Seis años después, todo lo que queda es un tubo largo de 300 metros de largo, una cápsula escondida debajo de un hangar, un equipo de investigación de viviendas prefabricadas. En el solar de la antigua base militar de Francazal, a las puertas de Toulouse, los montones de chatarra marcan el fracaso del proyecto Hyperloop, ese «tren del futuro», que debía transportar, en levitación, pasajeros a más de 1.000 km/h, todo ello en una especie de tubo sin fin, plantado sobre pilones. ¿Cómo un proyecto nacido en los cerebros burbujeantes de Silicon Valley, California, llegó a estrellarse contra las paredes de su fabricación en Europa, particularmente en Toulouse?

Todo comenzó en 2012, cuando Elon Musk, entonces jefe de SpaceX, lanzó una competencia de código abierto (o patente abierta) y la idea de esta cápsula levitante que podía alcanzar los 1.200 km/h, suponía revolucionar el transporte terrestre. Desde 2015, equipos de ingenieros de todo el mundo participan en el Hyperloop Design Weekend, organizado por SpaceX, y presentan sus prototipos en imágenes 3D. En Estados Unidos y Europa se crearon varias empresas para pasar a la etapa de investigación y desarrollo, luego a la de las primeras pruebas a gran escala.

Así, a principios de 2017, en Toulouse, la empresa estadounidense Hyperloop Transportation Technologies (Hyperloop TT) fue recibida con bombos y platillos por Pascal Mailhos, entonces prefecto, Carole Delga, presidenta de la región de Occitania, y Jean-Luc Moudenc, presidente de Toulouse Métropole. Bibop Gresta, el codirector de la empresa, presume entonces «millones para invertir, al menos cincuenta contrataciones, contratos firmados con Australia, Italia o Abu Dabi». Con el apoyo de una gran agencia de comunicación local, Giesbert associés, estos ex NASA o Boeing prometen «primeras pruebas a gran escala en 2020».

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Financiación de las autoridades locales en cuestión

Las autoridades locales se han comprometido a ceder dos hectáreas, en el municipio de Cugnaux, en terrenos que aún pertenecen al Estado. Se limpia el solar -por más de 400.000 euros- y el alquiler concedido ronda los 90.000 euros anuales, una tarifa muy ventajosa. La región menciona subvenciones de hasta 450.000 euros y, según varios opositores al proyecto, incluida la oposición municipal, Hyperloop TT habría supuesto un crédito fiscal de investigación (CIR) por un importe de 15 millones de euros. La empresa, consultada sobre este tema entre otros, no respondió a las solicitudes de los Mundo.

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