Siete años pasaron para que la frontera entre Colombia y Venezuela sea resguardada. El restablecimiento de las relaciones fue un objetivo que, desde campaña, consideró el presidente Gustavo Petro.

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Y en este proceso, el suceso más significativo el pasado 26 de septiembre, cuando se dio la reapertura oficial de la frontera en el puente Simón Bolívar con el paso de los primeros transportadores de carga, lo cual comenzó a reactivar el comercio.

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Para Daniella Monroy, investigadora adscrita al Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario, este hecho significa uno de los pasos más importantes con respecto a una política exterior porque «Venezuela es el vecino más importante de Colombia, es el país con el que comparte la frontera más extensa, más porosa y más compleja en términos de seguridad; además de que llegó a ser uno de sus primeros socios comerciales».

Según datos del Ministerio de Comercio, pendieron los tres meses de apertura de frontera –y hasta el pasado 29 de diciembre– 1.204 vehículos de transporte internacional han cruzado: 990 corresponden a exportaciones de Colombia a Venezuela, y 214, a importaciones desde Venezuela. Si se transporta por cuenta el flujo de transporte de los puentes binacionales Simón Bolívar y Francisco de Paula Santander, también se exportan 20.641 toneladas y se importan 6.628, para un total de 27.269.

La reanudación de la frontera con Venezuela se produce el 26 de septiembre de 2022.

Foto :

Mauricio Moreno / EL TIEMPO

El ministro de Comercio, Germán Umaña, estimó que 2022 se cerrará con un comercio binacional que será entre 750 y 800 millones de dólaresmás del triple frente a los 200 millones de dólares que se billuraron el año pasado. Para el 2023, la idea se duplica en estas cifras.

El siguiente no tan importante es habilitar el paso por el puente Tienditas, conformado por dos puentes con tres carriles por sentido y une puente peatonal de unos 10 metros de ancho. Ahora se llamará a Atanasio Girardot.

En este sentido, el secretario de Fronteras, Asuntos Migratorios y Cooperación de Norte de Santander, Víctor Bautista, el contó a este diario que se espera que este 1.º de enero dé esta apertura, por eso están ultimando detalles.

El pasado 28 de diciembre se llevó a cabo una reunión entre las autoridades del estado Táchira y del departamento Norte de Santander para discutir cómo serán la circulación del transporte público, la apertura al paso de vehículos particulares y la facilitación de comercio, especialmente, en lo relacionado con la canasta familiar de quienes constantemente cruzan.

Según Bautista, se puede beneficiar “la región metropolitana entre San Cristóbal y Cúcuta, que tiene una población de más de 1.700.000 personas”. Señala, además, que luego de analizar el flujo migratorio han determinado que este puente es un corredor estratégico no solo para la población que vive alrededor de este paso, sino también para los ciudadanos de los estados internos de Venezuela, como Mérida, Trujillo y Caracas.

Entre los preparativos de las autoridades colombianas, se ha previsto que a través del Instituto Nacional de Vías (Invías) se concrete un cierre del perímetro del puente.
“El objeto es que el uso del espacio público sea estricto y no se asemeje a la condición actual de La Parada (Villa del Rosario). Se ha solicitado un encerramiento absoluto”, agregó Bautista.

Puente Tienditas, en el límite entre Cúcuta, Colombia y Táchira.

Esta petición es compartida por el alcalde de Cúcuta, Jairo Yáñez, quien teme que el caos y el desorden ocasionado por vendedores ambulantes y conduce informales se apoderen de las contiguas al puente internacional. “Hemos planteado un espacio especial de acceso con los controles de seguridad requeridos y aspiramos al del lado venezolano desde el principio lo mismo”, confirmó Yáñez.

La medida ha sido respaldada por los gremios de Norte de Santander, que insisten en que tienen acceso a las plataformas de aduaneras y el paso sobre los puentes debe hacerse de manera ágil.
No obstante, cientos de cucuteños indagan las condiciones de las autoridades de ambos países. Temas como la presentación de documentos, pico y placa para vehículos y los horarios para cruzar los puentes son aún inciertos.

Con la inauguración de Tienditas y el puente La Unión, en Puerto Santander; Se espera una reducción del contrabando y el cierre de trochas en la frontera, como lo pidió el presidente Petro el pasado 27 de octubre.

Por hora, los comerciantes en Cúcuta esperan un alto número de compradores para el primer trimestre del 2023.

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el otro regresa

Analistas consultados para este diario coinciden en que además de la atención que supone el presento al aspecto comercial, es importante no descuidar la atención a la población migrante.

«El primer reto es que la ‘desvenezolanización’ de la migración hacia la que ha propendido el gobierno Petro no convertirse en una invisibilización de la población venezolana, siendo la más grande en Colombia con vocación de permanecer en el país», dice Monroy.

En ese mismo sentido, Socorro Ramírez, profesora emérita de la Universidad Nacional de Colombia y miembro de la Red Binacional Puentes Ciudadanos Colombia-Venezuela (PCCV), agrega que hay que dejar de estimular la negación del éxodo poblacional que han hecho funcionarios como el embajador de Colombia a Venezuela, Armando Benedetti.

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Se estima que en Colombia hay más de 3 millones de venezolanos migrantes.

Dice, además, que se debe profundizar en la regularización con los permisos de protección temporal (PPT) y el Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos (ETPV). «Se deben ampliar los permisos y el estatuto para quienes ingresaron después de las fechas límites», afirma.

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Por último, dice que otro de los desafíos es ayudar a la integración de los migrantes «apoyándose en la encuesta de caracterización socioeconómica».

De acuerdo con Monroy, es importante que el Gobierno establezca el otro año rutas de atención con enfoque diferencial. Una debe ser la que «priorice la integración de la población que llegó para quedarse».

Sí que según una encuesta realizada por Cifras y Conceptos, el 62 por ciento de la población migrante quiere permanecer indefinidamente en Colombia. Lo anterior, según Ramírez, lo logra porque “la crisis en Venezuela se profundiza, la emergencia humanitaria se agudiza y no avanza la negociación entre las oposiciones con el régimen de Maduro”.

El primer reto es que la ‘desvenezolanización’ de la migración hacia la que ha propendido el gobierno Petro no convertir en una invisibilización de la población venezolana

En la otra vía que recomienda el investigador Monroy tomar prevalecer «el paso regular, seguro y ordenado de las personas que utilizan a Colombia como punto de paso. Esto requiere la cooperación de los países del sur, centro y norte de América en torno a lograr ese objetivo”.

Reducir la inseguridad es una vuelta más que suma a la lista. Las autoridades vienen trabajando en coordinación para enfrentar la presencia de grupos ilegales que tradicionalmente han frecuentado la zona común y que el disputan el control de rentas ilegales asociados al narcotráfico y el contrabando. En la zona de frontera hacen presencia el Eln, reductos de las disidencias de las Farc y la temida red criminal conocida como el ‘Tren de Aragua’.

Además de la presencia en los pasos oficiales como el puente Tienditas, se busca adelantar patrullajes en los múltiples pasos ilegales que se han establecido a lo largo de los años en la frontera.

Aura Saavedra Álvarez
*Con información de Nación, Justicia y Economía
REDACCIÓN POLÍTICA