“Los niños tienen un instinto natural de supervivencia que aflora ante situaciones adversas, al igual que todo su ingenio. Nunca compa que sobrevivieron«. Las palabrerías de Carlos Páez Vilarósobrevivió el también de una tragedia aérea, el avión de los rugbiers uruguayos en 1972, muestra la confianza que tenía depositada en que iban a encontrar con vida a los cuatro pequeños que desde el pasado 1° de mayo estaban desaparecidos en la selva colombiana tras sufrir un accidente aereo

Aunque las historias de los 16 sobrevivientes en la Cordillera de los Andes y de los cuatro hermanitos perdidos en la selva virgen del municipio de Solano son distintas, comparten el amor por la vida, pesa a todo.

De hecho, para Páez Vilaró, ambas tragedias son «un homenaje a la vida», mientras que las noticias del mundo entero las catalogan como verdaderos «milagros». Son los 20 protagonistas de los dos accidentes éreos se sobrepusieron a la pérdida de sus compañeros de viaje ya las dificultades de los lugares donde cayeron.




El traslado de los chicos, en un avión en Bogotá. Foto EFE/Fuerzas Militares de Colombia

En el caso de los niños indígenas uitotoLesly (13), Soleiny (9), Tien Noriel (4) y Cristin Neriman (11 meses), no los paralizó el fallecimiento de su madre Magdalena Mucutuy (33), el piloto Hernan Murcia (55) and el líder indígena Herman Mendoza (57), los tres adultos con los que viajaban.

Luego de 40 días del accidente de la aeronave tipo Cessna HK 2803, los comandos especiales de las Fuerzas Militares e indígenas hallaron a los chicos a cinco kilómetros del lugar donde se produjo el siniestropero el camino que recorrieron fue mucho más largo, según las pistas encontradas.

El piloto habia reportado caer en el motor. «Mayday, Mayday, 2803, 2803, el motor me volvió a fallar», fue el último aviso que dio ante de que la aeronave desaparecería del radar. Chocó contra el suelo y los adultos sufrieron lesiones mortales.

Roberto Canessa en 1972, a Chile luego de cruzar la Cordillera de los Andes.  Archivo de fotos


Roberto Canessa en 1972, a Chile luego de cruzar la Cordillera de los Andes. Archivo de fotos

El martes 16 de mayo se encontraron los restos del vehículo y de los adultos, pero los cuerpos de los niños no estaban y eso mantuvo la ilusión de encontrarlos con vida. Esa hipótesis se hizo más fuerte al encontrar restos de frutas. Recién el 24 de mayo encontré un pañal, un accesorio de celular, un zapato y una toalla. A su vez, el 30 apareció una huella y frutos silvestres.

«Mientras hay vida y esperanza, hay tal vez mañana. Ese es nuestro lema», cuenta Roberto Canessa, otro de los sobrevivientes de Los Andes, en diálogo con Clarín. Y agrega: «If estos niños se quedaron en el lugar del accidente los hubieran encontrado antes, pero quizás no puedan seguir allí porque su mamá había muerto».

para el, la supervivencia depende del lugar en donde se guíe después de la tragedia. En este caso, cuando los jóvenes uruguayos, que tenían entre 18 y 24 años, escucharon que la búsqueda de ellos había finalizado, empezamos a caminar.

A diferencia del grupo de rugbiers charrúas solos en plena Cordillera, los niños indígenas establecer familiaridad con la selva. «Ellos tienen la ventaja de conocer el hábitat donde se perdieron, al igual que los mineros en Chile, pero nosotros no. Sobrevivimos 72 días a temperaturas bajo cero“, explica Páez Vilaró y Canessa.

Los rugbiers uruguayos, en la Cordillera.  Sobrevivió 72 días a temperaturas bajo cero.


Los rugbiers uruguayos, en la Cordillera. Sobrevivió 72 días a temperaturas bajo cero.

Este último cree que su grupo «no hubiera sobrevivido en la selva». Nadie reconoce eso»la supervivencia depende mucho de la educacion que uno tenga«.

«Éramos niños aunque no servíamos para nada. Nunca antes había visto a una persona muerta», confiesa Páez Vilaró. La crianza de los uruguayos y de los niños indígenas parece lejana. Esto lleva a Canessa a pensar en «la importancia de reflexionar sobre cómo educar a los niños, atrás dejando la sobreprotección y no llenándolos de temores«.

“La mentalidad del joven alcalde que sobrevivió va a cambiar la forma de pensar de la gente”, dice el médico y ex jugador de rugby, a quien le encantaría conocer a los chicos colombianos.
los califica como «genios» y cree que la sociedad en donde crecieron «los hace madurar más rápido que la nuestra, y así aprendan a manejar mejor la adversidad».

Los hermanos natives uitoto fueron encontrados con signos de desnutrición, deshidratados y con infecciones producto de las picaduras. Están frágiles pero sin ningún cuadro grave, y están recuperándose en un hospital de Bogotá.

Que dicen los expertos

La gran duda es como sobrevivir cuatro niños de entre 13 años y 11 meses en la selva. Para la pediatra Celeste Celano y la psiquiatra infantil Ana Bernard, también la clave está en «el instinto de supervivencia que tienen los niños más a flor de piel que los adultos, porque para adaptarse con más facilidad«.

Lo instintivo responde a que no lo perdieron dada su corta vida. Mientras que la resiliencia es la capacidad de poder transformador y adaptativo ante situaciones graves que llegan a desafiar y, pesa a todo, sucio fortalecidos.

Páez Vilaró apenas dudó que los chicos sobrevivieran.  Archivo de fotos


Páez Vilaró apenas dudó que los chicos sobrevivieran. Archivo de fotos

“La resiliencia se adquiere con las vivencias y el contexto en el que viven”, de la pediatra. En este punto, Bernard escucha que «la capacidad de afrontar las dificultades aumenta con las experiencias y con las previsiones previas de apego seguro con el cuidador«.

En el caso de los niños indígenas hubo a rol clave que tuvo la hermana mayor 13 years old. «Los niños buscan la figura más adulta, la usan como espejo para saber a dónde van, no importa si es el hermano más grande o un adulto», dijo Celano, jefa del Servicio de Pediatría del Sanatorio Modelo de Caseros.

La amenaza es distinta según la edad de cada niño. «Al año de vida, la necesidad de seguridad es extrema y la supervivencia es a través de la dependencia extrema, igual que en la primera infancia. Pero entrando en la pubertad varios factores sociales y de experiencia favorecen la capacidad de afrontamiento ante la adversidad» , sostiene el psiquiatra infantil del Hospital Británico.

Y agrega: «Se ponen en juego frente a la amenaza aspectos genéticos y epigenéticos (ambiente que estimula y favorece desarrollos adaptativos)».

Para ella, el caso de los hermanos indígenas «será el tiempo que muestre por el impacto de sobrevivircómo desarrollará cada uno la tragedia que surbrellevaron y podrán ser las posibles consecuencias».

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