Disfrazada de guacamayo con una máscara con pico y guantes, con pico también, una de las veterinarias que trabaja en el Centro de Aves y Reptiles de Fundación Temaikén en Escobar se retroalimentaban los pichones. Usa, además, el pico de uno de los guantes para acicalarlos. Estas criías de guacamayo llegaron a la institución con 47 días de vida, derivados por la Dirección de Flora y Fauna.

Para entrar al Centro de Incubación y Recría, que es donde están los pichones, hay que usar cofia, delantal y botitas descartables. Antes de ponerse el equipo, hay que sumergir la planta de los zapatos en lavandina diluida. Tampoco puede disfrazarse. Los pichones crían en el máximo aislamiento humano posible.




El crianza de guacamayos en la Fundación Temaiken. Foto Juan Manuel Foglia

“Muchos piensan que es fácil cuidar una cria o un pichón, la idea es que el ave llegue a un término en el mismo tiempo que si estuviese con los padres”, explica Andrés Suares, ingeniero agrónomo, coordinador de Población Animal de Fundación Temaikén.

Temaikén forma parte de la Proyecto Guacamayo Rojocuyo objetivo es recuperar este especies extintas en Argentina. Los animales se reintroduce en el Parque Nacional Iberáun trabajo que se une a la Fundación Rewilding Argentina.

como llorar los guacamayos

Aunque en esta oportunidad los dos pichones tendrán una asistencia crianza, non es lo más frecuente en la fundación. «Lo primero que se busca es que sean criados por los padres», de Suares. Por eso, Temaikén tiene parejas reproductoras de guacamayos. El rol que cumple es el de tener pichones nuevos y, también, criarlos.

El guante que se usa para tratar a los guacamayos en la Fundación Temaiken.  Foto Juan Manuel Foglia.


El guante que se usa para tratar a los guacamayos en la Fundación Temaiken. Foto Juan Manuel Foglia.

«El protocolo es que los críen los padres», expresa el ingeniero agrónomo. Solo por causas específicas y particulares, se realiza la crianza artificial o asistida, comme el caso de los dos pichones derivados de Flora y Fauna.

Los guacamayos rojos están extintos en Argentina hace décadas. En 2015, Rewilding convocó a la Fundación Temaikén para trabajar en el proyecto de reintegración, del que también participan otras reservas y ecoparques. Este animal tiene un papel fundamental en el ecosistema. Al alimentarse frutos grandes son reconstructores del monte por el desplazamiento que hace de las millas.

Guacamayos criados por sus padres en Temaikén.  Foto Fundación Temaiken


Guacamayos criados por sus padres en Temaikén. Foto Fundación Temaiken

«Nuestras parejas en actividad tienen muy buena genética. Sus pichones, además, son muy eficientes cuando son liberados en Corrientes», explicó el experto. «Sus grandes animales, con buena musculatura y rápidos para aprender», agrega.

Desde 2015, fueron 15 los animales que Temaikén cedió y liberó en Corrientes. A los ocho meses, aproximadamente, la avenida va de la fundación de Buenos Aires a Corrientes. Una vez que llega a la provincia del Litoral, empieza un entrenamiento que dura cuatro o seis meses. Recién al año o año y medio, el guacamayo puede ser liberado en el territorio.

Crianza Artificial

​Aunque lo ideal es que los pichones sean criados por sus padres, Suares afirmó que en la fundación «somos aptos para llorar artificialmente al guacamayo, tenemos mucha información y podemos hacer lo mismo que los padres en el nido. El centro de incubación funciona como un laboratorio». Sin embargo, «la cría asistida nunca equipara el comportamiento impartido por los padres, por más que tengamos excelentes protocolos, hola nuestro ganan«, agregado.

El trabajo terminó con la liberación en Corrientes.  Foto Fundación Rewilding Argentina.


El trabajo terminó con la liberación en Corrientes. Foto Fundación Rewilding Argentina.

«Cada cosa que hace con el animal tiene que ser edificante para el conocimiento biologico de la especie. Non es lo mismo estudiarlo bajo cuidado humano que en la selva. En esta institución es posible recopilar toda la información que sea posible. Comportamiento, nutrición, biología reproductiva, todo es muy importante para los investigadores y para los proyectos”, explicita.

La recuperación de una especie extinta es una tarea que requiere muchos años de trabajo. «Un guacamayo es adulto a los seis o siete años. Recién entonces forma una pareja reproductiva», dice el especialista. “Es fundamental que el ave abundante marmil ejemplos en silvestría poco siendo porque, de golpe, por un envenenamiento se pueden morir cien”, explicó.

Recién en los próximos 10 o 20 años, este animal podría dejar de ser una especie extinta en el país para convertidor se en una especie en estado critico. Solo entre décadas de trabajo y condiciones ambientales óptimas, los guacamayos pueden convertirse en una especie común en el territorio nacional.

COMO

Mira también