozcan los resultados de ADN del cadáver encontrado recientemente.
“Hablé con el hermano de ‘Patty’ y están viendo de ir a San Juan. Me preocupaba la situación emocional de todos ellos. Nosotros también estamos sorprendidos. Esto es muy fuerte para su familia, hay que esperar que hagan la identificación. Pero también trata de cerrar un ciclo. Pasaron más de cuarenta y un años”, dijo un amigo de la familia de la andinista desaparecida en diálogo con El Tiempo de San Juan.
Jorge Prieto, un médico sanjuanino que actualmente vive en Córdoba y que formó parte de la operadora de buses en 1982, era optimista en todo sentido. “No hay dudas de que es ella. Estoy absolutamente seguro. No hay otro desaparecido, mucho menos una mujer. Todo coincide”, manifestó a ese mismo medio.
ES