«Nada ha cambiado»pero la discusión continúa: Joe Biden y los tenores de la oposición acamparon en sus posiciones, el martes 9 de mayo, sobre la deuda pública estadounidense, mientras amenaza un impago en el corto plazo.

“Espero que este presidente entienda que, como líder de esta nación, no puede (…) mantener al país como rehénEl republicano Kevin McCarthy se lanzó tras una entrevista en el Despacho Oval.

Según el presidente de la Cámara de Representantes, «nada ha cambiado» después de una discusión de una hora con el líder demócrata y otros tres líderes del Congreso. Pero informó que los mismos protagonistas se habrían encontrado el viernes, lo cual fue confirmado por Joe Biden, quien quiso ser un poco más optimista durante un intercambio con la prensa.

Habló de una reunión. «productivo» y prometí que funcionará «todo lo que está en [son] poder para evitar un incumplimiento de pago por parte de la primera potencia mundial, que nunca ha sucedido. No es «no es una opción»martilló.

El presidente incluso juzgó » posible «de continuar el bloqueo, cancelar un viaje que lo llevaría en diez días a Japón y luego a Papua Nueva Guinea y Australia, a fin de fortalecer las alianzas estadounidenses en la zona de Asia-Pacífico.

Un impasse sin precedentes

El líder de los demócratas del Senado, Chuck Schumer, por su parte, devolvió la cortesía a sus oponentes republicanos, acusando también a Kevin McCarthy de sostener el techo de la deuda. » de rehén «porque condiciona el voto por la subida del techo de la deuda a los recortes presupuestarios.

Esta maniobra legislativa, propia de Estados Unidos y que consiste en aumentar el monto máximo de la deuda pública autorizada, es fundamental para evitar que la primera potencia mundial se encuentre, quizás a partir del 1oh Junio ​​o al menos este verano, incapaz de pagar sus cuentas, funcionarios y acreedores.

En este caso, en el que cada campo acusa al otro de chantaje por incumplimiento, la Casa Blanca insiste en que elevar el techo de la deuda, que durante mucho tiempo fue una mera formalidad, debe votarse sin condiciones ni negociaciones.

Los conservadores pedían para ellos, que el tema de la deuda se vincule a un esfuerzo sobre el gasto público, que consideran fuera de control.

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Joe Biden ha descartado, por complicaciones legales, recurrir en el corto plazo a una especie de golpe de fuerza que le haga invocar la 14ª enmienda a la Constitución estadounidense para seguir emitiendo deuda a pesar del famoso techo.

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Pero dijo que una vez superada la actual crisis, lo está pensando para «a ver si funciona».

Este estancamiento político, si no es del todo nuevo (republicanos y demócratas ya se habían enfrascado en contiendas similares durante la presidencia de Barack Obama) no provoca menos ya la fiebre de los mercados.

Duelo político entre Biden y McCarthy

Para levantar la amenaza de incumplimiento, Joe Biden necesita convencer a algunos de los senadores republicanos, por falta de una mayoría suficiente en la cámara alta. Sobre todo, necesita encontrar puntos en común con Kevin McCarthy.

El presidente demócrata y el líder republicano producen en grande: la deuda estadounidense, pero también su crédito político.

Kevin McCarthy, presidente republicano de la Cámara de Representantes, 9 de mayo de 2023, en Washington.

El primero, a sus 80 años, es candidato a la reelección y no puede hacer despegar su habilitación de baja velocidad. El segundo, elegido a duras penas al frente de la Cámara Baja por una escasa mayoría, debe ceder su cargo. El techo de la deuda está fijado actualmente en unos 31.000 millones de dólares (28.255 millones de euros), el récord de toda la deuda soberana del mundo en términos absolutos.

Este monto se alcanzó a mediados de enero, pero hasta ahora el gobierno federal ha manejado la situación a través de maniobras contables.

Si el estancamiento continúa, por primera vez, los tenedores de bonos del Tesoro de EE. UU., el rey de las finanzas globales, ya no podrían recuperar su participación.

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Así, le asegura la Casa Blanca, la robusta recuperación de la que se atribuye el presidente ha terminado: los mercados colapsarían, se produciría el declive histórico y el desempleo se dispararía con fuerza en Estados Unidos, con consecuencias para el conjunto de la economía mundial.

El mundo con AFP