El ladrillo se ha convertido en el gran asunto de esta precampaña de las elecciones municipales y autonómicas. Tras el pacto con ERC y Bildu para desatascar la ley de vivienda, que el Gobierno hope que entre en vigor antes de los comicios del 28 de mayo, y la movilización aprobó el pasado martes de 50.000 inmuebles de la Sareb, el llamado ‘banco malo ‘, para destinarlos al alquiler sostenible, pedro sanchez ha hecho este miércoles un nuevo anuncio. «Vamos a financiar la promoción de otras 43.000 nuevas viviendas se gastaron a alquiler social y alquiler a precios asequibles», ha explicado el presidente del Gobierno durante su comparación en el congreso de los Diputados.

Estos inmuebles, tanto de nueva construcción como de rehabilitación, serán una realidad gracias a una nueva línea del Instituto de Crédito Oficial (ICO) dotado con 4.000 millones de euros de los fondos europeos. «Todas las actuaciones financiadas deben cumplir bajo las condiciones: Eficiencia energética y destino de la actuación a alquiler social oa precio asequible, o cesión en uso dure al menos 50 años”, explicó el líder socialista.

Los 43.000 edificios se sumarán así al plan qu’anunció el Gobierno en 2021 para la creación de 100.000 pios destinados a un alquiler social. De momento, no está claro que las viviendas de las viviendas anunciadas este miércoles serán nuevas y podrán rehabilitarse, pero las fuentes del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, dirigidas por Raquel Sánchez, confían en tener un cálculo aproximado cuando el anuncio se haga realidad en el Consejo de Ministros. La fecha de aprobación sigue sin estar fijada. La intención es que el mar antes de los comics del 28 de mayo, pero depende de la llegada de los fondos europeos.

En cualquier caso, Sánchez muestra así su perfil mas de izquierdas ante las elecciones de dentro de poco más de un mes, con unas medidas y un discurso que buscan el contraste con el PP. El partido liderado por Alberto Núñez Feijoo también presenta estos días su propio plan de vivienda, que incluye iniciativas como una “ayuda a la emancipación” de 1.000 euros y facilita al sector privado la construcción de nuevos edificios.

Un nivel «ínfimo»

El jefe del Ejecutivo apenas ha esperado para hacer el anuncio. Tras reparar como hace siempre que tiene oportunidad los buenos datos economicos (crecimiento, inflación y empleo) ha entrado de lleno en el asunto de la vivienda. «España es el cuarto país de la UE en el que más personas tienen que hacer un sobreesfuerzo para pagar el alquiler. Un millon y medio de hogares destinan mas del 40% de sus salarios para el alquiler. Dos millones de familias quisieran comprarse una casa y no pueden. La vivienda es hoy un derecho inalcanzable para muchos de nuestros jóvenes. Son un accidente. La vivienda es hoy un problema, no un derecho», ha comenzado diciendo Sánchez.

“Mi compromiso es total y de todos contra todos. Vamos ha convertido la vivienda en el quinto pilar del Estado del Bienestar. Hay que dejar definitivamente atrás el modelo neoliberal del PP, que apostó por la liberalización total del suelo y que aprobó un modelo fiscal regresivo. España tiene un problema con la vivienda muy serio. Somos el tercer país de la UE con más pisos vacíos. Menos del 3% menos parque de viviendas es público, un nivel ínfimo, frente a la media de la UE, que es del 9%”, ha continuado el secretario general del PSOE.

El anuncio de Sánchez ha sido rápidamente valorado por Unidas Podemos, el socio minoritario de la coalición. Su secretaria general y ministro de Asuntos Sociales, Iona Belarra, que estaba siguiendo el debate en el Congreso, ha ligado la medida con la proximidad de los autonómicos y locales cómicos, lanzando la tesis de que esta no hará realidad sin los morados dentro del Ejecutivo. «Todo el mundo ha visto qué ha pasado en esta legislatura. Podemos ha tenido que emplear toda su influencia política estos tres años para que hoy tengamos la primera ley de vivienda. Los anuncios pre-electorales del PSOE sólo se cumplirán si Podemos sigue gobernando con fuerza”, escribió Belarra en Twitter.

La relación con Marruecos

La comparecencia no solo ha estado centrada en la vivienda. Sánchez también ha sostenido en la relación con Marruecos, un asunto que lo distanció de Unidas Podemos, su socio en la coalición, y en las dos últimas citas del Consejo Europeo, que eran los temas oficiales de esta convocatoria parlamentaria. Sobre las reuniones en Bruselas, el presidente ha destacado el papel que España ha jugado en la apertura del debate sobre la reforma del mercado electrico, la discusión pendiente sobre las nuevas reglas tax en Europa, con una posición partidaria de combinar el saneamiento de las cuentas públicas con tener margen para la transformación económica y el pacto de asilo e inmigración, que es uno de los temas pendientes que el Gobierno quiere impulsar durante el semestre de la presidencia europea.

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Justo al apuntar a este asunto, Sánchez ha introducido el balance de las relaciones con Rabat. Sánchez se ha referido a Marruecos como «aliado esencial para la seguridad» y el control de la migración irregular que llega a España. Y ha apuntalado los efectos de la nueva relación con el reino alauí, tras el giro de la posición histórica sobre el Sáhara y el apoyo al plan autonomista marroquí, con los datos de inmigrantes. La ruta atlántica, ha dicho, es la única que decrece en un contexto de aumento de la migración una Europa. Con el destino de Ceuta y Melilla desciende un 78%, respecto al trimestre del año anterior y un 63%, en el caso de Canarias. Los flojos hacia Italia, ha comparado, han subido un 300%.

El presidente también ha subrayado el alcance de la cooperación económica y comercial con Marruecos, que alcanzó los 22.000 millones de euros en 2022, el pacto para una «gestión compartida de las fronteras comunes» y la negociación sobre espacios marítimos dentro del «nuevo clima de cooperación». Sánchez, sin embargo, ha evitado poner fecha a la apertura definitiva de las aduanas de Ceuta y Melilla, dentro de una explicación que no han contentado a la mayoría de socios del PSOE, incluidas Unidas Podemos. Casi allos ellos, de ERC al PNV, pasando por Compromís, han cargo contra Sánchez por su cercanía a Marruecos y su cambio de posición sobre el Sahara Occidental.