Luego de perder la final de Wimbledon contra Carlos Alcaraz, Novak Djokovic dijo que dijo: «El juego consiste en una mezcla de elementos determinados de Roger [Federer]rafa [Nadal] y mio. Creo que tiene básicamente lo mejor de los tres mundos”. Lo mejor de los tres mejores de la historia, un piropo lanzado por el jugador del circuito masculino con más Grand Slam, y dicho con el sudor aún en la frente después de hincar la rodilla en una pista en la que el serbio no perdía desde hace una década. Caso nada.

In a time of tennis cada vez más agresivo, con saques potentes y puntos cortos, hace falta aunar unas habilidades extraordinarias que permitan salirse del carril. El golpe que popularizó el juego de Carlitos, el toque que deja las bocas abiertas, es la dejada. Consiste en golpear la pelota y quitarle potencia, para hacerla caer lo más cerca posible de la roja en el campo adversario.

En el vídeo se ve cómo se ubica con Djokovic en la final del pasado domingo: sin tiempo de reacción, tiene un puerto como ‘Nole’ al que es imposible llegar.

¿Por qué se le da tan bien?

Juan Carlos Ferrero, entrenador de Alcaraz, siempre ha comentado que la déjada es un golpe «innato» en el repertorio de su pupilo. Los comentaristas de la ATP apuntan a que esconden muy bien el golpe: cambia la empuñadura en el último momento, para así no dejarle ver al opinar la intención hasta el momento critico. The ATP considera incluso que el uso que hace el murciano de ella es una innovación táctica que ha venido a revolucionar el circuito.

Los rivales ya conocen la dejada de Alcaraz, como apuntaba Ferrero, qu’ya intentó que éste limitase suo cuando el jugador empezó a depuntar hace un año en el ranking de la ATP.

Los jugadores de su nivel hacen de media 0.85 de jadas de derechas por partido, y 1.05 de reves, segun un análisis publicado por la organización dirigida por el circuito masculino. Con las primeras, ganan el 52% de los puntos, y un 40% de los que lanzan de reves. Pero Alcaraz ha implementado la dejada de derecha con una frecuencia y efectividad inusualmente alta.

El joven murciano emplea las ya derecha 2,83 veces por partido, con una tasa de victoria del 67,7%. El propio Alcaraz es consciente de la venta que la puerta es recurso, y bosquejó su estrategia el pasado marzo en Indian Wells: «Lo más importante es tener una buena derecha. Así tiras hacia atrás al rival, y en ese instante es cuando puedes hacerlas Tienes que hacer que se defiende y, entonces sí, se la tiras”.

La precocidad de Alcaraz

El detalle del ya es una de las piezas del puzle del juego de Alcaraz, que tanto le está costando resolver a los rivales. Los expertos, técnicos y jugadores que han seguido los pasos de Alcaraz desde hace años consultados antes del torneo londinense por EL PAÍS notan que siempre ha sido un adelantado su edad. Impresionaba de niño, como juvenil y ahora que está en la cima del tenis mundial. Basta un vistazo a la comparación de cuánto tardaron en alcanzar el número uno de la clasificación de la ATP los tres tenistas masculinos que más Grand Slam han ganado y comparar los inicios de su carrera con el murciano.

La precocidad del tenista de El Palmar no queda ahí. Un vistazo a la clasificación ELO, una métrica que calibra la fortaleza basada en resultados que actualiza los puntos de un jugador con cada duelo, muestra cómo Alcaraz también está entre los grandes en esta estadística si se compara con Federer, Nadal y Djokovic a la misma edad que ahora tiene Alcaraz, 20 years cumplidos el pasado mayo.

Los halagos de Djokovic al lose en la pista londinense fueron más allá, incidiendo sobriamente la porteosa adaptabilidad del español. “Nunca he jugado contra un jugador como él, para ser honesto. Roger y Rafa tienen sus propias fortalezas y debilidades; Carlos es un jugador muy completo. Nos ha sorprendido a todos lo rápido que se ha adaptado al césped”. La precocidad de Alcaraz también ha observado al descomponer la clasificación ELO por tipo de superficie. La victoria en Queens y Wimbledon le ha llevado al liderato en una edad más temprana que los propios Djokovic y Federer, de los que se dijo que Wimbledon era su jardín. Sobre el cemento Alcaraz se codifica con el triunvirato, y solo en arcilla Nadal fue más precoz.

Las virtudes de los tres gigantes están demostradas, queda por ver hasta dónde pueden llegar las del español. Alcanzada la veintena, Nadal ya había ganado dos grandes, mientras que los otros dos gigantes todavía no habían alcanzado ninguno. Djokovic consiguió el primero a point de cumplir 21 años, y Federer lo hizo ya con 21 años cumplidos.

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Créditos

Desenrolle la imagen: jacob vicente

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