La reforma de las pensiones de Escrivá no convence al mundo académico. Desde que la norma comprometida con Bruselas vio la luz ha recibido una lluvia de críticas, básicamente por no asegurar la sostenibilidad del sistema. La Fundación de Estudios de Economía Aplicada (Fedea) propuso adaptar la reforma para reducir la «generalidad» del sistema sin afectar una política de factibilidad. El centro de estudios, que no cuestiona ni la idoneidad ni la naturaleza del sistema de pensiones fijado en los años 60 y 70, se queja de que se hayan «sucedido numerosas reformas, que, pretendiendo reducir la generosidad, en realidad no han resuelto el problema «.

La organización es muy clara cuando se refiere a las expectativas de gasto que abren las reformas acometidas en 2021 y 2022. estrategia incorrecta. La segunda, con claro perfil electoral, ya no intenta contener el gasto, sino aumentar los ingredientes para cubrir el gasto creciente“.

Fedea, uno de los institutos de análisis económico al que consultó la Comisión Europea, el FMI o la OCDE para formarse una opinión sobre la marcha de la economía española, se queja de que tampoco han abordado el encaje entre el mercado de trabajo y el system de las pensiones, en un contexto donde el equilibrio entre jóvenes y alcaldes cada vez se decanta más a favor de estos últimos«. Por este motivo, este instituto plantea que dado que la reforma ya convalidada por las Cortes se apoya en una expansión del gasto, y que no va acompañada de un aumento equivalente del ingreso, una opción sería plantar ajustes en términos reales a la actual configuración de la reforma.

adquisición de poder

“Para que el ajuste sea viable, es necesario que las pensiones ya existentes no pierdan poder adquisitivo y que las nuevas pensiones continúen aumentando en términos reales, aunque menos que los salarios”, sugirió la Fundación. Así, el “think tank” asegura que una medida que reduciría la generosidad del sistema de pensiones sin incumplir esta condición consistiría en limitar el traslado del crecimiento real de los salarios a las futuras pensiones.

En la práctica este objeto conseguiría introduciendo un factor corrector basado en el crecimiento de los salarios reales y la actualización de las bases de cotización en el cálculo de la base reguladora de las nuevas pensiones. “Dicha corrección contribuiría a reducir progresivamente la generosidad futura de nuestro sistema de pensiones ya solucionará parcialmente la insuficiencia financiera sobrevenida con la actual reforma”, explican.

En su análisis también abordó la relación entre el mercado de trabajo y pensiones y explicó que «hay mucho margen de mejora» dado el mayor longevidad y el nivel de educación de los trabajadores. Propone extender la jubilation activa a todas las edades —con restricciones antes de la edad normal y sin restricciones después de la misma— y la ejora en el tratamiento de la jubilation demorada, de forma que actuarialmente se más justa, ya que el beneficio para la sociedad no proviene exclusivamente del mejoramiento de las cuentas de la Seguridad Social, sino también del mayor empleo de los mayores que, dado que éstos no compiten con los trabajadores más jóvenes, redunda en un aumento del empleo y del PIB.