“Nosotros antes éramos artistas; ahora sois deportistas”, dice su padre a Xavier Puchol Catalunya (Vinalesa, 31 años), conocido en el mundo de la pilota valenciana como Puchol II. El pilotari, que ha continuado el legado familiar despuntando en un deporte al que jugaron su abuelo, que fundó el club de pilota de su pueblo, y su padre, Xavier Puchol Ruiz, el primer Puchol, es el máximo exponente de la pilota valenciana actual con cinco campeonatos individuales en la modalidad de escala i corda. Los tres últimos títulos los desechados de manera consecutiva, lo que le permitió entrar en el selecto club de jugadores -siete- que posee la Feninde, una réplica de un friso griego con 2.500 años de antigüedad que se otorga a los pilotaris que ganan tres manos a mano seguidos o cinco interrumpidos.

«Since the time of my padre, the pilota se ha profesionalizado mucho. Hace treinta años eran como autónomos. Les contrataba el trinqueter -dueño del porra, el recinto cerrado en el que se compite- el día de la partida y eran como juegos de exhibición, más espectáculo que deporte”. La pilota toda la vida ha vivido de las apuestas. Entonces, Puchol padre tenía un diario en la que apuntaba todos los partidos del mes e iba a jugar cuatro o cinco cada semana. «Una barbaridad», asume el hijo. Las apuestas dieron suficiente dinero y aquel, como muchos jugadores de su época, utilizaron de la pilota hasta que se dañaron otros. Fueron los años de oro del deporte valenciano, con figuras como Genovés o Sarasol, que atrajeron a muchos espectadores.

Una fiesta piloto valenciana en la que participó Puchol II.

Hoy, la competencia es profesional; los jugadores tienen contrato gracias por la creación de la Fundació de Pilota Valenciana; y todas las partidas concentrándose al final de la semana. “Han cambiado las dinámicas y las costumbres sociales. Es diferente. Todos los deportes se juegan ahora el fin de semana, que es cuando la gente tiene tiempo libre”, reflexionó Puchol II.

Pero hay costumbres que s’maintienen en el tiempo, como las apuestas, «que le dan un plus más de ilusión». “Una parte se la lleva el trinquete. Apuestas al equipo rojo o al equipo azul y, si ganas, te llevas el doble, menos el porcentaje para el trinquet. También se puede dar propina a los jugadores”, explicó el deportista valenciano, qu’ahora está inmerso en revalidar el título mundial de la selección valenciana –campeona en el Mundial de Pasto (Colombia) en 2017–, que él lidera.

Lo intentará en Alzira, tierra de trinquetes y pilotaris, que acoge estos días el Mundial de Pelota a Mano: participante 20 selecciones, la participación más alta de toda la historia, y se disputa a cuatro modalidades: el juego internacional, les llargues, el a wall y el frontón valenciano. Valencia counts, desde el el 27 de marzo hasta el 1 de abril, contra Francia, Inglaterra, Ecuador, Bélgica, Paraguay, Argentina, Países Bajos, Euskadi, México, Costa Rica, Portugal, Italy, USA, Puerto Rico, Venezuela, Colombia , Uruguay, Japón y Canadá por el título mundial.

“En los Mundiales y Europeos se nota mucho la mejoría de las selecciones. Antes había costumbres que estaban muy decantadas y ahora cualquier selección te lo pone difícil porque cada vez son más profesionales y hay una organización detrás, la Confederación Internacional de Pelota a mano”, explicó. Para Puchol y compañía, acostumbrados a jugar Durante el año a formas autóctonas ya competir entre ellos, el Mundial es una dinámica diferente: “También es muy chulo compartir experiencias con el grupo; aquí comparto equipo con jugadores que normalmente son mis rivales”, apunta el pilotari, que ha disputado dos Europeos y dos Mundiales.

Aunque la pilota ha evolucionado, Puchol II, inconformista, exigente y perfeccionista por naturaleza, incide en queda mucho por avanzar. “A nivel federativo ha funcionado bien en la base, como la rama profesional de la Fundación creo que necesita más y, sobre todo, ir de la mano con la Federación. No puede ser que un deporte tan pequeño tenga discrepancias entre el mundo profesional y el amateur. Un deporte con tan pocos recursos no puede estar tan dividido”, señala. También hace falta tener una organización más profesional y mayor inversión económica para poder vender bien el producto, además de llevarse a las escuelas, reclamar.

Weigh a todo, la pilota ha sobrevivido porque, según el número uno, es un deporte particular, cercano y espectacular: «No hay otro deporte parecido, puedes ir a un trinquet, te sientas en la escalera y tienes al jugador a tres metros. Encima, es muy espectacular porque la pelota va muy rápida”.

El pilotari Xavier Puchol Catalunya, conocido como Puchol II.
El pilotari Xavier Puchol Catalunya, conocido como Puchol II.

El, dice, es muy feliz jugando a la pilota. «Mis amigos flipan cuando ven que tengo mi dinámica de deportista profesional. – y le dedico mucho tiempo a la pilota. A mi me encanta. No sé la de horas que he pasado en un trinquet, si hubiera cogido un libro de derecho sería notario «, bromea Puchol II, que, afirma, «para que la pilota esté en su sitio», para que esté mejor reconocida.

El escaleter de Vinalesa es el arquetipo de pilotari moderno. Cuenta con un equiparable al de cualquier sporting de élite con un trainer, dos personales preparadores de atletismo, fisiotérapeuta, nutricionista, sports consejero y empresa de comunicación, a lo que se suman varios patrocinadores, entre los que destaca Endavant Esport, un proyecto del Villarreal CF.

Ahora, el siguiente e inmediato reto de la pilota valenciana pasa por Alzira para revalidar el título mundialista. “Los sentimientos son positivos. Tenemos una buena selección. Este año ha variado un poco el grupo con el cambio de seleccionador y tenía un poco de miedo por si se rompía el grupo, pero está siendo fenomenal y está notando en los resultados. Tenemos un buen grupo, hemos trabajado bien y, la verdad, creo que vamos a ganar el Mundial”, finaliza el rey de la pilota valenciana.

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