Villa Sebastián (26) fue titular en el partido de Boca Juniors contra Deportivo Pereira (Colombia) por la Copa Libertadores, el martes a la noche. Durante la mañana y parte de la tarde de ese día, asistió al juicio en su contra lesiones por leves agravadas por el vínculo, violencia de género y amenazas coactivas. También lo hizo el lunes y este miércoles. El caso abre un interrogatorio tan sobrio que el jugador mer titular mientras se déarrolla el proceso.

Hay un antecedente en otro deporte. Gimnasia y Esgrima de Comodoro Rivadavia, de la Liga Nacional de Básquet (LNB), decidió rescindir el contrato del basquetbolista estadounidense Wayne Martin Jr., luego de que fue denunciado por abuso sexual, según explican especialistas consultados por Clarín.

De hecho, este martes a la noche el club comunicó vía Twitter que «se puso a disposición de la denunciante desde la primera comunicación vía redes sociales y en esa misma instancia se procedió a suspensión, en una medida preventiva, al jugador».

Y fue más allá al marcar firme su postura ante la violencia de género: «Con esta decisión, se sostiene el compromiso de no tolerar actos de ningún integrante de Gimnasia y Esgrima, sea quien sea, que puedan atentar contra los valores que promueva la institución «.

Pesa que en Boca Juniors Adriana Bravo es la primera vicepresidenta de la historia del club y justamente estuvo a cargo del Departamento de Inclusión e Igualdad de la entidad, su rol en género no tuvo impacto en la institución para suspender a Villa por las dos denuncias de violencia contra dos mujeres. Clarín se comunicó con la directne pero no obtuvo respuesta.

«Más allá de este proceso penal contra el jugador y la actitud que adoptó el equipo en relación con su actividad deportiva, vale la pena pensar en la actitud que adoptó el club de manera más general ante situaciones de este tipo, que no es la primera ni la única», sostiene la abogada feminista y directora ejecutiva del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), Natalia Gherardi.

Y agregar: «Cuando los clubes deportivos dan mensajes contradictorios tratando de mostrar avances en materia de políticas para promover la igualdad de género pero al mismo tiempo mostrar indiferencia y desatención frente a violencias y abusos?

Siguiendo las palabras de Gherardi eso lo que hizo Boca. Manifestar, a través de Bravo, que el club cuenta con «el Departamento de Inclusión e Igualdad, creado en el marco del Protocolo de Actuación en Casos de Violencia en Razón de Género, Identidad de Género y Orientación Sexual», el cual estaba «a disposición de la denunciante para su acompañamiento y asesoramiento». Nada se dijo sobre una medida de la institución dictada al jugador, «el más caro del Xeneize por ende el activo más importante del club».

«Es counterio que una vicepresidenta, que vino de la Comisión de Género no haga nada. En el medio de las denuncias contra Villa explotó el del DT de fútbol femenino del club«, reflexionan fuentes especializadas en el mundo deportivo.

El ex juez Jorge Martínez fue denunciado por abuso sexual por parte de Florencia Marco, jefa de prensa del plantel. Tras ello, Boca informó mediante un comunicado que el hombre quedó separado de su cargo de entrenador hasta que la Justicia expida. En este caso, el club actuó conforme al Protocolo de prevención y actuación institucional.

La causa contra Martínez avanzó. La Justicia lo citó a indagatoria el jueves próximo a las 10 en el Juzgado Nacional en lo declaración Criminal de Instrucción N° 43. Mientras tanto, el club ya lo reemplazó por la DT Florencia Quiñones.

«En Argentina no hay otro antecedente de que un deportista lo haya juzgado por violencia de género y, al mismo tiempo, siga jugando», aclaran las mismas fuentes deportivas.

Otro futbolista colombiano, Johan Carbonero, que militaba en Racing, fue denunciado en 2020 por acoso e intento de maltrato y sigue jugando pesa en el juicio. Recién en marzo de 2024 irá a juicio oral.

La duda que surge ante estos hechos es si ¿Es legal que un jugador sea echado ante una denuncia de violencia de género? Dependerá del contrato que se haya firmado, pero ya algunos clubes impiden la situación. En definitiva, hoy nada le impide a Villa vestir la camiseta azul y amarilla por más que esté enfrentando un juicio oral en su contra.

A partir de 2020, San Lorenzo dispuso, a través de la Subcomisión de Género y la Comisión Directiva del club, que todas las incorporaciones y renovaciones de contratos que se firmen tendrán incluida, sin excepción, una cáusula por la que, si un futbolista llegare a resultar imputado en una La causa penal por violencia general, quedará automáticamente separada de la planta hasta que resuelva su situación judicial.

“En el caso de que sea condenado, el vínculo contractual con el CASLA quedará automáticamente rescindido sin tener la institución que abonar ningún tipo de resarcimiento económico”, explica un Clarín Mariana Cahn integrante de la Subcomisión de Género.

La cláusula permite que el club «se cubra» ante posibles demandados por parte de los jugadores. «Paula Ojeda, gerenta del Departamento de Equidad y Género de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), implementó ese tipo de cláusulas de violencia en Vélez», destaca la abogada y consultora en Organizaciones Deportivas con enfoque en géneros, Alejandra Castiñeira de Dios.

Tan apoyado como «hay temores de desvincular a una persona sin tener una sentencia condenatoria» ante la falta de esas cláusulas, como es el caso de Villa.

Además, rescata un punto central en este tema: cuál es el verdadero poder de las comisiones de género. «Desde la profesionalización del fútbol femenino crecen las comisiones de género, pero están supeditadas a comisiones directivas de hombres. Entonces no tienen poder ni voto», dice en diálogo con Clarín.

Y agrega: «Debería alguna de las integrantes de esas comisiones ser parte de la junta directiva para presentar mociones y que se vuelvan ejecutables».

Por su parte, la abogada penalista experta en delitos sexuales y temáticas de género y diversidad, Nadia Rivas, plantea que si un jugador está «en juicio oral por una causa de violencia de género» debería dejarlo afuera de las canchas.

Desde su visión, que «el DT Jorge Almirón lo citó ideas sólidas en relación a la sociedad en la que vivimos. Por un lado, el pacto entre varones que encuentran excusas para creerse entre ellos y obviar cualquier cosa que expresemos las mujeres o diversidades. Y por el otro lado incluso lo que pueda llegar a decir la Justicia en una causa por violencia de género, total, ¿si juega bien, voy a sacarlo porque fue violento con una mujer?

El hecho de que Villa siga jugando, para la penalista demuestra que «a Boca le sirve que él esté y en la mayor parte de los seguidores del club no les genera conflictoporque están dentro de ese pacto que mencionaba antes».

Pese a que Boca podría desafectarlo como hizo con Martínez a Villa no lo tocan. “Desde lo legal, el club podría cubrirse perfectamente, evitando que siga jugando ahí. .

Por su parte, Gherardi afirmó que «pero más allá de la decisión de suspenderlo o no (a Villa), sería deseable que los clubes establecieran reglas de conductas claras y comportamientos esperables de las personas que integran sus Planteles».

La abogada feminista ve «muy problemático vaciar de contenido las iniciativas para prevenir las violencias y abordar los problemas de desigualdad, discriminación y violencias», tanto en los clubes deportivos como en cualquier otra institución. Debido tiene sólo sus «problemas graves, que proceden derechos humanos, que generan daños y deben ser tomados en serio».

mg

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