Uno de cada diez argentinos mayores de 18 años azúcar diabético. Pero hay algo que complica más el cuadro y que sorprende a los médicos por su magnitud: el 40 por ciento de los pacientes que presentan daño cardíaco anterior al desarrollo de la diabetes tipo 2.

El dato quedó en evidencia en el reciente Congreso Nacional de Cardiología realizado en Mendoza por la Federación Argentina de Cardiología. El foco allí estuvo puesto no sólo en el obvio esmerilado de la salud individual que esto representa, sino también en la dimensión de un costo de salud que la pérdida de prevención se multiplicó escandalosamente.

Uno de los expertos que participó en este encuentro es Gustavo Alcalá, cardiólogo del Centro Integral de Medicina de Alta Complejidad de San Juan, quien explicó cómo la génesis de este medicamento abundó en detalles sobre los caminos que llevan a la madre de todas las batallas: obesidad.

“Argentina participó en un registro internacional, inmediatamente antes de la pandemia, de pacientes con diabetes, ambulatorios, para evaluar si tenian la diagnóstico cardiovascular de fermedad, y cuatro de cada diez ya la tenian desde antes. Fue Eso una sorpresatodos esperábamos menos”, cuenta Alcalá.

El cardiologo dice algo que tambien se vio reflejado en una nota reciente de Clarín, basado en una encuesta a pacientes diabéticos que indicaba cualidades eran sus principales preocupaciones. Alcalá corroboró: “El diabético siempre piensa en sus retinasademás empanadashasta el tuyo azucar en sangre hoy, tu 80 por ciento de las complicaciones y de los gastos en diabetes son por fermedad cardiovascular”.




Gustavo Alcalá, cardiólogo del Centro Integral de Medicina de Alta Complejidad de San Juan.

«En muchos casos, es empezó con la obesidad, cuando la diabetes aún no se había detectado. Entonces requiere un cambio radical de estrategia: el problema del diabético no es el azúcar. El problema es que no se puede bajar de peso. El 90 por ciento de los diabéticos eres obeso”, agrega el experto.

Dentro de este panorama es clave cómo se orienta la inversión y el gasto en salud. Básicamente, si este perfila un habilitar una manera más eficiente evitar el desarrollo de confinamientos prevenibles, o reproducir el paradigma que permite que la epidemia avance hasta que no haya más remedio que dañe a las víctimas en los hospitales.

Santiago de Chile ha hecho un calculo de cuando el cuesta un diabético sin ninguna complicación: 7 millones de pesos chilenos (8.400 dólares); si tienes problemas de trafico en los pies ya le cuesta 9 millones; si tienes ACV, 16 millones; con un infarto de miocardio, 17 millones, si tu insuficiencia cardiaca, 25 millones; y si entró en diálisis, 60 millones”.

Es decir, a medida que avanza la fermentación los costos para el sistema de salud se pueden multiplicar hasta casi 9 veces. “Este inconveniente de la complicación cardiovascular -en general las obstrucciones arteriales- se convierte en una bomba de tiempo economica. Chile diagnóstica 97 mil nuevos diabéticos cada año, y si no cambia nada en el tratamiento y no previenen, les van a costar 836 millones de dólares cada grupo de nuevos diagnosticados por año”.

Alcalá menciona a Chile porque es el primer país latinoamericano que hizo un estudio de estas características, pero sería aplicable a cualquier país. «El llamado de atención dejó huellas en el congreso, porque la diabetes es un problema económico y arterialy nosotros estamos mirando la glucemia y culpando a los diabéticos”.

La obesidad suele ser un preámbulo de la diabetes, aunque el daño cardiovascular es anterior.  Foto ;  Shutterstock


La obesidad suele ser un preámbulo de la diabetes, aunque el daño cardiovascular es anterior. Foto ; Shutterstock

¿Qué porcentaje de lo que pesa un diabético se debe a los genes, o sea, a su padre ya su madre? «el 75 por ciento. Quiere decir que la obesidad no es una elección. Nosotros le decimos a alguien ‘salga a caminar, coma zanahoria, brócoli, y venga dentro de 6 meses’. Cuando vuelven miden 20 centímetros más. Si llevas un peso normal, solo el 40% de tu peso es genético, eres obeso son distintos”, explica el cardiólogo.

Según Alcalá, “Argentina ofrece la posibilidad de aprender en Chile. Si rompes la enfermedad cardiovascular en la previa entonces el panorama económico sería mucho mejor. Nuestro país podría bajar por año 1,700 millones de pesos tratando mejor a los diabéticos, poniendo el énfasis en el peso, en la arterias y no tanto en el azúcar y el pan”.

¿Cómo empezar entonces a cambiar el foco? «La dieta y el ejercicio ayudan, pero tienen que venir los drogas modernas a dar una mano, porque con buenas intenciones esto no se arregla. Hay países desarrollados que nos están mostrando los resultados de detectar los pacientes de alto riesgo de infarto y darles medicamentos prioritarios. Un ejemplo muy interesante en Nueva Zelanda. Han hecho un plan para darles medicamentos al 16 por ciento de los diabéticos más tumbas y calculan que van a horrar millones de dólares”, señala el médico sanjuanino.

diabetes

– ¿Qué se puede hacer desde el trabajo clínico para no esperar a que el daño cardíaco avance?

– Si tenés hígado graso, o una arteria de tu cuello empezó a obstruirse con colesterol, te da la pauta de que ne fermedad grave. Y lo otro es la balanza y el centímetro. Lo que están proponiendo los expertos es: encaremos la obesidad, que es el requisito para la diabetes, propongamos remedios modernos para ayudar a la gente a bajar de peso. Hay que hacer uno trato personalizado, y salir a buscar el daño en las arterias antes de que aparecieran los síntomas, porque hay remedios muy útiles, que se toleran muy bien, algunos que llevan varias décadas y otros modernos. Tanto Argentina como Chile están subutilizando.

– ¿Hay una tendencia a ir más por la solución natural?

– La gente confía mucho en lo natural, quiere resolver esto en una herboristeria y haciendo running o comprándose unas zapatillas que los lleven caminando a varios lugares. Pero hay un grupo de obesos y diabéticos que no hay tiempo, les va a llegar la obstrucción arterial antes, el argentino no confía en los productos farmacéuticos, no los usa a diario y no ajusta el tratamiento en base a los resultados. Tenemos que generar un discurso diferenciado. Hay un grupo grande de varones entre 40 y 60 años que están fuera de todos los programas de prevención públicos y privados.

– ¿Por qué varones?

– Estamos poniendo mucho el énfasis en la salud ginecológica y nos estamos olvidando de lo que es la prevención cardiovascular. Las mujeres también tienen infarto de miocardio, insuficiencia cardíaca y ACV, pero lo tienen 15 años después. Entonces hay que cambiar el foco y tratar rapidamente el riesgo cardiovascular apenas tengo los kilos que superan lo normal. Muy pocos argentinos tienen el peso ideal, el peso saludable. Pero la obesidad es la cenicienta de la cardiología y me animo a decir de la medicina en la Argentina.

– ¿Y los chicos?

– La tendencia siempre es decir -ocurrió en el congreso en Mendoza- que tenemos que ir por los niños, que ellos son la prioridad, que tenemos que enseñarles una dieta saludable. Pero si hacemos eso, los resultados se van a ver entre 35 y 50 años después. Tenemos que hacer al mismo tiempo la educación de los niños, pero hay que proponerles alternativas de alimentación y actividad física a los adultos.

– ¿De qué edad una persona debería hacerse un control médico para ver si quiere prevenir medicarse y el daño cardíaco?

– La prioridad, son los varones mayores de 45 años y las mujeres mayores de 55 años. Con algunos kilos de mas de lo que podrian, tendran que tener un control de su corazón y arterias. If combatimos la obesidad vamos a ganar en salud, en calidad de vida, y vamos a mjorar la balanza de pago, porque tan bien un argentino inventó el bypass, y otro platense que creció en la misma facultad que René Gerónimo inventó el stent, Julio Palmaz, os dos productos los imports, los insumos necesarios para la cirugia de bypass y los stents los pagamos en dolares. O hacemos un cambio, o nuestra salud va a generar la postgación eterna del desarrollo económico.

PD

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