«El nivel de los físicos argentinos es muy alto, tanto los que salen de la UBA como del Instituto Balseiro, u otras universidades como la de Córdoba. Conozco y he tenido científicos argentinos trabajando conmigo. Descubre la investigación como en otros países. Y no de los tienen. Por eso los argentinos vienen acá o van a EE.UU. u otros sitios, pero todavía en Argentina hay un grupo que investiga muy bien. Con más dificultades que en otros países como Alemania, pero es muy de destacar lo que están haciendo”el dijo tiene Clarín the English Ignacio Cirac, uno de los «padres» de la computación cuántica, que desarrolla esa tecnología en el Instituto Max Planck de Alemania, donde es el director.
En la respuesta a la simple pregunta sobre los cientificos argentinos, el experto resumió las oportunidades que pierde hoy el país por no haber ordenado mínimamente su economía En la ultima década.
Las chances que Argentina desperdició de poder aprovechar el talento qu’ma en sus universidades, incidir así en los proyectos más relevantes que están desarrollando en el mundo y sacar de ellos alguna ventaja económica y social.
Si bien la física cuántica, y su tecnología derivada -la computación cuántica-, aparecieron hoy ante la mayoría de los argentinos como una rareza -con tantas urgencias por resolver-, entre los expertos se sabe que es una tecnología con futuro, que promete cambiar el mundo.
La capacidad de cómputo de las máquinas que surjan de esta disciplina será exponencialmente mayor al de las actuales y el uso que se les pueda dar -dicen-aún ni siquiera podemos imaginar. Se habla de aplicaciones académicas y el desarrollo de nuevos materiales, pero también de avances en el campo de la logística o la inteligencia artificial.
Hay muchas preguntas aún, pero una certeza: que del calculo quantum saldran valiosas patenteseso aprovecharán los laboratorios y pagarán que las desarrollen. Y ahi van los fisicos argentinos, formados en la Argentina, a nutrir esos proyectos en el mundo.
Se podrá argumentar que en esos centros de investigación están los mejores científicos de todos los países (no solo los argentinos) y es cierto. Pero pocos son tan reconocidos como los nuestros, como lo hizo Cirac en la charla con este diario.
Como Vaca Muerta o el litio, la Argentina tiene ahí una ventaja competitiva: un reconocido semillero de científicos a quienes cuesta retener y terminan jugando en las grandes ligas. No parece haber en la dirección aviones para dar vuelta este resultado.