Desde el inicio de la guerra en Gaza, el pasado 7 de octubre, 17 periodistas han sido asesinados en el ejercicio de su profesión―13 en Palestina y tres en Líbano debido a ataques israelíes, además de otro en Israel, durante la incursión de Hamás―, según el informe anual de Reporteros sin Fronteras (RSF) publicado este jueves. La organización internacional denuncia una “masacre sin precedentes”. A pesar de estas terribles cifras, la tendencia global a la baja ha convertido a 2023, con un total de 45 muertos, en el año menos mortífero para los comunicadores en dos décadas.

“Este 2023 ha sido un año catastrófico por la matanza de periodistas en Gaza, que difícilmente podremos olvidar”, condena en un comunicado Alfonso Bauluz, presidente de RSF España. El informe ―que contabiliza los datos hasta el 1 de diciembre― tiene en consideración únicamente a los asesinados en el marco de su profesión. Si se cuentan a todos los periodistas asesinados en la guerra en Gaza, incluidos aquellos cuya muerte no se puede relacionar a la cobertura del conflicto o por su profesión; la cifra asciende a los 63, según RSF, número que respalda el Comité para la Protección de los Periodistas.

La organización presentó en octubre ante el Tribunal Penal Internacional (TPI) una denuncia por crímenes de guerra por el asesinato de nueve periodistas palestinos y un israelí, además de la destrucción “deliberada” de los edificios que albergaban a más de 50 medios de comunicación en Gaza. Es la tercera vez desde 2018 que RSF eleva una denuncia ante el TPI por los crímenes cometidos contra periodistas en la Franja.

Irene Khan, relatora especial de la ONU para la Libertad de Expresión, señala, a raíz de la publicación de RSF, que el periodismo “está bajo ataque”. “A pesar de la responsabilidad de proteger a los periodistas, me han dicho que llevar una chaqueta con la palabra ‘prensa’, lejos de protegerlos, a menudo los convierte en un objetivo”, explica Khan por mensaje a EL PAÍS. Según ella, “el coraje y la resiliencia” de los comunicadores rara vez se había puesto a prueba “de una manera más terrible y trágica que en Gaza”.

Aún con el sombrío panorama en el enclave palestino, con las mayores cifras “jamás registradas por RSF en el inicio de un conflicto”, el último año ha sido el menos mortífero para los periodistas desde 2002. Durante los primeros 11 meses fueron asesinados 45 comunicadores, un 26,2% menos que el año anterior. La tendencia a la baja se explica, según el informe, por una “mayor seguridad” para los periodistas en Latinoamérica, en donde la cifra bajó de 26 a seis en un solo año.

Periodistas fallecidos durante la guerra en Gaza desde el inicio del conflicto, el pasado 7 de octubre.Omar Zaghloul (Anadolu / Getty Images)

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Destaca el caso de México, donde fueron asesinados cuatro reporteros en 2023, menos de la mitad de los 11 que ajusticiaron el ejercicio anterior; todos ellos investigaban el crimen organizado en el país norteamericano. RSF alerta de que el declive de la violencia no implica necesariamente más garantías para los periodistas, sino que ahora los profesionales “calculan de forma más sistemática los riesgos a los que se exponen, lo que supone un aumento de la autocensura y la proliferación en la región de agujeros negros informativos”.

Los otros países en los que RSF registra asesinatos a periodistas se concentran en África (Sudán, Malí y Camerún), América (México, Colombia y Paraguay) y Asia (Afganistán, Bangladés, Filipinas). En Europa fallecieron dos periodistas durante la cobertura de la guerra en Ucrania en 2023. Uno de ellos fue Arman Soldin, reportero francobosnio de la Agencia France Presse, el único que ha muerto este año en un país distinto al suyo.

Cientos de encarcelados

El nuevo año iniciará con 521 periodistas encarcelados, un 9% menos de los 569 que estaban entre rejas en 2022. Uno de cada cuatro de los reporteros en prisión se encuentran en China (121) ―que repite una vez más como la mayor cárcel para informadores en el mundo―, con un castigo especial en contra de los comunicadores que pertenecen a la etnia uigur. Le siguen Birmania (68), Bielorrusia (39) y Vietnam (36). Más de la mitad de ellos siguen pendientes de juicio.

En Rusia, cada vez más represiva en contra de los opositores al Kremlin, se contabilizan 28 reporteros, entre los que trasciende el caso del estadounidense Evan Gershkovich, corresponsal de The Wall Street Journal. Fue detenido en marzo acusado de espionaje y ha sido recluido en soledad en una cárcel de Moscú. En octubre, fue apresada la periodista ruso-estadounidense Alsu Karmasheva, quien trabajaba para Radio Free Europe/Radio Liberty, por no haberse acreditado como “agente extranjero”.

De la cifra global de encarcelados, 67 son mujeres. Seis de las ocho sentencias más altas han sido dictadas contra comunicadoras en países como Irán, Bielorrusia y Burundi. RSF pone de relieve la situación en Irán, donde permanecen cinco de las 31, periodistas presas por su cobertura al movimiento “Mujer, Vida, Libertad”, el cual se originó tras la muerte de Mahsa Amini, en septiembre de 2022, cuando se encontraba bajo custodia policial. Asimismo, el régimen iraní mantiene detenida a la activista Narges Mohammadi, galardonada con el Premio Nobel de la Paz en 2023.

El informe advierte también de los 54 periodistas que permanecen cautivos ―de los que casi la mitad está en manos del Estado Islámico―, y de 84 reporteros desaparecidos, siete más que el año pasado.

Amigos y familiares lloran los cuerpos de los periodistas palestinos Muhammad Sobh y Saeed Al-Taweel, quienes murieron durante su trabajo por ataques aéreos israelíes, el 10 de octubre de 2023, en la ciudad de Gaza.Getty Images (Getty Images)

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