Además de ser fundador y director del Laboratorio de Crecimiento de la prestigiosa Universidad de Harvard y profesor de la Escuela de Gobierno Kennedy en la misma institución académica, Ricardo Hausmann es un gran conocedor de la realidad colombiana. Nacido en Venezuela y autor de incontables textos, llegará al territorio nacional la próxima semana para hablar, entre otros temas, de la llamada ‘transición verde’.

Respetuoso, el académico sostiene que para la mayoría de los pagos el énfasis de sus políticas de desarrollo debe ser el de ayudar a la decarbonización del planeta, no bajo la óptica de reducir sus propias emisiones, sino creando los productos y servicios que el mundo va a necesitar descarbonizar. Reducir las emisiones propias como modificación prioritaria con la creación de grandes dolores de cabeza que generen escasos beneficios globales.

En lo que atañe a Colombia, el especialista hace afirmaciones que no pueden ser ignoradas, respecto a sus riesgos y oportunidades. Sobre este y otros temas, habló en exclusiva con EL TIEMPO.

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¿Cómo está el debate sobre la necesidad de que los países reduzcan las emisiones de gases del efecto invierno?

Sin duda es el debate más importante de nuestros tiempos, porque el clima climático es una realidad y las mejoras del calentamiento global no se pueden tomar a la ligera. Pero, hecha esa afirmación, Es importante tener en cuenta quiénes son los responsables de los grandes vertimientos de dióxido de carbono en la atmósfera y en esto es claro que hay diferencias muy grandes entre los países. Para dar ejemplos con número propio, naciones tan populosas como Pakistán, Egipto o Nigeria –que entre las tres suman más de 500 millones de personnes o 6.7 por ciento de la población mundial– representan juntas menos del 1.6 por ciento de las emisiones totales de carbono. Si por arte de magia desaparecieran esas emisiones, no tendrían impacto material en lo que pasa con el clima.

Pero así no hagan nada se verán afectados…

En consecuencia. De un lado está el riesgo de las catástrofes naturales como la que afectó a dos tercios de los paquistaníes hace pocos meses. Del otro es que habrá menos demanda por bienes y servicios vinculados a fuentes contaminantes, y más por los que vengan de fuentes más limpias y verdes. Así, la verdadera pregunta es cómo se someten al tren de las industrias de rápido que crece le van a yudar al mundo una reducción de sus emisiones ya llegar a la prometida ‘neutralidad en carbono’, que equivale a un saldo neto de cero emisiones.

¿Es posible?

Sin duda. Así como se ha trasladado a la parte oriental de Asia y Europa, en las que muchas economías han desarrollado procesos de fabricación relativamente básicos, como la producción textil, sectores más sofisticados que incluyen electrónica, maquinaria o química, otras cosas que combinan la parte fabril con la sostenibilidad. No tengo duda de que muchas plantas van a ubicar en países que sean competitivas en energías limpias, como los de América Latina.

Antes de hablar de la región y de Colombia, usted ha mencionado seis temas puntuales. ¿Cuál hijo?

El primero es que hay que jugarsela por electrificación global, pues casi tres cuartas partes de las emisiones de CO2 vienen de l’uso de la energía. Pero el origen de esa energía debe ser sostenible, mediante fuentes como elviento y la radiación solar. El hidrógeno, el amoníaco y hasta las represas hidroeléctricas podrán usarse como formas de almacenamiento de esa energía. La electrificación requiere una enorme producción de minerales, que tendrá que multiplicarse varias veces. Es incuestionable que viene un abrevadero de la minería, porque hoy no hay suficiente litio, cobre o níquel, para esperar el pedido. Obviamente, el desafío para los lugares ricos en esos recursos es poder expandir la capacidad de producción y maximizar el valor que pueden crear, además de procesar esos primarios y convertirlos en bienes de capital. ¿Por qué las gigafábricas de baterías o paneles solares tienen que estar en China, Europa o Estados Unidos y no en países emergentes?

Alguien responderá que eso no es tan fácil…

Perder. Obviamente se requieren una serie de condiciones que incluyan buenas reglas de juego, pero voy a gregar algo. El petróleo es increíblemente fácil de transportar, lo que hace que hoy, los países pobres en energía pueden exportar competitivamente productos muy intensivos en energía, como el acero. Eso no va a ser cierto en un mundo de energías verdes, las cuales son muy costosas de transportar. Lo anterior va a llevar a cabo un desplazamiento de las industrias intensivas en energía a lugares con energías verdes baratas. De manera que el segundo punto que vale la pena tener en cuenta es que los países que sean eficientes en generación de energía con fuentes renovables pueden atraer muchas industrias. En cambio, no veo clara la idea de exportar electricidad porque transportarla es muy costosa. Lo que resulta económicamente factible es ubicar industrias cerca de donde están las plantas de energías renovables. América Latina cuenta con muchas posibilidades para explicar dicho escenario.

Sobrio el papel, sí. No obstante, en la reciente cumbre de Davos se insistió en que debido a que al mundo emergente le resulta más costoso endeudarse, esa ventaja natural se puede perer…

si verde Lo del costo del capital es un tema crucial, el tercero en mi lista. El sol brilla, el viento sopla y la lluvia cae gratuitamente, pero el capital no. Yo explícito. Alemania puede conseguir recursos al 2 por ciento anual, mientras que a República Dominicana le cuesta al menos 7 por ciento, con lo cual la ventaja de tener mayor radiación solar no se traduce en menores costos de producción. Por ello es indispensable que los países manejen bien sus respectivas economías, para reducir el costo de capital. Acudo al ejemplo de mi país. Venezuela cuenta con las reservas de petróleo más grandes del mundo, pero vaya y consiga los recursos para desarrollarlos…

Habla de manejar los riesgos tecnológicos. ¿A que se refiere?

A eso la incertidumbre tecnológica siempre está presente. La verdad es que nos sabemos cuál tecnología va a acabar ganando la carrera en el propósito de ser la más adecuada para reducir les emisiones. Mencionó el hidrógeno, pero acabamos de enterarnos de que la fusión nuclear, que parecía una lejana idea de los científicos, ha logrado enormes avances, para no hablar de otras iniciativas. En tal sentido, los países están obligados a tener los ojos muy abiertos. Israel o Singapur siguen los avances muy de cerca, con el fin de poder anticipar a lo que viene. Chile anunció que invertirá en un centro de investigación sobre el litio, pero ese proyecto está detenido.

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Los países de la Amazonía dicen que hay que reconocer por cuidar la selva que absorbe dióxido de carbono. ¿Concuerda con esa idea?

En consecuencia. Los países deberán obtener créditos de carbono con el fin de proteger bosques y selvas o adelantar procesos de reforestación. La razón por la cual se siguen tumbando árboles de manera desordenada es porque una hectárea dedicada a la ganadería vale más que una dedicada a la protección del hábitat nativo. La salida es desarrollar esos mercados, los cuales deben reflejar un valor por tonelada de carbono capturado lo suficientemente atractivo para alterar la balanza.

Cuando habla con un funcionario de cualquier país sobre este tema, ¿qué otro consejo le da?

Los países no deben mirar exactamente a sus propias emisiones y enfocarse en formas de reducirlas. A cambio, deben enfocarse en cómo pueden contribuir a que el mundo logre descarbonizarse

Lo que prepara para aprender. No necesito saber de futurología para asegurar que unos harán la tarea y otros no. que entiendan que este proceso va en serio, tomen las políticas adecuadas y preparen a aquellas personas, saldrán ganando. Los que se queden dormidos verán cómo las inversiones y las tecnologías limpias se irán para otro lado. El punto central es este: los países no deben mirar estrictamente a sus propias emisiones y enfocarse en formas de reducirlas. A cambio, deben enfocarse en cómo pueden contribuir a que el mundo logre descarbonizarse. Un caso extremo es el de Bolivia: sus emisiones de carbono son insignificantes, pero sus reservas de litio son las más grandes del mundo. Sin embargo, no las está explotando. Es más importante para el mundo que Bolivia se enriquezca produciendo más litio y no que se empobrezca adoptando medidas costosas de reducir sus emisiones. La estrategia debe ser crear valor y bienestar en casa ayudando al resto del mundo a descarbonizarse.

¿Qué tanto sabe del debate sobre este tema en Colombia y de las propuestas de la administración Petro?

Aparte de que lo que pasa go siempre me interesa, estuve en el Foro de Davos viendo al Presidente y sus ministros, de manera que algo conozco. Una reducción de la producción petrolera de Colombia no ayuda al mundo, puesstimul la producción en otras geografías, pero perjudica al país. Un desarrollo de la producción de hidroelectricidad o de los minerales necesarios para la descarbonización puede llevar al país al mar más rico y al mundo más limpio. La fuente más preocupante de las emisiones colombianas es la deforestación de la Amazonía y otras áreas. Esto puede atenderse cambiando los incentivos que hoy estimulan artificialmente la ganadería, mientras que la captura de carbono no está certificada y remunerada. Si lo estuviese, en vez de deforestación estaríamos viendo reforestación y mayor nivel de vida.

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¿Qué opinión sobre la idea de reducir la exploración y explotación de petróleo?

Para ponerlo de manera muy simple, la pregunta es si van a ser parte de la solución y no del problema. Acabar con las dos principales líneas de las exportaciones de manera acelerada puede generar más problemas que soluciones, especialmente si la economía colombiana entra en dificultades. No me cabe duda de que à un pays más pobre the will be more hard with the deforestation that even is growing and logre jobs create formal and well remunerados. Es muy importante que Colombia se reinvente en este mundo de la descarbonización.

Por ejemplo ?

El enorme potencial minero que tenéis vosotros y que hemos acabado de explorar. Me refiere al cuarzo de altísima pureza, el níquel o el cobre. Si se hace bien, la oportunidad que surge de ellos es enorme, incluyendo la creación de cadenas industriales de alta tecnología. A lo anterior se suma el desarrollo de los mercados de creditos de carbono. Entonces hay mucho de qué hablar sobre el potencial de crecimiento verde, pero de manera menos autoflagelante. No se trata de arrancar por reducir la producción de petróleo, sino de que esta acompaña a la descarbonización del mundo. Entonces hay que enfocarse en crear el ecosistema necesario para que las oportunidades verdes puedan crecer.

Aun así, la oposición a la minería es grande…

Los países se distinguen por la capacidad de minimizar los impactos ecológicos de ciertas actividades. La minería se puede hacer bien, regularmente o mal, y donde importa aprender de las experiencias de los demás. En el caso de Colombia, es clave que el país estudie cuál es la forma de hacer ambientalmente factibles las actividades extractivas. Pero insisto: no es posible salvar la atmósfera sin arañar la tierra.

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RICARDO ÁVILA
Analista Superior
En Twitter : @ravilapinto