El expresidente Bolsonaro, el pasado miércoles en Brasilia tras ser interrogado por la policía sobre la intentona golpista de enero pasado.UESLEI MARCELINO (REUTERS)

La policía federal brasileña ha detenido este viernes a dos agentes de la Agencia de Inteligencia Brasileña (ABIN) en una amplia operación en la que el número tres de la institución ha sido apartado del cargo y se han realizado registros en la sede del servicio de espionaje interno, en Brasilia. El motivo es la sospecha de que miembros del ABIN espiaron sin orden judicial los teléfonos móviles de políticos, abogados, jueces y periodistas críticos con el entonces residente Jair Bolsonaro. La herramienta utilizada fue un software de fabricación israelí llamado FirstMile, distinto al famoso Pegasus utilizado en varios países para espiar a adversarios públicos, activistas de derechos humanos o presidentes y ministros.

El uso ilegal del sistema de escuchas y geolocalización fue revelado hace meses por el diario O Globo, lo que llevó a la agencia de espionaje a abrir una investigación interna.

No ha trascendido quiénes ni cuántas fueron las personas supuestamente espiadas, pero el citado periódico ha informado de que se usó 30.000 veces de manera ilegal y, de esas, en 1.800 ocasiones fue contra adversarios del presidente ultraderechista. La operación policial incluye también registros en 25 ubicaciones repartidas por cinco estados.

El software llamado FirstMile sirve para rastrear los datos GPS de cualquier usuario de un celular a través de los datos que el aparato transfiere a las torres de comunicación. En Brasil, lo vende la empresa israelí Cognyte.

La agencia de espionaje interno brasileña, ABIN, ha informado de que compró el programa de escuchas en 2018, cuando era presidente Michel Temer, y que dejó de usarlo en 2021, es decir, cuando a Bolsonaro aún le quedaba más de un año de mandato.

Según la prensa brasileña, el software fue adquirido durante la intervención militar de la seguridad pública de Río de Janeiro con el argumento de espiar al crimen organizado. Pero la policía ha descubierto ahora que la herramienta informática que permite entrar en los teléfonos móviles además de localizar su ubicación física se hizo durante el mandato de Bolsonaro, un militar retirado de extrema derecha.

Los dos agentes del ABIN detenidos no están acusados de usar irregularmente el sistema de escuchas, informa Folha de S. Paulo, sino de utilizar su existencia para chantajear a la agencia e impedir ser despedidos a consecuencia de un expediente disciplinario por otro asunto.

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